Posturas frente a la historia mal contada (+ Fotos)

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

Hay hombres extraordinarios, nacidos de circunstancias excepcionales. Pero las notas condensadas de esa espiritualidad, de ese desprendimiento, hay que interpretarlas más y poner a los jóvenes frente a esas páginas de vida de una manera sentida y natural, con las contradicciones de la naturaleza propia de los seres humanos.

En esa mirada coincidieron los tres invitados a la Mesa Redonda de este viernes, que tejió el análisis a partir de las siguientes interrogantes: ¿Qué tanto gustan a la juventud los programas dedicados a la Historia local o universal? ¿Es posible una formación académica sólida sin un conocimiento amplio y diverso  de la Historia? ¿Cómo conservar valores sin respeto a la Historia?

El Doctor Ángel Pérez Herrera, historiador de la Universidad de La Habana, propuso ir a la Literatura para adentrarnos en la Historia de una manera novedosa. “Tienen un vínculo muy especial, porque la literatura va reflejando los diversos momentos históricos”.

En su opinión, la literatura ayuda mucho a establecer una relación con los pasajes memorables y es un modo fecundo de enamorar a los jóvenes de la historia.

La historia, insistió, se puede enseñar a partir de análisis de los procesos que tienen lugar en la literatura. Cuando analizamos una obra como La Ilíada, ahí podemos desgranar muchos elementos relacionados con ese tiempo histórico. “Cómo pintan a Aquiles y a Ulises, que son los grandes exponentes de la fuerza… eran lindos, inteligentes. A partir de esta presentación podemos también entender una manera de pensar en una determinada época”

Cuando uno analiza la literatura, argumentó, ve toda una serie de valores. “Por ello yo recomiendo lecturas de obras a mis estudiantes, y a partir de ahí emprendemos el análisis. Para entender elementos del siglo XX hay que ir a los textos de Joyce, porque para comprender el sentido del pasado, la descontextualización, hay que tomar las obras y profundizar en ellas”.

Uno de los presentadores de la televisión cubana que más ha apostado por lo singular, Reinaldo Taladrid, consideró que a veces da la sensación de que hay quienes están interesados en que la historia pierda su relieve, cuando para entender lo que somos hay que ir a lo que fue. Y para ahondar en su criterio, viajó a la Cumbre de Panamá, donde en el pronunciamiento de un Jefe de Estado fue muy explícito este deseo de que nos olvidemos del ayer, de la historia.

Taladrid hizo alusión a que está claro que “si tú la enseñas o la cuentas de manera esquemática y omites las contradicciones baja la recepción y el interés. Es increíble cuántas cosas se obvian, por ejemplo, todo el mundo habla de los campos de concentración de los nazis, pero nadie habla que los primeros se crearon para los comunistas, los gitanos, los homosexuales y luego para los judíos. El fenómeno es más complejo y sin embargo queda reducido a veces a esta última presentación”.

También hizo énfasis en el mensaje para Calixto García, lo cual se enseña en todas las escuelas de Estados Unidos. “Me enteré de este pasaje fuera de Cuba, y lo enseñan como ejemplo del espíritu americano para sobreponerse a los problemas. Porque lo asumen como la historia de un superhombre que logra vencer miles de adversidades hasta llevar el mensaje a Vicente García, sin embargo, acá descubrí que cuando llegó el norteamericano a las costas cubanas, los mambises lo recibieron y lo llevaron hasta donde estaba Calixto García”.

Esto evidencia las posibilidades de manipulación. “Hay una serie que a mí me parece excelente, que se llama Estados Unidos, la historia no contada, que demuestra que los americanos siguen pensando que ellos ganaron la Segunda Guerra Mundial. Y en este material se revelan cosas tan interesantes como que Ho Chi Minh le pidió ayuda a Estados Unidos para independizarse de Francia y se lo niegan y ayudan a Francia”.

Comentó que igualmente hay muchas cosas que no se han contado. “A veces los protagonistas son reacios a contar sus vivencias personales, pero hay vacíos que hay que ir llenando”.

Tenemos, precisó, muchos ejemplos de cosas bien contadas. “Pero pareciera que se quiere imponer la tendencia universal de que a las personas le interesa lo que pasa hoy y le gusta solo la concreta de hoy. Y eso es falso y absolutamente malintencionado. Vuelvo al inicio, no descarto que más allá de fenómenos culturales, haya un interés universal en esa especie de subestimación hacia la historia”.

Defendió la idea de que de los jóvenes no se debe hablar como de un fenómeno compacto, porque eso no ayuda a desentrañar las cosas. “Los jóvenes son heterogéneos y espontáneos, lo que siempre ha sido y será así. Cuando hablamos de que a los jóvenes no les gusta la historia empobrecemos el análisis. Es cierto que hay formas de enseñar la historia de manera aburrida, evadiendo contradicciones. Pero creo que el vaso está medio lleno, porque yo pienso que hoy se enseña de manera mejor, se tiene acceso a los medios masivos y el mundo será cada vez más superconectado. Conocemos algo y al momento ya vemos las imágenes al instante de este mundo superglobalizado”.

El Doctor Reinaldo Sánchez Porro hizo alusión también a otra arista muy perniciosa que puede viciar el entendimiento y la comprensión amena de la historia. “Muchas veces chocamos con la barrera de la propaganda en el discurso de contexto. Hace 30 años que venimos luchando con eso. Es una necesidad que sepamos que la simple repetición de hechos no es la historia. La saturación no es buena en propaganda, es un peligro, como no hacemos nada con volvernos dogmáticos con los modos de presentar la historia y saturarnos con la presentación cronológica”.

Sánchez Porro sostuvo que a veces le parece que presentamos un discurso vacío. “Como se observan artículos con una serie de verdades que apelan al reduccionismo. Debemos acercarnos a la historia de un modo diferente, porque el teque le hace mucho daño”.

Este reconocido historiador explicó que ahora existen muchas potencialidades que se pueden emplear para acercar mejor a los estudiantes a esta materia, como lo son los documentales, los videojuegos… y destacó que existen filmes valiosos como José Martí, el ojo del canario, de Fernando Pérez, que permitían la maravilla de un acercamiento desacralizado a nuestros grandes hombres.