La responsabilidad: sin clases, sin retórica… con el ejemplo

Fotos: Roberto Garaicoa

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

De quien asume y cumple sencillamente con su deber, se dice que es una persona responsable. De quienes niegan o diluyen la propia, entorpeciendo la dinámica social, podría decirse mucho más. La responsabilidad, ese valor del cual depende la salud de muchos de los servicios de nuestro país, fue el tema que se puso a debate este viernes sobre la Mesa.

Para el joven periodista Yosley Carrero, hay condiciones objetivas que prefiguran esta actuación, porque cuando usted contrae un compromiso de servidor público eso genera un pacto social.

“Un país con vocación de servicio social no es un país de irresponsables. Recuerdo un principio aprendido de familia: usted dio su palabra, y eso era algo sagrado, era un acto de fe y de compromiso, y eso se ha violentado por algunos de los que firman un código gremial cuando van a ejercer una labor.

“También nos faltan mayor exigencia y control. En un lugar donde no hay ejemplo de los directivos, es muy cómodo ser irresponsable. Si usted es impuntual y no recibe un llamado de atención hay un grado de impunidad en el ejercicio público”, acentuó.

Isabel Hamze, directora provincial de la Dirección de Trabajo y Seguridad Social en La Habana, sumó al análisis que para fomentar la responsabilidad es imprescindible que los dirigentes sean ejemplo. Igualmente para ser responsable hay que tener el valor y el conocimiento, las habilidades y las destrezas para enseñarles a los demás. Hay que controlar las funciones. Y en la medida en que usted comprueba, tiene que sancionar o estimular.

El destacado periodista José Alejandro Rodríguez insistió en que tenemos que demostrarle el respeto al pueblo y a las necesidades que tiene. “El Estado no es un entelequia, somos todos en la medida que tenemos una responsabilidad”.

Yosley Carrero añadió que a veces se crea un círculo vicioso: el trabajador de comercio no hace bien su trabajo, pero cuando va a hacer algún trámite la secretaria no lo atiende… y “cada quien habla de la responsabilidad del otro, pero dónde está la suya como ciudadano y por la labor que realiza.

“La sociedad cubana atraviesa problemas económicos, sin embargo, muchas personas se escudan en ello para justificar la irresponsabilidad. Pero las responsabilidades asignadas y asumidas tienen una lógica que no puede negarse”.

En opinión de José Alejandro Rodríguez, el problema de la responsabilidad y la irresponsabilidad está muy relacionado con la impunidad. “En los ambientes donde se fomenta la indisciplina y se deteriora la dignidad del trabajar y no hay una devoción hacia el objeto social, se enajena todo. La responsabilidad individual tiene que ver con una central en la estructura que está generando la desidia”.

Ahondó en que el país estuvo diseñado de una manera muy vertical, en la cual la cadena de mando no desarrolló la estructura contraria. “Era cumplir órdenes hacia abajo, y eso tuvo impactos negativos en la construcción de una responsabilidad horizontal”.

“Que un jefe sea responsables implica que decida, se arriesgue, sea audaz. No puede ser un reproductor de las respuestas miméticas de que es lo que está establecido, debe buscar variantes para situaciones insospechadas. Estamos descentralizando el país para dar responsabilidades y que cada quien se sienta responsable. Hay que ponerse a prueba”.

En tanto, Arleen Rodríguez, moderadora y coordinadora de este espacio, puso sobre la Mesa las opiniones de algunos de los internautas, entre ellas una de quien aludió a que no se puede hablar categóricamente de que todos los dirigentes de Cuba son irresponsables, porque él conoce y trabaja con muchos dirigentes a diferentes niveles que dejan la vida en su trabajo, sin vacaciones, trabajando hasta las 10 u 11 de la noche, sin prácticamente atender a su familia ni su salud por tratar de cumplir con su deber a pesar de las miles de dificultades que tienen que enfrentar diariamente.

De manera que invitó a pensar un poco en los dirigentes que otros críticos internautas conocen o han tenido contacto directo con ellos para que valoren cuántos realmente no tienen vergüenza, pero dijo más, “imagino que en su familia debe haber algún dirigente de cualquier nivel o rama, también es sinvergüenza”.

Mientras un forista que se nombró YO_ aquí dijo: “Bueno, habrá muchos dirigentes que no son irresponsables, pero los que están en la primera línea de atención a la población… eso está por ver”.

Al calor de estos criterios, Isabel Hamze manifestó que los que están en la primera línea de atención no pueden dejar de atender al público porque tienen que ir a almorzar u otro tipo de excusas, porque la organización del trabajo tiene que prever que esta dinámica no afecte el servicio.

También hizo alusión a la ausencia a veces de una firma que le puede cambiar la vida a una familia entera. “Eso no se le puede perdonar ni a un dirigente ni a un funcionario, todo esto está normado. Nuestra dirección, por ejemplo, tiene 60 días para responder los problemas que nos presentan”.

José Alejandro Rodríguez fue enfático al precisar que a través de la sección Acuse de Recibo y de las respuestas se vislumbran las vulnerabilidades de las técnicas de dirección, y de la manera de asumir la responsabilidad. “Uno advierte que hay ciudadanos que carenaron en nuestra sección porque no encontraron la merecida atención institucional. También se percibe que hay una endeble cultura de la comunicación en muchos estamentos institucionales. Por ello muchas veces el pueblo, el soberano, siente la sensación de que debe estar en función de la institución, cuando debe ser todo lo contrario”.

Isabel Hamze, ante la interrogante sobre qué ocurría cuando se recibían las cartas con quejas dirigidas a órganos superiores, puntualizó que se exige que se les de respuesta y solución, pero que quienes tienen la facultad para resolver el problema son las estructuras implicadas. A lo que José Alejandro Rodríguez añadió que cuando las personas son enviadas a los territorios hay que darle seguimiento, porque somos humanos y podría replicarse la desatención.

Volviendo sobre las causas del fenómeno, Yosley Carrero mencionó que a veces las irresponsabilidades responden a que se les dieron a personas que no tienen las competencias ni el conocimiento sobre el área. “Por ello hay que ser más cuidadosos a la hora de seleccionar a determinadas personas para funciones que no le son compatibles”.

Como también no pasó por alto que a veces se incumple con determinados planes porque no se diseñaron estrategias en las que los trabajadores se insertaran. Al mismo tiempo, dijo, nos ha afectado mucho diluir la responsabilidad en lo colectivo. “Hay responsabilidades individuales”.

El columnista José Alejandro Rodríguez estableció un paralelismo con seis consejos que se daban para que los hijos fueran responsables que podrían ajustarse al comportamiento social: “Dale independencia en el día a día. Deja que decida. Asígnale tareas en casa. Sé el ejemplo. Ayúdalo a pensar por sí mismo. Reconoce sus logros”.

En los minutos finales, Yosley Carrero comentó que en la Cuba que construimos, cada día tiene que tener más importancia el derecho. “Hay que posicionar lo jurídico como el modo de legitimar la responsabilidad del otro desde diferentes instancias. Probablemente haya que rediseñar el modo en que se asume el ejercicio de la responsabilidad, que tiene un componente fundamental en la familia”.

Mientras, José Alejandro Rodríguez subrayó que aparte del rigor y la exigencia, “creo en el ser humano que ha fomentado su capacidad de entregarse a los demás. Aprendí a ser responsable con mis padres, que iban conmigo y guardaban el papel hasta que encontraban un cesto de basura. Así aprendí, sin clases, sin retórica y sin consignas… con el ejemplo”.