Mirada profunda a la Industria cubana de Envases y Embalajes

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

¿Qué capacidad productiva de envases y embalajes tiene el país? ¿Cómo impacta esta industria en las actividades exportadoras y el desarrollo agroalimentario? ¿Qué política aprobó el Gobierno para el desarrollo de este importante sector y cuáles organismos participan en su implementación?

Estas interrogantes hilvanaron la presentación que hicieron directivas del ramo, en condición de panelistas, en la Mesa Redonda de este miércoles, que tendrá su segunda parte este jueves, a partir de las respuestas a las preguntas que lectores, televidentes y radioyentes de este espacio hagan llegar.

Del Ministerio de Industria, organismo encargado de la política en este ramo, la directiva Adriana Barceló explicó que de los 226 millones que se van a dedicar para importar los envases y embalajes de los que precisamos , unos 200 mil se van a invertir porque en la producción nacional no se pueden asegurar en este 2014, lo que visualiza cuánto camino queda pendiente por recorrer.

No obstante, esta misma realidad, aunque aún no es la más favorable, muestra algunos ribetes de mejoramiento respecto al año 2013, cuando se actualizó la política para esta industria a partir de un diagnóstico que identificó los principales desafíos y potencialidades. Todo lo aprobado es consecuente a su vez con el Lineamiento 232 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución Cubana, que aborda desarrollar estas industrias a partir de una concepción integral.

A partir de algunas medidas que se han tomado, entre los índices que podrían tener un mejor rostro se encuentra la perspectiva para este 2014 de que el consumo per cápita de productos envasados y embalados ascienda a unos 47 pesos, lo que se comportaba en el orden de los 33 pesos en 2013. El crecimiento tampoco implica grandes regocijos (esta realidad a nivel internacional es superada en más de un 700 por ciento), pero ratifica al menos un despegue.

La funcionaria comentó que los principales sectores que se benefician de estas producciones son Biocubafarma, y la Alimentaria, que es el principal demandante. Al mismo tiempo adelantó que entre las producciones que aumentarán en el año en curso, están las unidades de bolsas de polietileno (las jabas), que se duplicarán respecto a las que se fabricaron en 2013.

Igualmente esclareció las diferencias entre los conceptos de envase y embalaje. “Un envase es un recipiente que puede estar hecho de cualquier material pero que está en contacto directo con el producto, y un embalaje está destinado a proteger el producto en la carga y descargue, en la transportación, o contra los derrames”.

Entre otros términos que consideró importante definir en su exposición, distinguió a lo reciclable de lo reutilizable. “Los reciclables son los que pueden llevarse a Materia Prima y volverlos a confeccionar, y los reutilzables son aquellos que no cambian sus propiedades físicas y pueden volverse a emplear en una misma función”.

Los envases, precisó, cumplen funciones físicas y de comunicación, en la física se encuentra la dosificación, la protección… y en las de comunicación entra la seducción de los clientes que lo consumen, o toda la ruta de producción.

Esta industria en los 90 comenzó a clasificar como un sector estratégico dentro de la economía mundial, agrupaba a más de 100 mil industrias productoras. Hoy ocupa entre un uno o un dos por ciento dentro del PIB mundial. Alegó la experta que el envase de papel y el de cartón son los más demandados en el orbe, como también ocurre en Cuba, seguidos por los de plástico.

Iris Quiñones, viceministra de la Industria Alimentaria, comentó que los 280 millones de pesos que dedicarán a envases y embalajes, representan el 49 por ciento de lo que recaudará esta industria, y el 50 por ciento será suministrado por la industria nacional.

Admitió que ha habido una integración mucho más efectiva después de que se implementara la nueva política. También se han materializado algunas inversiones y se ha fortalecido el programa de reciclaje. “Estos avances nos van a dar mayor acceso a fuentes nacionales de envases de plástico, de vidrio, sin embargo se importarán volúmenes importantes de envases flexibles, los que utilizamos para el yogurt, para el café, las latas de aluminio para la cerveza, los envases de los jugos y compotas…”

Ahondó en que si bien se ha avanzado en la sustitución de importaciones, aún se comercializa mucho de forma a granel y hay otros que aunque son envasados se venden en formatos de mayor gramaje, por lo que tienen un mayor precio y disminuye con ello su compra.

Expresó que se está desarrollando un trabajo conjunto para modernizar las líneas de envasado de las líneas de alimentos, esto ocurre actualmente en las máquinas tapadoras de las conservas. Igualmente se trabaja en el diagnóstico del envasado aséptico y se han hecho inversiones para producir las preformas en las que salen los pomos de agua y refresco, para que aumente su producción”.

En el espacio se dio a conocer que se están acelerando los estudios de factibilidad para que se reciclen las botellas personalizadas de determinadas marcas de ron. “El Habana Club, por ejemplo, hoy no tiene en sus líneas tecnológicas la posibilidad de garantizar la inocuidad del producto con envases reutilizados y se están acelerando los estudios de factibilidad para que se cree un centro que le devuelva esas posibilidades de inocuidad. No pasaron por alto a su vez informar que se labora en un proyecto para la fabricación de envases de menor escala y que tengan como principio su reutilización”.

Adriana Barceló añadió que como parte de la política se acordó que se elabore la base normativa legal sobre la cual se desarrolle este trabajo, porque en nuestro país no contamos con una ley sobre el empleo de los envases y en el mismo sector de los alimentos cada vez los clientes son más exigentes con la trazabilidad de los productos.

Georgina González, de Biocubafarma, compartió que con los proveedores a los cuales se les compra los envases y embalajes que no tenemos capacidades o posibilidades para producirlos, se sigue todo un protocolo que garantiza el análisis de la gestión de calidad, la evaluación de ofertas y el análisis del comportamiento de las entregas.

Ahondó en que el 60 por ciento de los envases y embalajes que necesita Biocubafarma son importados, y todo ello porque la industria nacional dentro de su cartera de productos no posee la materia que requiere Biocubafarma para su proceso productivo, por lo que la introducción paulatina de una tecnología más avanzada exigirá igualmente material de envase.