Intentos desestabilizadores en América Latina

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

Las maniobras de las oligarquías, los medios, los estrategas imperiales y otros estamentos reaccionarios en Latinoamérica contra varios procesos progresistas de la región fueron analizadas en la Mesa Redonda de este jueves.

Ecuador ha sido uno de los escenarios en los que la derecha reaccionaria ha atizado las confrontaciones, a partir de que el Gobierno propusiera la aprobación de dos normativas —la Ley de Herencia y la de Plusvalía— para redistribuir las riquezas y evitar los desequilibrios sociales.

Los sectores oligárquicos, en cambio, han asumido la propuesta del ejecutivo como bandera para desprestigiar el Presidente y su Revolución Ciudadana e intentar crear una matriz desestabilizadora que altere el orden social y constitucional de la nación ecuatoriana.

La Ley de Herencia tiene como objetivo evitar la evasión fiscal y la llamada Ley de Ganancia Extraordinaria, dispondría el pago de impuestos por estos conceptos, y todo lo obtenido se destinará a programas sociales y becas de estudio. La reforma establece el pago obligatorio de impuestos sobre herencias mayores de 50 000 dólares.

La Doctora Ana Teresa Badía explicó que solo el dos por ciento de los 16 millones de ecuatorianos alguna vez recibirá una herencia y, de estos, en apenas un diez por ciento, la sucesión sería mayor a la cifra indicada. Por lo que se vería afectado por estas nuevas legislaciones, solo el seis por ciento de la población ecuatoriana.

La experta añadió que en solo 265 personas de Ecuador se concentran 30 mil millones de dólares. Un dato que da la medida de los pocos afectados por una propuesta que persigue garantizar una sociedad más justa, donde las riquezas sean distribuidas con equidad, priorizando la estabilidad del pueblo y no el enriquecimiento de cúpulas empresariales, que en 1999 llevaron a Ecuador a padecer una crisis económica.

Llamó la atención, además, sobre el hecho de que la derecha internacional está procurando una reacción en cadena en América Latina, porque los que avivan las confrontaciones desde Ecuador han convocado a una marcha el 25 de junio, mientras en Venezuela los opositores están previendo una acción similar el 24.

También reconoció que este caos lo han pretendido montar cuando se aproxima una visita oficial del Papa Francisco a Ecuador el 5 de julio.

Y como ha dicho el presidente Rafael Correa, coincidió en que a través de redes sociales y medios de comunicación, la derecha ecuatoriana y sus aliados internacionales están sembrando una campaña de zozobra en la población, al decir que los ciudadanos deberán pagar montos muy altos, lo cual afectará su calidad de vida.

El periodista Sergio Alejandro Gómez, jefe de la página de Internacionales del periódico Granma, argumentó que esta decisión iba al corazón de lo que Marx describiera como la tendencia del capital a la concentración. “Hubo un ciclo económico favorable, pero la riqueza acumulada fue la que no se redistribuyó equitativamente, y esto es lo que quiere lograr Correa”.

El analista insistió en que esta no es una medida exclusiva de los gobiernos progresistas, sino que otros países la aplican igualmente para evitar los niveles de desigualdad.

Más del 98 por ciento de los ecuatorianos no pagarían impuesto a la herencia, sin embargo, esa fue la excusa de la derecha para generar un clima de desestabilización en las calles contra el Gobierno de la Revolución Ciudadana.

Ante las acciones de desestabilización que orquestó la oposición utilizando las dos legislaciones como punta de lanza para llamados al paro, boicot y manifestaciones violentas, el presidente ecuatoriano Correa anunció que retiraría de la Asamblea ambas iniciativas de ley para analizarlas en un gran debate nacional.

Sobre esta decisión,  Sergio Alejandro Gómez comentó que no se trata de una derrota, sino que el Presidente de Ecuador ha aprovechado la situación para que el pueblo establezca un debate sobre el tipo de sociedad que quieren construir.

Una comisión legislativa de Ecuador anunció este lunes que iniciará una campaña cívica de información para dar a conocer los alcances de las iniciativas sobre herencias y plusvalía. El objetivo es que la ciudadanía conozca los alcances de los proyectos de ley de Redistribución de la Riqueza (herencias) y sobre las ganancias extraordinarias (plusvalía).

Pese a la decisión gubernamental, la oposición siguió, a través de las redes sociales, llamando a la población a continuar las protestas. En su cuenta de Twitter, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, llamó ahora a marchar con más ganas. Y otros que también recurrieron a las redes sociales para soliviantar a la población fueron el ex candidato presidencial Guillermo Lasso, y los legisladores Andrés Páez y Lourdes Tiban, opositores acérrimos del proyecto de Revolución Ciudadana que lidera Correa desde su llegada al poder en 2007.

Para el subdirector de la Agencia de Información Nacional, Jorge Legañoa, las maniobras de la derecha han seguido buscando caldo de cultivo en Venezuela. “En este país no se trata de un escenario nuevo, sino de una forma de actuación que se recicla”.

En Venezuela, afirmó, están a la caza de la tormenta perfecta. “Y aunque la inseguridad sigue estando latente entre sus estrategias, los opositores se han empecinado en alimentar la guerra económica, y la han llevado a un punto en que más del 60 por ciento de un grupo de venezolanos encuestados se sintieron descontentos con esto”.

“Ellos, comentó el experto, están procurando la revocación del presidente Maduro. Y no van a detenerse en este empeño”.

Parte de esta orquesta ha sido la espiral de violencia desatada por la derecha nacional e internacional y que se inició con las «guarimbas» (protestas violentas) perpetradas en el primer trimestre del año pasado, así como el asesinato de líderes de la Revolución, como es el caso de Eliézer Otaiza y del joven Robert Serra.

La Doctora Ana Teresa Badía sumó al análisis que la derecha está buscando ahora sumar nuevamente a supuestos líderes jóvenes de las universidades para que encabecen sus marchas opositoras el 24 de junio.

En Brasil y Argentina, se detuvo el periodista Sergio Alejandro Gómez, para quien cualquier golpe en estos países genera desbalances en la región. Recordó, además, cómo Dilma Rousseff tuvo que enfrentarse primero a Marina Da Silva y luego a Aecio Neves, hasta que conquistó nuevamente por mayoría de votos la presidencia. Sin embargo, “cualquiera hubiera imaginado que la derecha iba a quedarse tranquila tras esta derrota, y no ha sido así. Hay una arremetida, que se observa en el propósito de querer que el Banco Central deje de financiar las políticas para la atención a los más desposeídos”.

También, alegó, hay una generación que no conoció el desastre de Fernando Enrique Cardoso, influjos que llegan todavía hasta la distorsión de Petrobras y con lo que han arremetido contra Dilma. “Y a la izquierda le cuesta más recuperarse de los escándalos que a la derecha, porque su legitimidad pasa por la lucha contra la corrupción”.

Sostuvo que no se puede olvidar que el Partido de los Trabajadores para gobernar tiene que hacer alianzas con otros partidos, los cuales no comparten necesariamente su agenda. Un ejemplo de ello es la Ley de Prensa, que aún está archivada en el Congreso, cuando era un deseo del PT su aprobación”.

Sobre Argentina, precisó que ha habido muchos intentos para debilitar la imagen de Cristina Fernández, y que uno de esos momentos fue la lucha contra los fondos buitres. “Lo que además dio una medida de los absurdos del capitalismo, porque un juez desde Nueva York podía estar determinando los destinos de Argentina”.

Respecto a los desafíos del Frente para la Victoria, mencionó las próximas elecciones, en las que desde 2003 no se presenta alguien con un apellido que no sea Kirchner. Habrá manipulaciones y pujas de todo tipo de la derecha, por lo que habrá que seguir muy de cerca la apuesta por la silla presidencial.

En los minutos finales de este espacio, la Doctora Ana Teresa Badía fue contundente al afirmar que la rancia derecha está tratando de conquistar en América Latina, a fuerza de golpismo, lo que no ha podido lograr en las urnas.