La campaña electoral de EE.UU., un show mediático

Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda

Fotos de  Roberto Garaicoa

El martes 16 de octubre, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama que aspira a reelegirse, y Mitt Romney, el republicano que le adversa, se enfrentaban en un segundo debate que, a juzgar por las encuestas de opinión pública y los criterios de los especialistas, tuvo un primer round ganado por Romney.

Diseñados para el último mes de la contienda electoral estadounidense, los debates tienen impacto en la campaña y están dirigidos fundamentalmente a convencer a los indecisos, pero la clave de esos encuentros no está en qué se dice, sino en cómo se dice, la forma y el contexto en que se desarrolla el intercambio, y es una especie de diálogo juguetón.

La idiosincrasia del pueblo norteamericano está muy conformada por esa tendencia a la banalidad, a los efectos que provocan los medios de comunicación, y su factura es propagandística.

Romney conquistó a los votantes con gestos y voz, en el primero, que se percibe como un efecto simbólico, quien gana el primero gana las elecciones; sin embargo, esto no es así, y se pusieron ejemplos de las contiendas presidenciales del último medio siglo.

Sucedió en el año 2004 cuando aspiraban a la Presidencia Bush y Kerry, y a pesar de que el demócrata fue vencedor del primer debate, Bush fue reelecto. Similar resultado en el primer encuentro entre Kennedy y Nixon cuando los que oyeron por la radio el debate dijeron que había sido Nixon; pero quienes lo presenciaron por la televisión dieron como ganador a Kennedy.

Para corroborar esa condición de espectáculo, se recordó que Ronald Reagan, hizo gala de su histrionismo como actor, frente a Walter Mondale y Reagan hizo gala de su histrionismo como actor.

Los debates son acciones televisivas en las que se emplean todos los recursos y la tecnología para presentar a los candidatos, lograr impacto psicológico y apelar a los sentimientos de manera que motive al televidente a votar por uno u otro contendiente.

La Mesa Redonda de la Televisión Cubana del martes 16 de octubre trató el tema de las elecciones de EE.UU. de este 2012, y con la conducción de Cristina Escobar, fueron analizadas por el profesor Jorge Hernández y el periodista Reinaldo Taladrid, quienes explicaron el impacto de estos debates, cómo andan las encuestas cuando apenas restan tres semanas para el 6 de noviembre que decidirá si continúa en la Casa Blanca el presidente demócrata o si es sustituido por el candidato del partido Republicano.

En el caso del debate Obama-Romney todavía no puede decirse que los resultados que se esperan en las turnas no sean irreversible.

Teniendo en cuenta que para los debates los candidatos se preparación, ensayan, se recluyen con un grupo en el que uno hace del contendiente y un grupo presencia el simulacro para decir no haga esto, habla de tal o mas cual cuestión.

En el caso Obama-Romney parece que los consejeros equivocaron la táctica; Obama dio la imagen del Presidente, evitó hacer leña del árbol caído, recuerden que hasta ese momento la preferencia en las encuestas era para el demócrata. Obama evitó hacer leña del árbol caído y trataron de no victimizar a Romney que pudiera crear a su favor una corriente de simpatía; pero quedó la impresión de un Obama debilitado.

No cabe duda que el debate tuvo consecuencia, y en el voto popular ya Romney lleva una tendencia sostenida de irse por encima de Obama. Además, cuando solo había ocho estados indecisos antes del enfrentamiento televisivo, tras ese primer encuentro público la cifra de los indecisos subió a 12 y se vio afectado incluso en bastiones de Obama como lo es Pensilvania.

Romney logró energizar a una base republicana aletargada, a pesar de que encuentra a su candidato como demasiado liberal, válido porque Obama es para esos republicanos una gente muy odiada y hay extremistas que lo llama kenyano y socialista, y por supuesto no es ninguna de las dos cosas.

Para el segundo encuentro que tendría lugar en la noche de este martes en una universidad, de seguro Obama saldrá a atacar desde el primer asalto, aunque no empleándose a fondo como hizo el vicepresidente Joseph Biden, y no le salió mala la cosa. Pero Obama si saldrá a rebatirle las aseveraciones inciertas. Tiene que hacerlo porque la carrera presidencial se ha puesto mucho más competitiva que hace dos semanas.

Las condiciones son diferentes al 2008, cuando Obama era la imagen llena de frescura, lo novedoso, hacia promesas y creyeron que haría el cambio, cautivó a latinos, mujeres, negros y jóvenes.

En aquella ocasión, hace cuatro años, tuvo un gran entrenamiento en las primarias cuando se enfrentó a Hillary Clinton, y ahora, transcurridos cuatro años de Presidencia, le acompaña el desgaste y se le pasa cuenta a todo lo que no ha cumplido, por lo que hay cierta desilusión y desencanto, aunque todavía Obama tiene recursos para mostrar.

La reforma integral de inmigración, no se ha llevado seriamente, y ha tratado de llevar paliativos a los indocumentados, y una especie de moratoria a los estudiantes latinos para continuar sus estudios universitarios. La reforma sanitaria no tuvo el alcance que se suponía y hay descontento.

Como respuesta a Mitt Romney, Obama designó a Bill Clinton como secretario de explicación de asuntos difíciles, y está saliendo ya en spots televisivos de dos minutos, en los que refuta con claridad al programa del republicano.

Pero lo cierto es que las encuestas ahora expresan disenso, inconformidad y es posible que pierda votos en algunos de esos grupos que en el 2008 le creyeron. Ahora depende mucho del encanto y la capacidad de comunicación que le caracteriza, y el escenario del segundo debate puede favorecerle por el formato que tiene: la encuestadora Gallup seleccionó a 84 votantes indecisos que no forman fila en ninguno de los dos partidos y será el público que hará preguntas directas a ambos candidatos, quienes tienen dos minutos para responder, y habrá una periodista como moderadora.

OTRAS CARACTERÍSTICAS DE LA CAMPAÑA

Se habló de los llamados videos virales que se difunden rápidamente por la red y con fragmentos de discursos, dibujos animados y otras formas, ensalzan o denigran a los candidatos, parte de una campaña que llega a las redes sociales y en las que se gastan, así como en los mensajes de televisión buena parte de los dos mil millones de dólares que costarán esta contienda.

En la campaña más cara de la historia, participan además estrellas del espectáculo, y en este acápite la mayor parte de los actores y personalidades favorecen a Obama.

Sobre las encuestas, se destacó una realizada por Yahoo a más de 240 000 personas con una pregunta: ¿Usted espera que los candidatos mientan durante el debate?, y el 58 por ciento de la gente dijo Sí, lo que evidencia que se está volviendo cínica respecto a su proceso electoral, no por gusto votan menos de la mitad de la ciudadanía.

También hicieron referencia en la Mesa Redonda a que en 40 estados ya se está votando desde hace tres semanas y en esa variedad del voto anticipado ya ha cifrado el siete por ciento de las personas con derecho al voto, y según encuesta de Reuters están favoreciendo a Obama 59 a 31 por Obama. En el año 2008 una de cada tres personas lo hizo anticipadamente, por eso hay que tenerlo en cuenta.

Y de acuerdo a cómo se pronuncian los estados, ahora se comporta así: cuando son necesarios 270 votos electorales para ganar la presidencia, Obama tiene 201 seguros, frente a 191 de Romney y hay 146 indecisos.

Si la votación fuera hoy Obama 294, suficientes para ganar; y Romney 244.

También participó en la Mesa Redonda vía telefónica, David Brooks, corresponsal del periódico mexicano La Jornada en Estados Unidos, quien reconoció el impacto y la influencia de los debates, cómo Obama perdió el primero, porque se quedó corto en lo que tenía que hacer, y ahora tiene que cambiar la dinámica.

Concluyeron los panelistas que las expectativas son enormes, que no hay grandes diferencias entre uno y el otro y solo se presentan en las cuestiones tácticas, en cómo garantizar estratégicamente al sistema sigue idéntica línea.

El voto estadounidense estará decidido por la crisis que estalló hace cuatro años y que afectó a la gran mayoría de la gente, la desespera y desilusiona.

¿Quién puede resolver mejor mis problemas económicos?, esa es la pregunta clave; ¿quién me entiende mejor, quien me atendería mejor?

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