Universidad 2016: encuentro para la innovación y el desarrollo (+ Fotos y Video)

Fotos: Roberto Garaicoa

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

La Educación Superior cubana participa vigorosamente en los esfuerzos de integración de los sistemas universitarios que se despliegan desde América Latina, Iberoamérica y el mundo. Al decir del ministro del ramo, Doctor Rodolfo Alarcón, “estamos convencidos de que la integración económica, política, cultural y, por supuesto, educacional, nos hará más fuertes ante los extraordinarios desafíos de nuestro tiempo”.

A partir de esta postura se concibió el X Congreso Internacional de Educación Superior, Universidad 2016, en el que participan unos 2 500 delegados de 60 países, con más de 2 000 ponencias.

El Doctor José Luis García, asesor del Ministro de Educación Superior, explicó en la Mesa Redonda de este miércoles que este evento tuvo sus orígenes hace 20 años atrás, cuando en el 96 se planteó la importancia de alternar, con Pedagogía, un encuentro internacional que se centrara en los desafíos de las universidades.

El directivo destacó que el interés por la participación en estos encuentros es creciente, que si bien hasta ahora la mayor presencia era latinoamericana, académicos de Europa y África han expresado su motivación por acudir. Y a partir del restablecimiento de relaciones diplomáticas de Cuba con Estados Unidos, son muchos los del país norteño que quieren venir a la cita de La Habana.

Reconoció que este nombre de Congreso Internacional es merecido, ya que hay más de 200 rectores, y unos 25 ministros y viceministros, junto a directivos de las asociaciones internacionales y de agencias nacionales e internacionales.

Bajo el lema de Universidad innovadora por un desarrollo humano sostenible, se concibió la edición de este Congreso, con el objetivo, dijo, de favorecer importantes intercambios científicos y la exposición de los resultados más relevantes de la teoría y la práctica en la pedagogía de nivel superior en el mundo. Otros temas para el debate son la evaluación de la calidad y acreditación, posgrado, retos y perspectivas de la educación médica, economía y financiación de la educación, y enseñanza de las artes.

En el caso de la Universidad cubana, resaltó, debe acentuar sus rasgos de innovadora, científica, humanista y comprometida con el proyecto socialista de la Revolución, del cual se siente parte indisoluble.

José Luis García ponderó que el evento también ha propiciado el debate y la reflexión en función de identificar la responsabilidad social de las instituciones de educación superior y los procesos de innovación, partiendo del principio de que si un país quiere tener un desarrollo competitivo, tanto económico como técnico, deberá aplicar una política acertada hacia sus universidades, porque allí dispone de los investigadores que no tienen las empresas, además de los estudiantes, que son un personal en constante renovación.

La Doctora Sarah Ladrón, una de las autoridades de la educación superior en México, hizo énfasis en la responsabilidad que tienen las universidades públicas. “Somos conscientes, además, de que no se puede aspirar a una innovación per se, sino a una que sea sustentable. Todo esto se genera en las aulas, en los laboratorios…”.

Comentó que es una responsabilidad compartida mantener un Congreso como este, “que facilita la comunicación del conocimiento y mejora nuestras condiciones de desarrollo, ya que encontramos paralelismos impresionantes con universidades lejanas”.

Se detuvo en cómo en su país han pensado en la necesidad de una universidad intercultural para llevar la educación superior a zonas indígenas. “Si bien tenemos un 34 por ciento de cobertura de educación en México, la población indígena está al 1 por ciento. Por ello la Universidad de Veracruz está muy comprometida con este empeño en carreras que faciliten el desarrollo de esas comunidades, y a partir de sus idiomas originarios, lo cual nos permite la producción de conocimiento científico en lenguas que han estado al margen del desarrollo de México como país”.

La directiva compartió ejemplos de experiencias que han demostrado cómo los esfuerzos investigativos de los centros de altos estudios han tenido un impacto en el desarrollo y en la calidad de vida de las comunidades.

También destacó que no se puede olvidar que las transformaciones no son inmediatas, sino a mediano y largo plazos, “pero vale la pena, y debemos reconocer nuestro trabajo valioso y el sustento del que precisamos, que nos permite estos alcances”.

El doctor Pablo Speller, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, reconoció que la Educación Superior no puede estar estrechamente vinculada a los intereses económicos, en detrimento de una formación holística indispensable para todo profesional.

No se puede desdeñar la formación humanística de los centros de altos estudios —argumentó—, pues no se trata solo de formar ingenieros, químicos, físicos, sino de preparar a personas que sean capaces de entender el entorno social y político donde desempeñarán su trabajo.

Comentó que cuando miramos a la Universidad advertimos que siempre ha sido elitista y muy limitada a una minoría de las clases dirigentes, “y la verdad es que estamos hablando de países de desarrollos que se llevaron a cabo con mucho retraso en esta región, mientras Europa avanzaba de manera muy efectiva. Si la colonia española plantó varias universidades en Cuba, en Santo Domingo y en México, la portuguesa no puso ni una.

“La Universidad ha sido muy limitada. Salió por delante con una postura muy progresiva, muy avanzada. Tenemos un largo proceso al que recurrir. Esa historia más conservadora de la Universidad Latinoamericana nos pone ciertas limitaciones, porque a pesar de que la Universidad tiene ese papel innovador necesita una presión”.

Brasil, por ejemplo, era uno de los países más atrasados, y con Lula hubo un proceso de interiorización. Y la Universidad llegó a la Amazonía y a otras regiones más alejadas, donde la población no sabía ni que existía la Universidad.

La Doctora Pilar Aranda, de España, defendió que estos conceptos implican el compromiso social que tiene que tener la universidad pública con la transformación. “Tiene que desplegar una sensibilidad y un compromiso con la sostenibilidad; y una política de transformación y con rigor en la crítica y el análisis”.

En su opinión, hay un compromiso y programas de inclusión que han permitido concretar un tema de becas para el acceso. A lo que Pablo Speller sumó que “estamos lanzando lo que llamamos una alianza por la movilidad, que se aprobó en 2014 con los jefes de estado de la Cumbre Iberoamericana. En el último de estos encuentros la región asumió el compromiso de crear 200 000 becas para apoyar el financiamiento del intercambio académico universitario durante cinco años”.

Sostuvo que hay mucha comunicación y muchos vuelos que podrían ponerle relieve a esta posibilidad, sin dejar de lado las colaboraciones que tenemos con países del norte.

“La innovación es algo estratégico, el potencial que se concentra en la Universidad es determinante para la consecución de esas metas”. Y América Latina y el Caribe son las regiones con menor movilidad académica, así como reconoció a Cuba como país que ofrece una amplia posibilidad de intercambio de experiencias, sobre todo relacionadas con el posgrado.

Los delegados, además de participar en los encuentros teóricos, en Universidad 2016 han tenido la posibilidad de realizar visitas a escuelas de diversos niveles de enseñanza y universidades; centros científicos, de salud y culturales, así como sedes de organizaciones no gubernamentales, todos ubicados en la capital.