Chávez nuestro americano

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos Roberto Garaicoa

Hace justamente dos años, a las 4 y 25 de la tarde, Cuba lloró amargamente. Porque el Comandante Hugo Chávez no solo era uno más de los nuestros y el mayor discípulo de Fidel, sino un hombre continental e infinito. Por ello el moderador de la Mesa Redonda de este jueves, Oliver Zamora, expresó que ese día prepararon el programa más triste, el que nunca hubieran querido hacer.

Ante la muerte de este gran hombre que encarnó a Bolívar, la directora del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, Bárbara Betancourt, expresó que “en nuestro país todo el mundo experimentó un sentimiento compartido, aunque ya ese día conocimos por los partes médicos, y por las llamadas telefónicas que nos hizo la enviada especial de la televisión, Gisela García, de su delicadísimo estado de salud. Había un total estado de recogimiento, y uno no hubiera querido ser periodista para dar esa noticia”.

Explicó que cuando llegó a Caracas apreció las interminables hordas fúnebres. “Era algo increíble: la gente lloraba, pero también cantaba. Porque Chávez tuvo la entereza de, ya herido de muerte, estar hasta el final de su campaña, bailando y cantando en la tarima, aunque después se lo tenían que llevar en parihuelas para una ambulancia”.

Caracas, el día de su muerte, se hizo Venezuela. “Todo el mundo se sintió tocado por Chávez, por ello nadie quería dejar de darle el último adiós y hubo que extender sus funerales. Porque Chávez rescató la patria para todos los venezolanos, y salvó las mejores tradiciones de su pueblo siendo el enamorador que fue. Por ello se desbordó la Avenida de los próceres, y fue un luto rojo y no negro”, subrayó Bárbara Betancourt.

La panelista hizo énfasis en que uno no puede imaginarlo muerto, porque parecía un hombre de granito. Por eso sus ojos siguen en el imaginario popular, y en el legado lo que más deben hacer los venezolanos es salvar su memoria.

Para la Doctora Ana Teresa Badía, la oposición actual del proyecto bolivariano y chavista es la misma desde hace muchísimos años, solo se habrán dado unos tintes. “Por ello no han podido contra las banderas alzadas por Chávez y que defiende con fuerza Maduro, porque además no ha sido una oposición seria, ni ha tenido capacidad para presentar una propuesta superior a la estrategia de trabajo del Gobierno de Maduro”.

Sostuvo que ellos se han centrado en ataques de desgaste, más que en presentar un camino, una alternativa. “Y hasta la mal llamada Mesa de Unidad Democrática ha estrenado nuevos secretarios. No tienen ni una articulación, ni un confluir en función de unidad. Se caracterizan, más bien, por maniobras bien oscuras”.

El Doctor Alberto Prieto, profesor de mérito de la Universidad de La Habana, añadió que Chávez era un hombre muy carismático y su mayor mérito fue interpretar los sueños de su pueblo. Él comprendía y resumía los diferentes estratos sociales, y estaba armado con el pensamiento de Bolívar. Por ello la gente vio en él la posibilidad del cambio.

“El chavismo es una forma de hacer política, porque Chávez comprendió las esencias y el sentir de esa sociedad, que había vivido del rentismo petrolero por más de 40 años. Y sumó y sumó a la gente, como Maduro lo ha seguido haciendo.

“El chavismo es renacer, es la esperanza. Chávez supo lo que quería la mayoría de su gente, por eso la oposición siempre se enfrascó en tratar de entretener para hacer intrascendente la política. Pero no pudo”.

La Doctora Ana Teresa Badía argumentó que Chávez fue no solo un líder de ese país, sino que supo tejer la unidad latinoamericana, y se ocupó con pasión de ese asunto tan estratégico. “Por ello fue mucho lo que también hizo por la paz en Colombia. Y lo que hoy vemos en los diálogos es el resultado de un nuevo escenario latinoamericano. Para Venezuela, la paz en Colombia es algo muy importante, por ello Chávez fue un artífice de los diálogos”.

La periodista enfatizó en que la participación en estos momentos de seis militares de alto rango en los diálogos y la tendencia a que más del 70 por ciento de los colombianos apuesten por la paz, nos habla de la irreversibilidad de este proceso.

Los panelistas coincidieron en que El mejor amigo de Cuba puso su mano en mucho de lo bueno que hoy se cosecha en la región, porque no solo puso su mirada y sus fuerzas en los sueños pospuestos de su pueblo, sino que no dejó morir a Bolívar en América Latina.