Seguridad vial: un desafío para el transporte y la salud (+ Fotos y Video)

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Foto: Roberto Garaicoa

El 23 de abril concluyó en La Habana la cuarta reunión del Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial. ¿Cuál es la historia de esta institución? ¿Cuál ha sido su trabajo y sus principales resultados? ¿Qué importancia ha tenido para Cuba? Fueron algunas de las interrogantes que tejieron el debate de la Mesa Redonda de este jueves.

Oscar del Toro, secretario de la Comisión de Seguridad Vial en Cuba,  ahondó en que en la Isla se trabaja para disminuir los riesgos y condiciones que propician los accidentes del tránsito, al tiempo que argumentó que esta reunión fue de tipo técnica, en la que se evaluaron las políticas gubernamentales para disminuir el impacto de estos fenómenos de la modernidad.

Hizo énfasis en que el país persigue como meta lograr cero fallecidos por accidentes. “Por tanto, las experiencias que pudimos adquirir en lo que los otros países han logrado en la gestión de esta problemática son muy valiosas, y nos permiten hacer un balance de lo que hemos hecho y lo que podemos hacer”.

Comentó que en el marco de esta reunión tuvieron la oportunidad de realizar un panel en el cual interactuaron las autoridades de seguridad vial, de tránsito y de salud, y en este espacio se abordó cómo se trabaja de conjunto para atender a los lesionados y mejorar los mecanismos de asistencia.

El argentino Felipe Rodríguez, presidente del Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial, se detuvo en los orígenes de esta institución, que surgió como propuesta en el año 2008 en una Cumbre Iberoamericana. A partir de ahí se generaron una serie de encuentros que posibilitaron la suma de voluntades hasta crear el 17 de noviembre de 2011, con 20 países, este Observatorio, que permite el intercambio de experiencias y tiene un comité de cooperación.

Su estructura, dijo, está circunscrita al Plan del decenio, avalado por la ONU, y el primer punto es la institucionalización de la atención a la seguridad vial, y entre sus pilares están el seguimiento técnico al parque automotor, la actuación frente a un siniestro y el seguimiento a la conducta humana, porque los usuarios de la vía tienen que tener más conciencia en este espacio público en el que se interactúa.

Señaló que se ha evolucionado, pero hay que lograr un Observatorio en cada país miembro, para tener datos con indicadores comparables para tomar acciones. También hay que igualar las normas a nivel de Iberoamérica en cuanto a tipificación de sanciones, fijar los límites de velocidad, entre otros aspectos.

El español Pera Navarro, ex director de Tránsito en su país y fundador del Observatorio, comentó que había que aumentar la sensibilización a nivel político, a tono con los niveles de la tragedia que se estaba viviendo con los accidentes. “Por ello procuramos buscar datos homologables, para intentar tener un retrato de lo que estaba pasando en la región. El gran éxito del Observatorio ha sido poder tener datos para poder tomar decisiones. Y otro de los avances es que estábamos cada uno atomizados en nuestros países, y poder encontrarnos con otros que sufren las mismas angustias fue muy importante. A lo que se suma que en un principio cada uno mostraba lo bueno que estaba haciendo, y ahora el gran cambio es que cada uno explica lo que le ha salido mal. Este salto cualitativo ha sido muy aleccionador”.

El experto subrayó que hay otro objetivo ambicioso, que es la creación de un espacio iberoamericano de Seguridad Vial, para que cuando se corran los horizontes no cambien los modelos de actuación en estas áreas.

Evaluó que “se ha avanzado extraordinariamente, en sensibilización, en datos, y en la importancia del cumplimiento de las normas. En un principio todo el mundo mostraba las campañas y en esta reunión hemos estado hablando del cumplimiento de las normas, de la policía… pasamos de explicar el trabajo de propaganda social, a la conciencia sobre el cumplimiento de la norma”.

Se detuvo en que el hecho de las víctimas y el cambio que ha supuesto para ellos los accidentes, ha permitido que las personas sean más mesuradas. También el Observatorio ha permitido las Asociaciones de Víctimas, lo que ha fraguado una Federación.

Oscar del Toro sumó que el análisis sistemático a todos los niveles de esa situación en Cuba, nos ha permitido diseñar estrategias para cuidar a los más vulnerables. “Hay algo muy típico que nos sucede: 2 de cada 3 fallecidos son peatones. Y esto es muy complejo, porque tenemos que cuidar más a estos usuarios. Se ha logrado una sinergia, pero nos queda mucho por hacer. Porque no podemos echarle la culpa a las víctimas, sino que hay que proponer estrategias para que los accidentes disminuyan, sobre todo los masivos”.

El costarricense Germán Valverde, director ejecutivo del Consejo de Seguridad Vial, abordó que su país ha sido pionero en la creación, desde hace 35 años, de una Agencia rectora de la Seguridad Vial, algo que la ONU promulga como un pilar significativo. “Pero la parte fea es que hemos sido una suerte de laboratorio, porque trabajamos 20 años de forma dispersa. Fue en el año 2000 cuando las cifras se dispararon y visitamos otros países, hasta entender que el abordaje de este problema tiene que ser integral.

“Hay que coger dos y tres objetivos y trabajar de forma consistente. Por eso elaboramos un plan para determinar elementos de alto riesgo: velocidad, uso del cinturón, la labor del policía del tránsito, y garantizar que no haya impunidad para los que irrespetan lo legislado. Así como generamos campañas de comunicación sobre estos aspectos”.

Entre las claves de éxito, ponderó ajustar las experiencias de otros países a las condiciones de los nuestros, porque copiar puede ser negativo también. “Hay que adaptarse a las circunstancias de cada contexto”.

Felipe Rodríguez, presidente del Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial, valoró que tenemos altas tasas de siniestros en América Latina con la presencia de transporte escolar, por lo que se ha previsto un plan para ver cómo disminuir la presencia del transporte público.

Oscar del Toro añadió que se han previsto en Cuba políticas para disminuir la presencia de motos en la vía, que tienen una alta incidencia en el comportamiento de la accidentalidad. “Las políticas del transporte público tienen que tener en cuenta el manejo de la seguridad vial”.

Germán Valverde sustentó este criterio con lo que viven en Costa Rica. “Hoy los motociclistas son los más afectados, a causa de los accidentes, después de los peatones costarricense”.

También coincidió con esta mirada Pera Navarro. “Las motocicletas nos llevan a un aumento sensible de los accidentes. En un principio aumentaron los autos, después aumentamos las vías… hasta que nos dimos cuenta de que aquello era un gran disparate, y situamos a los ciudadanos en el centro de la movilidad, y tuvieron prioridad las motocicletas, después del transporte público… para un uso más racional del automóvil. Y ahora tenemos como reto la movilidad con un tránsito bien ordenado”.

Igualmente, destacó, la movilidad depende del urbanismo y de cómo colocamos los polos para ordenar los desplazamientos. “Hay que poner orden. El transporte público debe privilegiarse y deben estudiarse aquellos lugares donde se repiten los accidentes, para determinar qué causas están influyendo en ello y transformarlas”.

El analista fue categórico al afirmar que: “O somos conscientes de que somos muchos, que tenemos que compartir unas normas para ordenarnos, o vamos al caos total”.

Las autoridades iberoamericanas coincidieron en que más del 87 por ciento de los accidentes están vinculados al factor humano, y no tanto a la ingeniería del vehículo o de la vía, por lo que debe ser una prioridad la sociabilización de este flagelo y el diseño de propuestas para evitarlo.

Es un problema que compromete el desarrollo sostenible de cualquier país. “Habrá que continuar trabajando para lograr inculcar más valores a corto plazo y alcanzar mejores resultados respecto a la seguridad vial”, concluyó el cubano Oscar de Toro.