Quienes desde la Isla cubana siguieron la carga simbólica que entrañaba esta marcha, también se conmovieron con el impresionante minuto de silencio y el Hurraaaaaa sostenido que evocaba el grito de Victoria.

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda ^[1]

Fotos: Roberto Garaicoa

El desfile por el 70 aniversario de la victoria sobre el fascismo ^[2] que estremeció la Plaza Roja este sábado, sintetizó, para esta reportera, varios conceptos: que la historia no puede ser olvidada, que la Rusia contemporánea gana conciencia de su grandeza y que la unipolaridad no tiene ganada su estrategia en el dominio de las hegemonías.

Quienes desde la Isla cubana siguieron la carga simbólica que entrañaba esta marcha, también se conmovieron con el impresionante minuto de silencio y el Hurraaaaaa sostenido que evocaba el grito de Victoria. Y aunque el gran concierto mediático que sostiene los mensajes de Occidente se esforzó por minimizar la secuencia de imágenes de un pueblo que ha recuperado su dignidad e hidalguía, decenas de millones de televidentes no pudieron quedar ajenos a este homenaje que reverenció la entrega de unos 27 millones de soviéticos caídos en los años de la II conflagración mundial y a los sobrevivientes en la defensa de la paz.

El Máster Santiago Pérez recordó la importancia del fin del Tercer Reich, del imperio de la ideología fascista que instauró Adolfo Hitler ^[3] desde 1933 en Alemania y convirtió a todo un continente en una hoguera de odio. “Por eso no se pueden olvidar los sacrificios del pueblo soviético, que fueron a favor de toda la humanidad”.

Destacó cómo la opinión pública en los 90 estuvo sometida a un bombardeo para reducir en la memoria el heroísmo de ese pueblo, con el objetivo de tergiversar su historia. “A tal punto llegó la propaganda, que leí recientemente los resultados de una encuesta aplicada entre europeos que detalla que el 46 por ciento considera que los norteamericanos fueron los protagonistas de la gran hazaña, contra un 13 por ciento que conoce que fueron realmente los rusos quienes vencieron a las hordas hitlerianas el 9 de mayo de 1945”.

Entre las notas más valiosas que ofreció este gran desfile, subrayó que constituyó un mensaje a quienes pretenden hacer resurgir el fascismo, como es el caso ucraniano. “Otro elemento que no se puede pasar de largo es que Rusia ^[4] no está aislada, allí estuvieron Jefes de Estado de más de 30 países, y la presencia de nuestro General de Ejército ^[5] también tuvo un significado especial. Creo que fue una reivindicación de Rusia y de la necesidad de buscar elementos de la espiritualidad para levantarse, porque este es un país que estuvo prácticamente humillado”.

El experto ahondó en que es muy valioso que Rusia se mire para adentro, y que rescate su grandeza desde el punto de vista cultural. El discurso político, apuntaló, es que ya pasó lo peor.

En la mañana del sábado 9 de mayo de 2015, podía intuirse que la valentía, el coraje y la entrega de hace 70 años tienen continuidad en el pueblo ruso y en la multiplicidad étnica que se destacaba en las calles moscovitas.

Julio César Mejías, corresponsal de Telesur y Prensa Latina en ese país, sumó a la Mesa Redonda ^[6] que esta fue realmente una jornada muy grandiosa, pero más que ello resignificó el gran triunfo de la guerra patria. “Ha unido notablemente al pueblo ruso en las circunstancias actuales, donde Putin ^[7] tiene un momento crucial. El Presidente puntualizó que se necesitan no solo la unidad, sino cerrar filas ante cualquier intento por demeritar las hazañas de los caídos durante aquella epopeya, cuando más de 27 millones de personas cayeron heroicamente. Les demostró, además, que se han recuperado de la gran debacle de la Unión Soviética”.

El periodista expresó que el pueblo ruso conserva mucho afecto por el cubano. “Ellos le preguntan a todos los ciudadanos cubanos por el Comandante en Jefe. A raíz de que escribiera, fueron masivamente seguidas sus letras, y la presencia de Raúl fue de suma importancia y de gran repercusión”.

El máster Santiago Pérez opinó que Cuba ha sido un amigo fiel de Rusia, al tiempo que precisó que las coyunturas actuales fueron las que no permitieron que los aliados de aquella epopeya estuvieran allí. No obstante, en cada uno de esos países hubo celebración por la gran victoria, de hecho, Putin reconoció el apoyo de estas naciones.

En sus palabras también aportó que algunas posturas tuvieron que ver con las sanciones que le han impuesto a Rusia para aislarla. Lo que a su vez constituyó una expresión de desprecio a la celebración, que incluyó un desfile militar. “Sin embargo, Ángela Merkel fue el 10 de mayo a Moscú. Creo que hay una fatiga de Occidente en la confrontación, porque Rusia es un país indispensable en la geopolítica mundial. Ellos, por ejemplo, tienen una gran dependencia de la energía que reciben desde Rusia. Yo percibo igualmente que John Kerry debe ir visitar ese país”.

ELECCIONES EN GRAN BRETAÑA

La parte final de este espacio se detuvo en las elecciones en Gran Bretaña ^[8], para lo cual la analista Elsa Claro partió de que en ese país hay un millón de británicos que tienen que ir a comedores humanitarios, hay un millón y medio de niños en situación de pobreza y en sentido general la desigualdad se ha profundizado. Por lo que “teóricamente cuesta entender que los ciudadanos voten a quien les reduce las ayudas y prestaciones solo porque los datos del PIB mejoren, mientras aumenta el número de personas con precariedad”.

El Gobierno de David Cameron ^[9] no concitaba una gran simpatía en los británicos. Las encuestas, al menos, reflejaban más bien una dosis de alta desconfianza. Pero las elecciones del jueves le dieron la mayoría absoluta que no obtuvo hace cinco años.

Este triunfo contra todo pronóstico, en opinión de Elsa Claro, está anclado a las deficiencias de un sistema electoral arcaico y complejo. “Este sistema produce distorsiones tremendas. Por ejemplo, que un partido con 4 millones de votos (UKIP) obtenga solamente un escaño mientras otro partido con 1,5 millones de votos (SNP) consiga 56. O que el 37% de los votos proporcione el 51% de los escaños”.

“Uno no se alegraría de que la ultraderecha tuviera éxitos. Pero allí el que gana por simple mayoría anula los votos de los demás. Los laboristas se han buscado este descalabro. Pasaron de ser de los más progresistas en toda Europa Occidental, y ahora tienen la plataforma programática de la derecha”.

En opinión de Elsa Claro, los que pueden atenuar el golpe son los escoceses. “Cameron pretende modernizar las bases de submarinos nucleares y ellos se oponen fuertemente a esto. Tenemos que desde el punto de vista económico y de política a seguir se oponen notablemente. Tenemos un panorama bastante dividido. Se había vaticinado un parlamento fragmentado, y habrá mucha oposición de los escoceses. Habrá, nadie lo dude, muchos puntos de fricción”.

El Máster Santiago Pérez recordó la importancia del fin del Tercer Reich, del imperio de la ideología fascista que instauró Adolfo Hitler desde 1933 en Alemania.

Entre las notas más valiosas que ofreció este gran desfile, Santiago subrayó que constituyó un mensaje a quienes pretenden hacer resurgir el fascismo, como es el caso ucraniano.

La parte final de este espacio se detuvo en las elecciones en Gran Bretaña, para lo cual la analista Elsa Claro partió de que en ese país hay un millón de británicos que tienen que ir a comedores humanitarios.

El Gobierno de David Cameron no concitaba una gran simpatía en los británicos. Las encuestas, al menos, reflejaban más bien una dosis de alta desconfianza.