Escenario político en América Latina

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Hace exactamente un mes Estados Unidos reconoció públicamente sus propósitos de apuntalar sus intereses en América Latina, ese patio trasero sobre el que ellos no debían perder su hegemónica presencia. Ante esos truenos imperiales, del lado de acá se está muy pendiente de sus planes colonizadores, y de sus posibles movimientos expansionistas sobre una región que definitivamente ya no es la misma.

Al decir del experto en temas internacionales, Orlando Oramas, en la Mesa Redonda de este martes, uno de los elementos más importantes es que hayamos logrado conformar un bloque integracionista como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un mecanismo de concertación regional que une a países de diversos signos ideológicos sin el arbitraje de los Estados Unidos.

En opinión de Marina Menéndez, subdirectora del periódico Juventud Rebelde, todo parece indicar que ellos van a aprovechar la Alianza Pacífico, que la integran países como Perú, Colombia y Chile, entre otros con costas a ese océano, para insertarse con su contraofensiva, que tiene como principal punto de ataque a Venezuela.

No se puede desconocer, dijo, que la oligarquía latinoamericana apoya a la venezolana, y a este peligro se une el de que la posible presencia de los EE.UU en la Alianza Pacífico genere posturas que atenten contra la buena marcha del esquema unitario que lleva el Mercosur, la Unasur, la ALBA y la Celac. “Si nos amenaza desde esta Alianza, se puede ver este grupo de integración como otra pieza de sus mecanismos de control sobre este lado del continente americano”.

La periodista Marina Menéndez consideró que el ALCA no será el espacio para romper la integración latinoamericana, porque “este fue definitivamente derrotado y no espero un repunte de esta vía de absorción de nuestros pueblos”.

También llama la atención que algunos países del área quieran hacerle el juego a esta posible contraofensiva imperialista. “Recientemente conocimos del interés de Colombia de pertenecer a la OTAN, una postulación que tuvo grandes repercusiones en el continente”, precisó Orlando Oramas.

Varios presidentes rápidamente reaccionaron con expresiones muy categóricas. Nicolás Maduro, de Venezuela, dijo que esta decisión pretende traer los planes guerreristas a América Latina. Evo Morales, de Bolivia, expresó que esta era una amenaza y una provocación, y convocó a una reunión extraordinaria de la Unasur para analizar el caso. Mientras su homólogo en Nicaragua, Daniel Ortega, refirió que esta era una puñalada.

La panelista Marina Menéndez apreció que es obvio que preocupe este interés de Colombia (aunque definitivamente no fue aceptada por la OTAN), porque “estamos hablando de un contexto en el que la región se ha descontaminado en sus mecanismos decisores, como son la Unasur, la Celac y el Mercosur, del tutelaje norteamericano”.

Vuelve a ser Colombia una especie de punta de lanza de los EE.UU, como cuando ocurrió cuando la presidencia de Álvaro Uribe con la aprobación de la creación de siete bases militares norteamericanas en su territorio.

Este martes en la noche también comenzará una asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Guatemala, donde se discutirá el tema de la droga y el narcotráfico.

Marina Menéndez subrayó que habrá que comprobar si se van a ejecutar propuestas que se cumplan, porque EE.UU es hipócrita en sus posturas. “Ellos han militarizado el continente con esta justificación. Y utilizan el pretexto igualmente de las drogas para presionar a países como Venezuela, cuya ejecutoria no está a tono con sus planes; o para enjuiciar a Bolivia por la producción de coca. Los directivos de la OEA aluden a que deberán tener una política integral frente a este flagelo, pero eso implicará responsabilidades muy grandes de países consumidores como EE.UU”.

Es criterio de la subdirectora del periódico Juventud Rebelde, que la OEA ya no es un Ministerio de Colonias, como la nombró Raúl Roa, ya que la correlación de fuerzas ha cambiado en América Latina y las decisiones no serán como antes, que estaban en consonancia con el apretón de clavijas que EE.UU quería imprimirle a la región.

“Creo que los países miembros no se dejarían poner ninguna engañifa y EE.UU no podrá imponer ninguna política lesiva, porque en este mismo espacio hemos visto posturas muy verticales de Bolivia, Nicaragua y Ecuador. Y quizá lo intentan, pero no lo podrán lograr”, precisó Marina Menéndez.

Entre las noticias que han recorrido el mundo por estos días, y que han tenido como escenario de desarrollo a América Latina, está también la visita a varias naciones del presidente de China. El mandatario Xi Jinping, quien fue elegido en marzo para conducir al gigante asiático, ha hecho escala en Trinidad y Tobago, luego en Costa Rica, ahora está en México y este fin de semana llegará a California, donde se entrevistará con Barack Obama.

El jefe de la segunda economía del mundo ha expresado que el principal objetivo de este periplo ha sido renovar las relaciones, con la defensa del beneficio mutuo y el respeto entre los países.

Orlando Oramas hizo énfasis en que “se han firmado acuerdos muy importantes para realizar múltiples inversiones. Ha estado firmando y firmará convenios en materia energética, de infraestructura. En la propia Costa Rica estableció acuerdos de dos mil millones de dólares, una cifra nada despreciable”.

La periodista Marina Menéndez ponderó el hecho de que si algo marca la relación con la segunda economía del mundo, es su sentido del beneficio mutuo y el desarrollo común, y eso es muy favorable para el continente.

La experta recordó que el comercio bilateral entre Latinoamérica y China ha ascendido a 261 000 millones de dólares. Y China ha invertido en el área más de 65 000 millones de dólares en términos acumulativos.

Por su parte, comentó el periodista de Prensa Latina Orlando Oramas que la primera y segunda economía del mundo, este fin de semana, pondrán en su agenda de diálogo el ciberespionaje y la economía. “El encuentro, han reconocido diversos medios, será una oportunidad para discutir con tranquilidad temas espinosos que conciernen a China y a Estados Unidos”.