El Archivo Nacional de la República preserva la memoria del país

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos Roberto Garaicoa

El Archivo Nacional de la República de Cuba, en sus 175 años de existencia, ha atesorado más de 27 kilómetros de documentos de alto valor histórico y patrimonial, que constituyen el mayor testimonio para historiar nuestra nacionalidad, nuestros orígenes y evolución. Fundado el 28 de enero de 1840, con el nombre de Archivo General de la Real Hacienda, este fue el quinto centro de su tipo creado en América Latina.

En el se ha recopilado, en 221 fondos, la documentación de las sucesivas administraciones coloniales, neocoloniales y algunas del período revolucionario; la perteneciente a relevantes personalidades de la cultura y la política y la que generaran escribanos notariales, órganos consultivos, sociedades, compañías, institutos, museos y universidades, en fin, toda la variedad de formas en que se organiza la sociedad civil.

Martha Ferriol Marchena, directora general de esta institución, hizo referencia en la Mesa Redonda de este martes a algunos de los fondos valiosos que conservan, como el archivo de guerra del general Carlos Roloff, el fondo del Gobierno de la Revolución de 1895, la documentación del Partido Revolucionario Cubano, la colección de documentos sobre Asuntos Políticos, que agrupa temáticas tales como corzo, piratería, movimientos sediciosos, levantamientos de negros, resoluciones gubernativas y expedientes sobre la intervención norteamericana, entre otros.

En su intervención precisó que no solo apoyan las investigaciones estrictamente académicas en el ámbito histórico, sino que responden a las demandas de los más disímiles especialistas: etnólogos, lingüistas, arquitectos, músicos, arqueólogos, sociólogos, periodistas, economistas, médicos, cineastas, juristas y todos aquellos interesados en recabar las respuestas del pasado, de un pasado que revivimos para ellos a través de una dinámica informacional moderna y potencialmente creciente.

El Archivo Nacional de República de Cuba ofrece, tanto a ciudadanos nacionales como extranjeros, servicios de referencia especializada y diseminación selectiva de la información; de asesoría, consultoría y de organización, tanto en materia de archivos como de preservación del patrimonio documental; de acceso a la información disponible en los fondos documentales y colecciones de archivo y monitoreo de información; así como servicios de restauración documental, encuadernación y confección de papel artesanal y de reprografía de documentos, entre otras múltiples propuestas.

Ferriol Marchena  explicó que desde el año 2001 se creó el sistema nacional de archivos, lo que enriquece los fondos de la nación, y estructuralmente está compuesto por la red de archivos de todo el país, que incluye los centrales de los órganos y organismos. “Ha sido un mecanismo de integración que facilita el intercambio de saberes, de recursos humanos…”

Compartió que en estos 175 años el Archivo ha estado en diversos lugares, pero fue Joaquín Llavería quien en el centenario del centro logró construir ese digno edificio donde se ubica desde hace 70 años, en Compostela 906, esquina a San Isidro, Habana Vieja.

El director del Instituto Nacional de Historia de Cuba, René González, destacó los importantes proyectos de colaboración que establecieron con el Archivo desde el año 2013. “Desde entonces estamos trabajando en las obras completas de Máximo Gómez y Antonio Maceo. En tiempos anteriores al triunfo de la Revolución se dedicó un presupuesto para ejecutar ambos propósitos, pero nunca se consumaron los procesos”.

Argumentó que en el proyecto de las obras completas de ambos próceres, en edición crítica,  trabajan actualmente muchos jóvenes. En función de ello se han recopilado unos 7 067 documentos generados por Máximo Gómez, de los cuales unos 2 500 son inéditos, y 304 de Maceo nunca habían sido publicados.

“Los cubanos, a partir de estas obras monumentales, van a tener la oportunidad de conocer a un nuevo Maceo y a un nuevo Máximo Gómez. El Generalísimo, por ejemplo, después de 1898 dedicó mucho tiempo a reflexionar sobre los valores humanos, la educación,  la cultura…

“Esta es una obra inmensa, de mucho amor. Hemos tenido que buscar aliados en otros países, porque hay mucha documentación dispersa de estos héroes, sobre todo en el Arco de las Antillas. Y hay un grupo de historiadores que se han sensibilizado y nos han apoyado en esta búsqueda”, añadió.

El panelista sostuvo que este es el proyecto más ambicioso que actualmente despliegan, por lo que sería muy arriesgado prever una fecha de conclusión. “Lo único que nos atrevemos a decir es que este año sacaremos la edición crítica íntegra del Diario de Campaña de Máximo Gómez. Después trabajaremos a Gómez como literato, una cualidad que casi nadie conoce de él”.

El otro gran proyecto en el que trabaja el Instituto Nacional de Historia con el Archivo es en el de la diáspora negra. “Hemos hecho todo un levantamiento de todos los archivos de la documentación de la esclavitud en Cuba y este año queremos presentarlo”, afirmó René González.

Y el tercer proyecto que emprendieron es un estudio para el rescate oral de la memoria. “Unimos los esfuerzos para poner a disposición de los cubanos la voz del general mambí Enrique Loynaz del Castillo, amigo de Martí, ayudante de Maceo, miembro del Estado Mayor de Máximo Gómez y el padre de Dulce María Loynaz”.

Roberto Pérez Rivero, presidente de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHC), refirió que al historiador le es tan vital el Archivo por el carácter mediado de la historia como ciencia. El historiador no puede interactuar con el objeto que investiga, y la única manera en que podemos hacerlo es mediante fuentes, y los documentos son una fuente imprescindible. “Y la institución que los clasifica, los ordena, los cuida y los pone a disposición de los historiadores es el Archivo Nacional de Cuba”.

Compartió que también esta organización gremial se ha preocupado mucho por el tema de la conservación del patrimonio. “En el último Congreso dedicamos una comisión a trabajar este asunto, porque es vital preservar todo este arsenal. Además establecimos una disposición tácita para favorecer el acceso de los asociados a la UNHC a los fondos del Archivo”.

Sobre el valor del Archivo Nacional, el historiador Yoel Cordoví aportó que desde hace más de dos décadas es un fiel asiduo a esta institución, “desde que di mis primeros pasos en el camino siempre intenso de la investigación. Porque es imposible hacer la historia de Cuba si no asistimos al Archivo Nacional, si no hurgamos en sus fondos. Es la salvaguarda de la memoria”.

Esta especie de templo donde van a orar todos los historiadores, es una dependencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

La Directora del Archivo Nacional de Cuba sumó que se han dado pasos acelerados en el sistema nacional de archivos, porque se ha tomado conciencia de la importancia de los documentos, hasta para tener un ambiente de control en las entidades.

Emiliana Belkis Arevich, del archivo del Ministerio de Salud Pública, comentó su experiencia como miembro del sistema nacional de archivos. “Es un aporte que hemos logrado como organismo a partir de la formación de una cultura de la gestión documental, porque todo documento que tenga más de 30 años y sea de importancia para la historia del país debe pasar a los fondos del Archivo Nacional de Cuba”. Alegó que tienen más de 7 mil trabajadores del sector preparados en la gestión documental.