La escuela cubana después de los cambios

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos Roberto Garaicoa

Sobre el impacto de las modificaciones en el sistema de enseñanza dialogaron en la Mesa Redonda de este martes autoridades del Ministerio de Educación, encabezadas por su titular, la Doctora Ena Elsa Velázquez Cobiella, con el propósito de explicar detenidamente los aciertos o pendientes de los reajustes que se propusieron en la educación cubana, a partir de las propias sugerencias que les hicieron durante un extensivo recorrido que desarrollaron por todas las provincias del país.

La Ministra de Educación argumentó que lo aprobado en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución ha sido la columna de este proceso, y sobre todo el número 145, que pone en el centro a la escuela y la calidad del proceso docente-educativo.

Precisó que “para nosotros calidad significa: formación integral de nuestros niños, y no solo con la adquisición de conocimientos o habilidades. Hay que hablar de convicciones, de comportamientos, de valores, y que sus conocimientos perduren con solidez con que se alcanzan. De esa manera tratamos la calidad de la educación”.

Velázquez Cobiella precisó que la formación del personal docente es una de las prioridades del Ministerio de Educación, así como la formación de un estudiante integral, en un año en el que se trabajará con una matrícula de 1 millón 804 mil estudiantes en las 10 366 instituciones que tiene el país.

Refirió que en este curso escolar ha habido una adecuación y flexibilización en el proceso docente, “lo que significa que la escuela tiene más protagonismo y responsabilidad en la organización del proceso docente. Lo que no quiere decir que las escuelas están autorizadas a incumplir el plan de estudio o a afectar el fondo de horas. No se elimina tampoco la merienda escolar, solo se le da la posibilidad a la familia para que decida si el estudiante irá a almorzar a la casa y tendrá que comprometerse con este regresará luego a la escuela”.

Entre otro de los tópicos significativos, abordó que se ha insistido en que hay que rescatar los círculos de interés, el movimiento de monitores, los festivales deportivos y culturales. “Estas son posibilidades que integran a la escuela con la comunidad y la convierten en el centro de muchos de los procesos del barrio”.

En su intervención, refirió que uno de los pendientes es el completamiento de la plantilla de profesores, y que en las provincias donde más dificultades han presentado es en Mayabeque, Artemisa, Matanzas y La Habana, donde se ha empleado como fórmula la contratación de personal, y dan clases hasta los directivos de las escuelas, así como los funcionarios de Educación de los niveles Municipal y Provincial.

Ratificó que para que se logre el avance es vital el papel y el ejemplo del maestro, como también el apoyo de la familia y de las instituciones que se encuentran en el entorno del plantel, ya que esta complementación es esencial para el éxito del proceso docente.

La Ministra de Educación puntualizó que han recorrido más de 2 000 instituciones en todo el país, donde han intercambiado con más de 140 mil personas para pulsar cómo avanzan las modificaciones y en qué medida se ha beneficiado la formación de los educandos, que es el principal objetivo.

Entre los mejores ejemplos, resaltó el trabajo de los siete planteles de Vueltas, en la provincia de Villa Clara, donde Juan Bautista, presidente del Consejo Popular, ha sido un líder imprescindible en el logro de estos objetivos.

Bautista, quien fue invitado a la Mesa Redonda para que expresara sus vivencias, manifestó que lo que han hecho fundamentalmente es trabajar apegados a lo que establece la Constitución de nuestra República, y específicamente a partir de lo que se establece en la Ley 91, en la cual se precisa la labor de movilización popular en función de resolver problemas de la comunidad que tienen los directivos de un Consejo Popular.

A partir de esa esencia, dijo, buscamos una línea estratégica de trabajo, de forma tal que los más de 14 mil pobladores de Vueltas se sintieran implicados en esta responsabilidad compartida.

Advirtió que todas las instituciones de la comunidad han sido imprescindibles en el apoyo del proceso docente-educativo, y resaltó el trabajo de la Casa de Cultura. “Coordinamos acciones e hicimos convenios de trabajo con las diversas instituciones para lograr un trabajo armonioso”.

Compartió que entre las cosas que orientaron está que los muchachos a partir de 4to. grado vean la película Baraguá, y después el profesor de Historia comenta la película. “Otra experiencia que nos ha dado mucho resultado son las clases en la calle, ya que tienen una dinámica diferente”.

Sostuvo que “nos integramos y las personas se van embullando con lo que ven. Al  punto de que logramos que en la reparación de una de nuestras escuelas la población trabajara más de 20 mil horas de forma voluntaria”.

Indira Fajardo, la presidenta de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, ofreció detalles sobre el trabajo que realizan los instructores en el proceso docente-educativo. “Lo que perseguimos es que esos niños se conviertan en hombres y mujeres mejores y más útiles. Existen experiencias hermosas de esta articulación que demuestran la importancia de poner a la cultura en el centro de la enseñanza”.

Afirmó que hoy los instructores comprenden mejor el papel que les corresponde, y su misión con la comunidad, donde la escuela es el centro de los mayores procesos culturales.

Hoy contamos, precisó, con proyectos comunitarios en todas las provincias, entre ellos “siempre destaco a El amor toca tu puerta, de Guantánamo, que ha mantenido una labor sostenida desde el 2004. También son relevantes Gamorra, Amanecer, Renacer campesino, entre otros muchos”.

Según Indira Fajardo, tienen estrechos vínculos de trabajo con el Centro de Intercambio y Referencia-Iniciativa Comunitaria (CIERI) y las Casas de Cultura, lo cual ha redundado en resultados muy favorables. “Apostamos por la fortaleza de los proyectos, para que el instructor amplíe sus iniciativas y no se limite al momento de diálogo con la comunidad, sino que vaya más allá”.

Para el trabajo en la comunidad, explicó que el instructor tiene varias vías como el trabajo con el estudiante en el aula y con la familia del niño. “Pero son de gran impacto los proyectos que realizan a partir del diagnóstico de la zona, porque allí se desdobla de su labor en la escuela porque no se limita a ese contexto reducido y puede incluso llegar a otras comunidades distantes”.

Osdeny Antúnez, director de la ESBU Julio Antonio Mella, precisó que los primeros elementos que tenemos que tener en cuenta para el éxito de los cambios en el proceso docente es la combinación con la comunidad.

“Nosotros hicimos un diagnóstico sobre las potencialidades socioculturales, y organizamos el horario de vida de nuestra institución a partir de ello. Identificamos los principales procesos, y uno de ellos era el de orientación vocacional y profesional de nuestros 468 estudiantes. Hoy todos están en círculos de interés con instituciones y profesores y familiares”.

Sostuvo que los cambios implican mucha entrega, y sobre todo mucha unidad entre todos los factores, quienes son imprescindibles para que la escuela no se quede sola en este gran empeño de tener mejores profesionales y seres humanos en el futuro.