De San Antonio a Maisí: Todos y todas contamos

Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda

Día 3 de Septiembre, mes intensísimo en Cuba: abrieron las aulas del país en el periodo lectivo 2012-2013; inició el proceso electoral general con la nominación de los delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular; y comienza la preparación de los supervisores y enumeradores del Censo de Población y Viviendas que se efectuará del 15 al 24 de septiembre.

¿Cuántos somos, cómo vivimos, qué hacemos? Cuba se cuenta a sí misma, y de los preparativos, objetivos, condiciones y detalles de la realización del Censo dieron conocimiento un grupo de especialistas en la Mesa Redonda Informativa, porque el mayor conocimiento que de este proceso tenga la población así será la calidad de su participación, elemento esencial junto a la preparación de los miles de estudiantes y profesores que serán los enumeradores y supervisores del proceso.

Alexander Rodríguez Rosada, jefe de la Oficina de estadísticas e información y vicepresidente de la Comisión de Coordinación Nacional del Censo, explicó en la Mesa Redonda Informativa «En Cuba contamos todos (II) importantes detalles del momento censal, la fotografía o el inventario del país, de su población y fondo habitacional, un proceso que lleva casi dos años preparándose.

Ese momento censal ocurre a las 12 de la noche del 14 de septiembre y primer minutos del día 15, el momento de inmovilidad, en el cual los trabajadores del censo comienzan a realizar su labor. La vida transcurrirá igual, nada la detiene, pero ese es el instante en que todo el que estaba vivo, será contado en la investigación estadística mas compleja y profunda que hace cualquier país, recomendada cada diez años y muy costosa.

En los diez años que median entre un censo y otro, la Oficina Nacional de Estadística e Información mantiene un sistema de captación permanente de los datos y esa técnica permite saber cuántos somos, cumpliendo una de sus misiones, conocer la complejidad de los procesos económicos y sociales que ocurren en el país y disponer las informaciones relevantes que son necesarias para dirigir el país. El propio Censo da un número de informaciones imprescindibles para la toma de decisiones y permite comparar las transformaciones cada diez años.

El Censo es complejo también por la cantidad de personas que involucra, y hay momentos que en el levantamiento hay más de cien mil personas participando, desde los que están en las áreas censales, en los municipios, en los territorios…

La información construida a partir del registro previo realizado hace un año, permitió que el censo se realice en 7015 asentamientos censales, y el cuestionario lo aplicarán los enumeradores en 55 623 segmentos censales, en base a una cartografía que permite asegurar  que no quede ni una sola vivienda sin ser visitada y censada.

El 90 por ciento de los enumeradores son estudiantes, y hay un 10 por ciento de contratados, que aplicaran el cuestionario en lugares apartados, de difícil acceso o de otras condiciones complejas, y donde el personal está más familiarizado con la zona, conocen a los vecinos o a las personas a ser censadas.

El enumerador —que lleva elementos identificadores: pulóver blanco, bolso y tablilla con el logo del Censo, y gorra y credencial azul— actúa en un segmento que puede tener aproximadamente 80 viviendas.

Su trabajo está planificado para diez días, avisará cuándo irá a censar, y será más eficiente y rápido en la aplicación del cuestionario a medida que se va entrenando por el paso de los días.

Este lunes, a la Comisión del Censo le quedaban 26 tareas para llegar al momento censal, y la principal —dijo el vicepresidente de la Comisión Coordinadora que preside el compañero Marino Murillo— comienza este martes: la preparación del enumerador para que pueda dialogar con la población, ya que la calidad de la investigación depende de la manera que aplique el cuestionario y la veracidad de los datos que de la población.

En las provincias, la responsabilidad de presidir las Comisiones recae en el Presidente del Consejo de la Administración, y en los Municipios en los vicepresidentes.

Se conoció también en la Mesa Redonda conducida por Arleen Rodríguez Derivet que toda información es confidencial y no media documento alguno que presentar al enumerador.

Y de la marcha del proceso en Mayabeque, y sus especiales características como provincia nueva en la división territorial del país, informó Anais Rodríguez, Jefa del Dpto. provincial del censo, quien refirió que se tenía actualizada la base cartográfica, esencial para la realización de la tarea. Mayabeque cuenta con 60 oficinas de áreas —eslabón importante porque allí llegan los cuestionarios censados y se hace el trabajo de conteo y reconté—, 536 distritos donde trabajan los supervisores y más de 1 600 segmentos censales, la estructura más pequeña de aplicación del censo por los enumeradores.

La capacitación de todo el personal comenzó en junio con el seminario nacional, luego los provinciales con la participación de los 11 municipios mayabequenses y ahora dan comienzo los seminarios a los supervisores y enumeradores. Más de dos mil personas ya están capacitadas en Mayabeque.

Dejó aclarado que la mayoría de las preguntas se marcan con cruces y en pocas de ellas el enumerador tiene que escribir con tinta y letra de molde. Para cualquier duda, el enumerador puede consultar permanentemente al supervisor.

Mediante reportajes de la televisión, en la Mesa Redonda puso conocerse del trabajo y preparativos de varias de las provincias del país, como Guantánamo, Sancti Spiritu, Cienfuegos , Pinar del Río y la Isla de la Juventud, para la etapa de capacitación del 4 al 14 de septiembre y los 10 días de la aplicación del censo.

Serena Iraida Hernández, jefa del Departamento en el Municipio de San Cristóbal, en la provincia de Artemisa, se refirió a la geografía particular de ese municipio, con áreas rurales y de montaña, por lo que hay una proporción mayor de contratados porque tienen muchas zonas de difícil acceso, y también tienen garantizada la logística, de la que forma parte el transporte y en este territorio van desde los vehículos automotores hasta los mulos.

San Cristóbal cuenta con 350 enumeradores —casi todos de la enseñanza técnica-profesional, y 19 contratados para las zonas difíciles y el personal especializado para la prisión.

Juan Carlos Alfonso Fraga, director de la Oficina Nacional del Censo, de cuya experiencia en esta misión habla el haber dirigido el censo del año 2002, considera que este es un acontecimiento motivador y cautuvador porque la historia del país está en sus censos, y en Cuba, a lo largo de su historia se han realizado 17.

Presentó a una joven enumeradora y a un supervisor para dar a conocer los elementos identificadores del personal, en el caso del supervisor o supervisora, los atributos de gorra y credencial son de color rojo.

Dejó claro que en la planilla del cuestionario ni se borra, ni se tacha, cualquier dato marcado erróneamente se circula y se marca el correcto, y habló de la tarea del supervisor, que atiende a los enumeradores, controla y revisa su trabajo, por tanto es una persona de mayor experiencia y conocimientos que, en ocasiones, puede ir a la vivienda para comprobar que fue censada por el enumerador, un trabajo en el que la Oficina Nacional de Censo viene preparando desde finales de 2010.

Juan Carlos mostró también el folleto informativo que se está distribuyendo, explicativo de todas las características principales del censo, incluido el cuestionario censal, pa ra que la población puede conocer en detalle todo lo que se le va a preguntar y se prepare, en un adelanto de la entrevista y el cuestionario que por supuesto será llenado por el enumerador, porque toda difusión ayuda al conocimiento.

Son 39 preguntas, puntualizó, y de ellas 16 sobre la vivienda y 23 de la parte personal, con las que se busca información básica, características principales de la vivienda en el país y su estado, equipamiento, servicio energético, y otros detalles

El censo es una fuente que contribuye, junto a otras, al conocimiento de la situación para toda la actualización del modelo económico cubano, además de evaluar y darle seguimiento a esa información en las 1 508 áreas censales del territorio cubano.

Como dato importante y de interés, ocho de los 17 censos se han hecho en septiembre y octubre; los de la Revolución todos en septiembre, por ser el mes en que hay más cubanos presentes en su lugar de residencia —donde habitualmente duerme y guarda sus pertenencias, tiene su carnet de identidad, su libreta de productos alimenticios…—, se regresa de las vacaciones y los estudiantes comienzan sus clases.

Hay posibilidades de margen de error, por lo que entre el 29 de septiembre y el 8 de octubre se realiza el re-censo, pero es un muestreo, en una selección de viviendas, no en el 100 por ciento de ellas.

El censo de cada país interesa muchísimo a todo el mundo, como a la Organización de las Naciones Unidas, porque es de beneficio mutuo y cuyo Fondo de Población ha contribuido a la capacitación de parte del personal censal, en cartografía, y en insumos y materiales.

Cuba es un país que tiene una organización social que con poco se obtienen muchos resultados, y el aprovechamiento y uso de lo que nos entrega, les permite darnos como ejemplo de buenos resultados.

Aplicamos, dijo el director de la Oficina Nacional del Censo, cuestionarios acordes al nivel mundial y al registro internacional de la organización estadística de la ONU, por supuesto con las características cubanas.

Como en Cuba contamos todos y todas, quedó claro el apoyo del Gobierno y del Estado, como también el de las organizaciones de masa —los CDR y la ANAP— que entregan en cada vivienda el suplemento, y en el registro previo que es base de todo el trabajo.

Se hizo ya el ensayo en dos municipios para validar y aprobar el cuestionario censal de 39 preguntas y que se aplicará a nuestra población que es superior a los once millones y vive en 3,8 millones de viviendas, puntualizó Alexander Rodríguez Rosada, el vicepresidente de la Comisión de Coordinación Nacional del Censo, quien reiteró que la calidad con que se impartan los conocimientos a los enumeradores y la participación honesta y amable a la hora de contestar y colaborar de nuestro pueblo, garantizará saber cuántos somos y cómo vivimos en este Cuba se cuenta a sí misma.