El campesino y la tierra

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

A partir de la aplicación del decreto ley 259 y luego del 300, en Cuba se han entregado 1 538 000 hectáreas de tierra a unos 172 000 usufructuarios, expresó en la Mesa Redonda Pedro Olivera, director del Centro Nacional de Control de la Tierra del Ministerio de la Agricultura (Minag).

La estructura de tenencia de este bien, a partir de estas medidas, tiene un matiz diferente: el 31 por ciento de esta superficie cultivable está en manos del Estado, el 34 por ciento la poseen las cooperativas de crédito y servicios, el 25 por ciento pertenece a las unidades básicas de producción cooperativa, el 8 por ciento es de las cooperativas de producción agropecuaria y el dos por ciento lo producen los productores no asociados.

El directivo del Minag explicó que en este proceso, que está aún en su primera etapa, se han hecho 8 000 solicitudes, de los cuales se han terminado unos 1 200 expedientes. “A partir del 300 incluimos la particularidad de que se actualice de oficio el fondo de tierras ociosas del país, porque aún hay entidades resistentes a declarar las áreas improductivas”, manifestó.

Pedro Olivera subrayó que del total de 6 405 000 hectáreas de tierras cultivables que tiene el país, en solo un 32 por ciento de este fondo se produce, por lo que queda mucha reserva aún en ese sector.

En el 2011, sostuvo, a partir del balance que hicimos y que luego actualizamos, advertimos que nos quedan por entregar alrededor de 500 000 hectáreas, una cifra que pudiera aumentar a partir de las nuevas declaraciones de las entidades que no cultiven algunas que están bajo su responsabilidad.

“En estos momentos existen 0,2 hectáreas cultivables per cápita y queremos que sea 0,5 hectáreas, como se rige a nivel internacional”.

En opinión del director del Centro Nacional de Control de la Tierra del Minag, el saldo más importante de todo este proceso es que regresaran 172 000 personas a la tierra, de las cuales el 35 por ciento son jóvenes y el 10 por ciento mujeres.

Orlando Díaz, director jurídico del Minag, hizo énfasis en que como parte del proceso de implementación de los decretos leyes, se han realizado seminarios de capacitación.

Refirió que como parte de los seminarios surgieron un grupo de interrogantes sobre la propia norma, que nuestro organismo las ha evaluado con el propósito de encauzarlas.

Una de las interrogantes, por ejemplo, fue qué entidades deben prestar el servicio para la construcción del proyecto técnico constructivo, tema que ya tiene como definición que los arquitectos de la comunidad podrán prestar el servicio.

“Otro aspecto que surgió de este intercambio es cómo sería el tratamiento legal para el cambio de domicilio temporal, y ya se colegió con los organismos y se le va a otorgar el domicilio temporal por espacio de un año, lo que podrá ser prorrogado hasta que mantenga vigencia su contrato”, comentó.

El director jurídico del Minag resaltó que el decreto ley 300 incluye medidas que tributan al control. Una de ellas es el levantamiento de las bienhechurías que estaban en las tierras. También los que estaban acogidos al 259, a partir de que surgió el 300, disponen de dos años para la actualización del contrato. “Los usufructuarios en ese tiempo podrán concurrir a nuestras empresas municipales agropecuarias para que se le haga el nuevo contrato de usufructo”.

“El decreto ley 300 incluyó otras medidas, como la aprobación de la venta directa de las formas productivas al turismo, para que concurran y hagan ventas directas. También se modificó la política para la comercialización agropecuaria para La Habana, Artemisa y Mayabeque”, sostuvo.

Pedro Olivera compartió que el Minag ha planificado en este 2013 crecimientos en renglones específicos como la producción de arroz, del maíz en grano, de los frijoles, la leche y la carne vacuna, la carne de cerdo y el huevo. “Estos son los siete renglones priorizados. En estos renglones primarios se garantizará el aseguramiento genético, lo relacionado con la mecanización, los fertilizantes”, significó.

Igualmente precisó que hay un decrecimiento, en este primer semestre del año, en las viandas, en lo fundamental en la papa. “Sobre todo no se cumplieron los estimados por la influencia del clima”.

Pedro Olivera opinó que queda mucho para ganar en eficiencia, en planificación. “El papel del contrato debe primar en las relaciones que se establecen”, comentó, al tiempo que recalcó que el hecho de haber entregado todas esas hectáreas no quiere decir que veremos muy rápido el impacto. “Aún se está ganando en organización, en experiencia”.