Béisbol en Cuba: ¿en zona de strike?

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

Nuestro deporte nacional ha trascendido sus dimensiones recreativas, porque se ha insertado en las profundas raíces donde nace lo cubano y a partir de las cuales se proyectan las propias esencias de nuestro país. Si alguien quiere entender los imaginarios de esta tierra, pues tiene que asistir a ese espectáculo tremendo; si alguien pretende asomarse a ese escenario en el cual se cuecen nuestras singularidades, pues tiene que pulsar las intensidades que despierta la pasión beisbolera.

Esa verdad ha podido palparse con fuerza también en el espacio radiotelevisivo de la Mesa Redonda, donde el tema de la 52 serie nacional ha sumergido a más de uno en análisis enardecidos cuando las cámaras han salido de los estudios centrales o cuando se ha colocado en la Esquina Caliente. Con un ímpetu semejante, además, hace cerca de un mes experimentados periodistas pusieron la lupa sobre las virtudes y deficiencias del pasatiempo cubano.

Esos antecedentes precedieron las reflexiones, este lunes, de los máximos directivos de la Comisión Nacional de ese deporte, quienes ahondaron en la reciente edición del certamen y explicaron cuáles serán los caminos para superar las fisuras que aún quitan lustre a esta disciplina.

Ibrahim Averhoff, jefe del Departamento de Mayores compartió algunos de los cambios que se introdujeron en esta ocasión, como fue la reducción a 45 juegos en la etapa clasificatoria, lo cual tuvo un impacto positivo en los mayores rendimientos del pitcheo y concentró los enfrentamientos en los municipios que realmente tenían condiciones creadas en su infraestructura para acoger estos juegos.

Manifestó que las estadísticas demostraron que esta fue una serie superior, por los resultados en el pitcheo y en la ofensiva, aunque en la primera etapa hubo que sancionar a un jugador y muchos quedaron con el desaliento de no ver representados en la final a ningún equipo del oriente.

Higinio Vélez, presidente de la Federación Cubana de Béisbol, complementó la explicación con el argumento de que se cambió la estructura con el propósito de que se ganara en calidad. “También mantuvimos una segunda división porque había un reclamo relacionado con que muchos equipos quedaban desmotivados y no practicaban al no clasificar y para que los jóvenes pudieran probarse más en estos partidos”.

En su opinión, esta fue una serie experimental de la cual hemos sacado importantes conclusiones, como la importancia de adelantar el cronograma de juegos, de forma tal que los partidos no se suspendan por lluvias. La idea de los refuerzos, precisó, fue una ganancia muy positiva y creemos que debe mantenerse, aunque la vida demostró que la selección de los mismos no puede asumirse con ligereza por parte de los directores de equipo.

“Ahora, dijo Higinio Vélez, estamos procurando que se unifiquen los criterios para el entrenamiento del pitcheo. Hemos hecho seminarios sobre ello, pero aún notamos que no son suficientes, por ello se piensan hacer escuelas para este entrenamiento, en que también hay que fortalecer más el trabajo del relevista”.

Añadió que hay que desarrollar el oficio del pelotero, su físico y sus potencialidades, pero con criterios comunes que se defiendan desde la formación en la base. “Nada hacemos con tratar de formar a alguien o corregir sus deficiencias cuando integren la selección provincial, esa es una tarea que tiene que incorporarse en la primera formación, donde comienza el crecimiento técnico, táctico y psicológico de ese deportista”.

Sobre la dirección de los equipos, resaltó que todos los días se aprende algo nuevo, y que no es una garantía de éxito que sea un excelente pelotero quien comande esa fuerza o que sea alguien con grandes capacidades metodológicas y teóricas. “Lo más importante es que se combinen teoría y práctica y que la formación sea integral, porque el espacio de dirección no se ajusta solamente a las tres horas de juego, la enseñanza más trascendental es la de las otras 21 horas del día”.

El Presidente de la Federación Cubana de Béisbol destacó que igualmente se ha razonado sobre la pertinencia de crear una escuela de directores de equipos y que estos trabajen con los muchachos por ciclos, como se ha decidido ahora con Víctor Mesa con la dirección del Cuba. “Esa estrategia hay que acentuarla en las provincias”.

En su criterio, la disciplina dentro y fuera del terreno de los peloteros, es responsabilidad del director. Y al abordar este tópico, amplió su mirada a lo que pasa en las gradas: “Tuvimos vivencias penosas, el entusiasmo llegó a tales límites, que hasta afectó la concentración de los peloteros. En el mundo está prohibido que suene la música mientras está el inning, solo se puede en los entre innings. El día de la final, en Villa Clara, las personas creen que el equipo de Matanzas no saludó a los de Villa Clara por una actitud inadecuada, y no fue así, nosotros decidimos que se retiraran, para evitar cualquier momento que después tuviéramos que lamentar. Además, se decidió ponerle dos cordones de seguridad a los peloteros de esa provincia frente a su banco, porque el público se lanzó al terreno y en medio de esa euforia debíamos prever cualquier incidente”.

Sobre el arbitraje, uno de los aspectos que más ha desatado polémica y hasta encono, Luis Daniel del Risco, director de Reglas y Arbitrajes, precisó que en la etapa semifinal y en la final “nos faltaron tres árbitros de experiencia, a los cuales cubrimos con cuatro en formación. La falta de concentración de esta fuerza también fue evidente en varias ocasiones, lo que afecta el ángulo. También un buen árbitro debe anticiparse a las jugadas y en tercera hubo varias malas ubicaciones, que después influyeron en las malas decisiones”.

“Tenemos unas 740 normas en las 9 reglas de arbitraje, pero lo más importante es aplicarlas bien en la mecánica del juegos, porque las malas decisiones afectan la calidad del espectáculo”, reconoció.

Del Risco apuntó que “tenemos que perfeccionar la escuela de árbitros, ser más rigurosos en el juego y darle seguimiento a los que señalamientos que les hicimos para medir la evolución de los árbitros. Pretendemos también cambiar el método de selección del cuerpo de arbitraje de la 53 serie nacional, no nos quedaremos en el seminario, se le aplicarán exámenes”.

Antonio Castillo, jefe de la Escuela Nacional de Deportes, comentó que para el cambio en la estructura se hizo un análisis muy profundo, que incluyó un diagnóstico severo. Al tiempo que anunció que se aprobó la reapertura de las Academias Provinciales.

“Se continuarán los cursos nacionales a entrenadores. Pero también es importante retomar los campeonatos de base, lo cual ayuda mucho a reconocer los talentos y a perfeccionar la formación de los muchachos desde que están en las categorías infantiles y juveniles”, valoró.