Reajustes que perfeccionan la educación cubana

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos Roberto Garaicoa

En esta segunda edición de la Mesa Redonda sobre la educación, los panelistas invitados continuaron delineando los principales rasgos que hoy tienen los programas de enseñanza en los planteles cubanos, ese espacio de convivencia donde se modelan las conductas y se forman las nuevas generaciones de cubanos.

Los reajustes en el programa docente de este período lectivo han estado enfocados en la formación del personal docente,  así como en la preparación de un estudiante integral, en un año en el que trabajan con una matrícula de 1 millón 804 mil estudiantes en las 10 366 instituciones que tiene el país.

También ha habido una adecuación y flexibilización en el proceso docente, lo que significa que la escuela tiene más protagonismo y responsabilidad en la organización del mismo, lo que no quiere decir que las escuelas están autorizadas a incumplir el plan de estudio o a afectar el fondo de horas.

Una maestra espirituana de vasta experiencia, narró cómo con la actualización de los procesos docente-educativo, la preparación del maestro en la sesión de la tarde dejó de ser una añoranza. “En estos horarios se ha podido fortalecer el trabajo individualizado con los estudiantes y la preparación metodológica, con clases instructivas, por ejemplo”.

Alegó que también en estas sesiones han podido atender a los niños con dificultades, revisar las libretas, preparar las clases, trabajar con los estudiantes de concurso…

En su intervención, ponderó que se han podido comprobar los resultados que han dado estas medidas, de hecho, en una visita integral que hicieron a un municipio pudieron constatar cómo han aumentado la calidad de las clases y cómo las actividades extradocentes complementan la formación de los educandos.

Entre estas actividades mencionó las visitas a los museos y a los lugares históricos, así como los ensayos de la banda rítmica y de los equipos de gimnasia, o los encuentros de conocimientos que se preparan de manera amena.

Igualmente no pasó por alto el valor y utilidad de la vinculación con los diversos actores de la comunidad, y el peso que tiene la familia en la educación de los hijos, ya que en este proceso no pueden dejar sola a la escuela.

Darelys Rivero, ama de casa que integra un Consejo de Escuela en la capital, expresó emocionada sus vivencias como parte de esta nueva estructura, dedicada a fortalecer y a apuntalar el trabajo de las escuelas, ya que permite analizar de manera conjunta los intereses de los es­tudiantes.

Refirió que se ha dedicado con fuerza a que el entorno comunitario sea cada día mejor, de forma tal que los niños crezcan en un ambiente sano, y no encuentren contradicción entre lo que se les enseña en la escuela y luego observan a su alrededor.

Teresa Hernández, ideológica de la Federación de Mujeres Cubanas, puso énfasis en las experiencias valiosas que poseen en el trabajo en la comunidad, donde la escuela debe ser el centro formador y cultural por excelencia.

“Nos hemos insertado para apoyar en el trabajo en la prevención del embarazo en la adolescencia, y también se están fomentando talleres sobre la convivencia familiar. Lo que procuramos es lograr relaciones más justas, armónicas y equitativas a favor de la no violencia, que se hable sobre la educación cívica, el respeto, los valores, y que todo ello influya en la familia”, subrayó.

Además, puntualizó que la FMC apoya en la atención a las escuelas pedagógicas. “Creemos que podemos influir más en esos futuros maestros con las vivencias desde la historia de la organización, de nuestras patriotas…, este año, por ejemplo, estaremos conmemorando el 85 cumpleaños de Vilma y el bicentenario de Mariana”.

Para todo este empeño, dijo, tenemos muchos colaboradores de las Casas de Orientación a la Mujer, porque lo que más deseamos es el reconocimiento a la familia que tiene valores dignos a imitar.

Eduardo Larrosa, de Azcuba, ahondó en cómo este grupo empresarial se preocupa por la formación y orientación vocacional y atiende a los politécnicos. “Tenemos 81 instructores en los palacios de pioneros, con los cuales formamos círculos de interés y creamos todo un movimiento en función de que aumente el amor por la producción de azúcar”.

De esta forma, dijo, hemos podido contar con más de 400 círculos de interés. “Estos estudiantes de secundaria y primaria los rotamos por los centrales, para que vean en la práctica la vida de un azucarero”.

Igualmente, según el directivo, Azcuba se ha preocupado por la formación de los obreros calificados y de los técnicos medios en especialidades vinculadas con este sector. “Así logramos elevar la matrícula en el último curso y  nos proponemos seguir apoyando para que crezca más, de forma tal que se pueda suplir la fluctuación de personal que tiene el organismo”.

Con la enseñanza politécnica, alegó, “hemos avanzado con las aulas anexas, ya que contamos con unas 223 aulas en los centrales y en otros espacios productivos de Azcuba. También se ocupan de la formación unos 176 especialistas y más de 200 profesores se unen a esta actividad docente”.

Este sistema empresarial ha logrado contar con siete pelotones de estudiantes y uno va a llegar a ser millonario, y “tenemos hasta muchachas que han logrado operar las máquinas. Al tiempo que, de conjunto también con el Mined, estamos incorporando a los planes de estudio el trabajo con las nuevas tecnologías que estamos recibiendo. Las combinadas tienen un alto nivel de automatización y hemos tenido que fortalecer este proceso de aprendizaje”, comentó.