Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda ^[1]

Fotos: Roberto Garaicoa

Ante la interrogante de si ha cambiado la situación de peligro de una confrontación mundial, argumentó que Fidel ofreció un análisis y alertó de que el llamado daño colateral de una guerra mundial sería el fin de la humanidad.

Michel Chossudovsky, compañero de muchas batallas por los destinos de la humanidad, economista y académico canadiense, consultor de organizaciones internacionales y director del Centro de Investigaciones sobre la Globalización, llegó hasta el set de la Mesa Redonda para regalarnos su mirada sobre temas diversos de la política y la economía internacional.

Ante la interrogante de si ha cambiado la situación de peligro de una confrontación mundial, argumentó que Fidel ^[2] ofreció un análisis y alertó de que el llamado daño colateral de una guerra mundial sería el fin de la humanidad. “Esta expresión, tremendamente poderosa, la difundimos a escala global, aunque hubo quien no la replicó porque la consideraba mera propaganda, sin embargo, hoy la situación es mucho más grave”.

El académico, para sostener el peso de sus argumentos, aludió a que existe hasta una ley que permite el uso del arma nuclear ^[3] en el escenario de una guerra convencional, sin previa autorización del presidente de Estados Unidos, sino que puede ser decidido al nivel del comando regional. “De tal forma que el arma nuclear viene a ser como el arma del teatro de guerra, y no una opción estratégica, disuasiva. La noción con la que se utilizaba en la Guerra Fría cambió. Y es como si no se estuviera consciente de que provocaría la destrucción total y que es el arma de última instancia”.

Otro elemento que advirtió es que ahora se está incluyendo en los manuales militares preceptos de científicos que consideran como táctica al arma nuclear. “Pero, una vez que la mentira científica entra en los manuales militares, las realidades han sido invertidas y la mentira viene a ser la verdad. Ahora mismo hay personas en la administración de Obama ^[4] que están hablando al Congreso del uso de la llamada arma nuclear, o del escenario de una tercera guerra mundial. La preparación y el escenario de la III Guerra Mundial son reales, no tenemos documentos para probarlo, porque son secretos, pero uno de ellos es público, desde 2007, y aborda el escenario de secuencias y consecuencias a partir de la simulación de una guerra con cinco países ficticios”.

En la descripción del camino al conflicto, en este texto aparecen detalladas las guerras no convencionales, que implican toda una serie de instrumentos de aislamiento. “Primero hay operaciones encubiertas, de la CIA ^[5], con el apoyo a terroristas. Al Qaeda es una creación de la CIA, como el Estado Islámico. Después viene la guerra económica con manipulación de mercados financieros y una serie de operaciones especulativas. Hay inteligencia militar por un lado y después le siguen las revoluciones de color”.

En opinión del experto, uno tiene que interpretar la letra de estos textos en lo que hoy ocurre en la región del Medio Oriente, donde se concentra más del 65 por ciento de las reservas de crudo. “La propaganda demoniza a los musulmanes, pero esta es la justificación para la conquista y la llamada intervención humanitaria. Observemos que donde hay petróleo están todos los grupos afiliados a Al Qaeda. En cada uno de los países se están utilizando las entidades terroristas, apoyados por la CIA, para llevar a cabo un proceso de desestabilización”.

En Libia, argumentó, pudimos constatar esta realidad, como también en Siria, donde se está aprovechando el pretexto para bombardear la infraestructura social del país. Mientras, en Palestina, Israel quiere tomar posesión. La Corte Suprema de Israel dice en un juicio que Gaza es de su propiedad, justamente cuando se han descubierto yacimientos de gas. Por lo tanto, el proyecto de Israel es el éxodo del pueblo palestino y su expansión en Cisjordania, e Israel no actúa en ese contexto sin el apoyo de Estados Unidos, y su sistema de defensa aérea está integrado al de la OTAN. “Las acciones paramilitares en Siria, Palestina e Irak, Paquistán o Afganistán, están coordinadas. Esa es la noción de globalización de la guerra”.

Todo está interconectado. “Y hay que entender que la guerra es implementada por civiles, no por militares. La decisión viene de la Casa Blanca, del Congreso, y de los tanques pensantes. Los militares son más cautos, porque saben las consecuencias de una guerra, pero los otros son más irresponsables”.

En su opinión, el caso de Ucrania tiene una dimensión histórica. “Ucrania y Rusia tienen lazos comunes desde siglos, pero hay que entender, primero, que lo que sucedió allí no fue un cambio de gobierno, sino un golpe de estado. Detrás de estas acciones comprobamos que la Unión Europea ^[6] y EE.UU. están involucrados para el cambio de régimen y para militarizar la frontera con Rusia. EE.UU. y Europa han apoyado a un gobierno que es neonazi, por tener elementos que son nacionalistas fascistas. Están apoyando al complejo militar industrial y olvidan las consecuencias del arma nuclear”.

Ante otra pregunta de Randy Alonso, director y moderador de este espacio, sobre el impacto que considera tiene el tratado Transpacífico. Partió del hecho de que este acuerdo es secreto, aunque de él sabemos algunos de los elementos. “Creo que el convenio es un ataque a la soberanía de cada uno de esos 12 países firmantes, porque va a tener impactos internos. Es al servicio de las grandes empresas en el campo de la biotecnología, las telecomunicaciones, la industria, la propiedad intelectual…

“Estuve en Malasia, y conozco bien al antiguo Primer Ministro. Él ha hablado en contra de sus colegas en el gobierno por la situación que esto provocaría, como el estancamiento de muchas empresas locales. Está muy preocupado con el impacto de estas medidas. Ese proyecto no requiere ninguna condición respecto a la soberanía, no hay un tratamiento nacional con los detalles de un acuerdo comercial que tenga consecuencias sobre las economías de los que lo han firmado”, aseguró.

Sobre la postura de China, alertó que es interesante. “Su nueva idea de seguir la ruta de la seda y otras de sus estrategias nos llevan a un cierto equilibrio en las relaciones geopolíticas internacionales. Porque la fuerza unipolar en el contexto actual solo se está utilizando para imponerse y amenazar a países”.

Para la Revolución cubana reservó un mensaje muy especial: “Es  muy importante para el mundo entero. Hay una serie de países que tenían proyectos socialistas y ahora son aliados de Estados Unidos, y son países empobrecidos. En Cambodia, el salario mensual es muy bajo y las cadenas y las industrias están destinadas a la exportación. Filipinas tiene una historia bastante común, es la miseria total. Allí la población carece de educación y de servicios de salud. Ese es el producto de la colonización de Estados Unidos. Es tremendamente importante que la Revolución cubana se mantenga, y tengo la certeza de que los cubanos son más inteligentes que los norteamericanos.

“La normalización de relaciones no es una luz verde para que entren y transformen a Cuba, porque eso no va a ocurrir. Viendo las acciones en el Medio Oriente y en América Latina, queda claro que son un estado criminal. Los mismos políticos no actúan en función de la población, sino que son políticos privados que actúan en función de determinados intereses”.

El académico, para sostener el peso de sus argumentos, aludió a que existe hasta una ley que permite el uso del arma nuclear en el escenario de una guerra convencional, sin previa autorización del presidente de Estados Unidos.

Otro elemento que advirtió es que ahora se está incluyendo en los manuales militares preceptos de científicos que consideran como táctica al arma nuclear.

En su opinión, el caso de Ucrania tiene una dimensión histórica. “Ucrania y Rusia tienen lazos comunes desde siglos, pero hay que entender, primero, que lo que sucedió allí no fue un cambio de gobierno, sino un golpe de estado.

Es tremendamente importante que la Revolución cubana se mantenga, y tengo la certeza de que los cubanos son más inteligentes que los norteamericanos.