Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
La “clarinada” de guerra norteamericana contra Siria ha generado las siguientes posturas, a inicios de esta semana, en el tablero internacional: Al-Assad advierte del caos que en la región generaría su posible agresión; la OTAN descarta hasta el momento su intervención en el conflicto; el 64 por ciento de los franceses se opone al ataque, aunque su presidente se aventure a sumarse; y Obama conquista más el apoyo de los republicanos, que de su propio partido.
En lo que llega el 9 de septiembre, día en que el Congreso de EE.UU. se pronunciará o no a favor de una Ley que respalde la decisión del presidente, los antecedentes nos recuerdan que de las más de 80 intervenciones que ellos han tenido en el continente americano, solo en 12 tuvieron el respaldo legal. Entonces el pasado nos alerta de una posible toma de tiempo para organizar el movimiento bélico, y no ofrece esperanzas de que una negativa cambie la guerra “anunciada”.
Guerra, además, que como reconocieron los expertos Enrique Martínez y Jorge Luis Rodríguez en la Mesa Redonda de este lunes, no es cosa del futuro, sino que existe desde hace ya un tiempo atrás, cuando Estados Unidos y otras fuerzas imperiales decidieron tomar cartas en el asunto interno sirio y comenzaron a armar a los opositores, así como a introducir fuerzas mercenarias de otros ejércitos. Aquí la suerte, perdón, la guerra, ya está echada.
“Estaríamos hablando de un incremento de la escalada guerrerista. Se sabe que hay fuerzas de la OTAN que están operando en la región y que hay contratistas militares entrenando, y esto no es una guerra civil, como han querido hacer ver, porque lo que han hecho es aprovecharse de la oposición para hacerle una guerra imperialista al Gobierno de Bashar Al-Assad”, explicó el periodista Jorge Luis Rodríguez.
El analista precisó que la nueva etapa se abre es con el propósito de apoyar a las fuerzas opositoras, que en este momento están muy debilitadas porque han perdido terreno frente al ejército sirio, y así dejarlas en un camino más favorable.
Siria está inmiscuida en una guerra de muchos frentes, dijo, porque la confrontación no ha sido solo azuzada por los EE.UU., sino también por Arabia Saudita, Turquía, Israel… De su lado solo están Irán y el Líbano, y Rusia y China tienen que saber también que toda esta estrategia belicista se ha proyectado contra ellos.
En su opinión, la OTAN intervendrá, aunque ahora se haya mostrado “ajeno” o al “margen” de todo este clima de tensiones.
Enrique Martínez subrayó que las fuerzas de operaciones israelíes están involucradas en este conflicto, porque son el principal aliado en el área de la Casa Blanca. Y Obama, a quien no le queda el título de Premio Nobel de la Paz, en su criterio, está siendo muy presionado por el stablishment norteamericano. “Él ha cambiado su discurso de diplomacia inteligente a este otro belicista porque el control del Medio Oriente es fundamental para el imperio, y él no representa a otra cosa que al imperio”.
Por ello, en esta misma cuerda de pensamiento, el periodista Reinaldo Taladrid, en la sección La esquina, advirtió que no existían puntos divergentes entre el Obama de la campaña presidencial y el de este frente a Siria, aunque parecieran dos hombres en dimensiones paralelas. El jefe de la Sala Oval representa a la nación que, según sus propias palabras, se considera “indispensable” frente a estos hechos en el mundo. “Porque él representa al imperio más poderoso del mundo, y la conducta histórica de este país no cambiará con este presidente”.
La Doctora Ana Teresa Badía, por su parte, resaltó la postura unánime de rechazo de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) frente a esta realidad. La experta comentó que este bloque regional ha madurado en su actuación, con la defensa de la comunión de intereses y la defensa del pensamiento colectivo.
“No es la primera ocasión en la que vemos a la Unasur pronunciarse con resolución frente a problemáticas, en 2008 asumieron miradas comunes sobre los hechos de Pando, en Bolivia; en 2010, frente a la intentona de Golpe de Estado en Ecuador, también fueron contundentes, y esas mismas energías no le faltaron para respaldar al presidente Nicolás Maduro después de salir vencedor legítimamente en las elecciones o para rechazar con contundencia las arbitrariedades que varios gobiernos europeos cometieron contra el presidente boliviano Evo Morales”, detalló, al tiempo que reconoció que esta determinación de este mecanismo de concertación es muy positiva y favorable para el continente latinoamericano.
La “clarinada” de guerra norteamericana contra Siria ha generado las siguientes posturas, a inicios de esta semana, en el tablero internacional: Al-Assad advierte del caos que en la región generaría su posible agresión; la OTAN descarta hasta el momento su intervención en el conflicto; el 64 por ciento de los franceses se opone al ataque, aunque su presidente se aventure a sumarse; y Obama conquista más el apoyo de los republicanos, que de su propio partido.
En lo que llega el 9 de septiembre, día en que el Congreso de EE.UU. se pronunciará o no a favor de una Ley que respalde la decisión del presidente, los antecedentes nos recuerdan que de las más de 80 intervenciones que ellos han tenido en el continente americano, solo en 12 tuvieron el respaldo legal. Entonces el pasado nos alerta de una posible toma de tiempo para organizar el movimiento bélico, y no ofrece esperanzas de que una negativa cambie la guerra “anunciada”.
Guerra, además, que como reconocieron los expertos Enrique Martínez y Jorge Luis Rodríguez en la Mesa Redonda de este lunes, no es cosa del futuro, sino que existe desde hace ya un tiempo atrás, cuando Estados Unidos y otras fuerzas imperiales decidieron tomar cartas en el asunto interno sirio y comenzaron a armar a los opositores, así como a introducir fuerzas mercenarias de otros ejércitos. Aquí la suerte, perdón, la guerra, ya está echada.
“Estaríamos hablando de un incremento de la escalada guerrerista. Se sabe que hay fuerzas de la OTAN que están operando en la región y que hay contratistas militares entrenando, y esto no es una guerra civil, como han querido hacer ver, porque lo que han hecho es aprovecharse de la oposición para hacerle una guerra imperialista al Gobierno de Bashar Al-Assad”, explicó el periodista Jorge Luis Rodríguez.
El analista precisó que la nueva etapa se abre es con el propósito de apoyar a las fuerzas opositoras, que en este momento están muy debilitadas porque han perdido terreno frente al ejército sirio, y así dejarlas en un camino más favorable.
Siria está inmiscuida en una guerra de muchos frentes, dijo, porque la confrontación no ha sido solo azuzada por los EE.UU., sino también por Arabia Saudita, Turquía, Israel… De su lado solo están Irán y el Líbano, y Rusia y China tienen que saber también que toda esta estrategia belicista se ha proyectado contra ellos.
En su opinión, la OTAN intervendrá, aunque ahora se haya mostrado “ajeno” o al “margen” de todo este clima de tensiones.
Enrique Martínez subrayó que las fuerzas de operaciones israelíes están involucradas en este conflicto, porque son el principal aliado en el área de la Casa Blanca. Y Obama, a quien no le queda el título de Premio Nobel de la Paz, en su criterio, está siendo muy presionado por el stablishment norteamericano. “Él ha cambiado su discurso de diplomacia inteligente a este otro belicista porque el control del Medio Oriente es fundamental para el imperio, y él no representa a otra cosa que al imperio”.
Por ello, en esta misma cuerda de pensamiento, el periodista Reinaldo Taladrid, en la sección La esquina, advirtió que no existían puntos divergentes entre el Obama de la campaña presidencial y el de este frente a Siria, aunque parecieran dos hombres en dimensiones paralelas. El jefe de la Sala Oval representa a la nación que, según sus propias palabras, se considera “indispensable” frente a estos hechos en el mundo. “Porque él representa al imperio más poderoso del mundo, y la conducta histórica de este país no cambiará con este presidente”.
La Doctora Ana Teresa Badía, por su parte, resaltó la postura unánime de rechazo de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) frente a esta realidad. La experta comentó que este bloque regional ha madurado en su actuación, con la defensa de la comunión de intereses y la defensa del pensamiento colectivo.
“No es la primera ocasión en la que vemos a la Unasur pronunciarse con resolución frente a problemáticas, en 2008 asumieron miradas comunes sobre los hechos de Pando, en Bolivia; en 2010, frente a la intentona de Golpe de Estado en Ecuador, también fueron contundentes, y esas mismas energías no le faltaron para respaldar al presidente Nicolás Maduro después de salir vencedor legítimamente en las elecciones o para rechazar con contundencia las arbitrariedades que varios gobiernos europeos cometieron contra el presidente boliviano Evo Morales”, detalló, al tiempo que reconoció que esta determinación de este mecanismo de concertación es muy positiva y favorable para el continente latinoamericano.
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