Los nuevos precios de los insumos y de los productos agropecuarios

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos Roberto Garaicoa

¿Qué causas y condiciones llevaron a estandarizar recientemente los precios de los insumos y a modificar los precios de acopio de las producciones agropecuarias del país?, ¿cómo se ha aplicado la decisión?, ¿qué resultados se han venido obteniendo? A estas interrogantes respondieron en la Mesa Redonda, de este martes, directivos de los ministerios de Finanzas y Precios, y de la Agricultura.

Silvio David Gutiérrez, directivo del Ministerio de Finanzas y Precios, ahondó en que el proceso de estandarización de los precios de los insumos lleva casi 4 años, y que se ha sustentado sobre el principio de evitar los subsidios del Estado y el alto nivel de centralización de los precios, asumir los precios de acopio a partir de la dinámica de los precios de los productos a nivel internacional y estimular las capacidades de las fuerzas productivas con los incrementos de sus utilidades.

El proceso, enfatizó, se ha hecho de forma paulatina y con dinámicas experimentales en el municipio de Isla de la Juventud. Se hizo primero con la miel de abeja, de 3 mil se incrementó a 17 mil el precio de acopio, lo que resultó muy estimulante para el apicultor, y se le subió el precio a los insumos. Esa variación favoreció las utilidades y hubo un crecimiento productivo de más de 3mil toneladas en este sector, al tiempo que los insumos comenzaron a usarse con mayor racionalidad.

Después lo hicimos en el tabaco, el maíz, el frijol… enumeró el directivo, quien también puntualizó que todos estos son productos importantes en la dieta del cubano y también para la exportación. “Se evaluaron los resultados, paulatinamente, y llegó un momento en que había un grupo de productos con excelentes precios”.

Homologamos, dijo, un proceso de modificación de precios de insumos y de acopio, a partir de conceptos predeterminados: si incrementas precios de insumos, tienes que modificar precios de acopio, porque el precio tiene que reconocer el costo, sobre la base de que tiene que tener una utilidad entre el 30 y el 50 por ciento el productor, para que sea estimulante el cambio.

En estos experimentos, advirtió, nos dimos cuenta de que algunos precios quedaron altos, y todo esto lo analizaron. También hicieron estudios de los precios del combustible, y se decidió fijarlo en 3 pesos para todo el mundo. “El efecto en los costos fue bien compensado con la disminución de los precios de los fertilizantes”, argumentó.

En tanto, si subían algunos insumos, bajaban los precios de acopio. Ese fue el balance. Y toda esta estrategia también responde al propósito de enseñarles a los productores que nuestra economía es abierta, que tiene que estar conectada a las fluctuaciones de precios que ocurren a nivel global.

Todo esto les ha demostrado, explicó, que disminuyó el costo por la disminución de los insumos, y no por el incremento de los combustibles. Además, se aprovechó la oportunidad para salvar una deuda con los bioproductos.

Lázaro R. Díaz, del Ministerio de la Agricultura, precisó que algunos precios de acopio de determinados productos fueron aprobados centralmente, porque la política prioriza los que sustituyen importaciones por el interés social.

La base de cálculo de estos productos, puntualizó, incluyeron elementos de servicio, el combustible… y se aprobó un precio único para todos los destinos, en el que se respeta la utilidad del productor. Igualmente se tomaron en cuenta los precios en el mercado internacional para estimular la producción nacional.

“La papa, sostuvo, tenía un precio de 45 pesos, y se aprobó 65 por quintal. Los productores con rendimientos tienen mayores utilidades, y se incrementó el margen comercial por trasladar el producto fresco hasta el mercado minorista”.

Igualmente, destacó, se incrementó el precio de acopio del tomate de cien pesos a 110 pesos por quintal. Mientras la carne de res que tenía un precio de 6,50 el kilogramo, se fijó a 12 pesos el kilo en pie.

En la explicación, el directivo fundamentó que nada de esto tiene un impacto en la población y que para fijar estas correlaciones se tiene en cuenta además que los productos tienen que tener un respaldo productivo, lo cual tiene que expresarse en los rendimientos.

En el caso de la carne de cerdo, comentó, los precios oscilan entre 9 780 y 15 200 pesos la tonelada, en dependencia del convenio. En tanto, para el cacao en pulpa, se estableció un precio de acopio de 4 446 pesos por tonelada.

El frijol negro y colorado mantiene su precio, a pesar de haber disminuido el precio de los insumos, porque se quiere estimular más su producción.

Y en esta lista de nuevos precios, solo se le bajaron 30 pesos al quintal de maíz, por lo que quedó en 250 el quintal, porque los precios de los insumos disminuyeron sus precios y a nivel internacional también ha decrecido su valor.

El nivel de crédito a los productores, explicó, logra que puedas tener más acceso a estas posibilidades, y el monto del banco se va a aprobar en los municipios.

Estamos insistiendo, dijo, en que el productor tenga que hacer más énfasis en el contrato económico, y en que tenga la posibilidad de exigir por el insumo en el momento oportuno cuando lo necesite, por eso es importante que cuente con el personal jurídico que lo ayude para exigir el contrato.

María del Carmen Fagés, directiva de Gelma, del Minag, que tiene la responsabilidad de llevarles los insumos a los productores, enfatizó en ese grupo empresarial cuenta con más de 140 sedes en el país para ofrecer este servicio, así como con 17 subsedes en las montañas. No obstante, al tiempo que caracterizan la base productiva del país, irán aumentando estos espacios.

“Estamos trabajando de manera reiterada en esta nueva forma de comercialización. Gelma es uno de los comercializadores mayoristas de insumos. Trabaja específicamente con 38, los cuales se adquieren de manera liberada y otros con subsidios”, aseguró.

Compartió que ya tiene más de 4 mil contratos con formas productivas para no tener intermediarios, y se observa la influencia de su gestión en los impactos que generan en las formas productivas.

En Isla de la Juventud, por ejemplo, tras un año de la implementación de la venta liberada sin subsidio de insumos, los servicios y equipamientos agrícolas de manera experimental, muestra discretos avances en la producción y en áreas de la agricultura.

La directiva recordó que la agricultura tiene ciclos diferentes, por lo que de eso depende el aprovisionamiento de los centros comerciales. “En ese sentido, ratificó, tenemos que perfeccionar el sistema y las relaciones contractuales”.