Fotos: Roberto Garaicoa
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
La batalla cubana contra el zika, el dengue y otras enfermedades transmitidas por el mosquito volvió a ser un tema de seguimiento público en la Mesa Redonda, en la que las autoridades invitadas se detuvieron en cómo marcha la dinámica establecida en función de prevenir esta amenaza.
Los panelistas coincidieron en que el principio es que no se le puede dar guarida al mosquito, ya que las enfermedades asociadas tienen consecuencias sensibles para la salud, y en un sistema sanitario como el nuestro “no podemos abrirle resquicios a esta situación”.
La Doctora Carilda Peña, directora de la Unidad Nacional de Vigilancia y Lucha Antivectorial del Ministerio de Salud Pública, afirmó que tenemos el primer caso diagnosticado de zika, “lo cual esperábamos encontrar porque tenemos un amplio intercambio con países de la región donde tiene presencia la enfermedad”.
Alertó que como dijo un forista, es imposible poner a todo el que entre en nuestro país en cuarentena, en cambio, se ha previsto que dondequiera que haya tráfico se establezca la debida protección, con el personal en la frontera, en puertos y aeropuertos, los cuales exigen la declaración de sanidad, que aunque es subjetiva es necesaria, porque en ella hay un nivel de veracidad. Y en caso de que el viajero venga de los países que es mayor el riesgo, apuntó que el interrogatorio es más detenido, para conocer con más detalles las probabilidades.
También precisó que se exige la declaración de sanidad, y quienes vienen a estudiar tienen que entregar sus exámenes médicos, con un período no mayor a tres meses antes de llegar a Cuba, para saber si tienen alguna enfermedad de las que están sujetas a vigilancia.
Con los que vienen o van a Angola, particularmente se está pidiendo tener actualizada la vacunación contra la fiebre amarilla. “En muchos países, que están sujetos a las regulaciones internacionales, tienes que enseñar la certificación contra esa enfermedad. En nuestro caso, los que vayan a Angola deberán ser inmunizados y los que viajen desde allá deben traer su carné actualizado y certificado sobre su inmunización en un período no menor de 10 días, cuando la vacuna ha levantado el nivel de respuesta a esta enfermedad”, expresó.
Entre otras de las medidas que se adoptan en los aeropuertos para la vigilancia, mencionó que se está tomando la temperatura con los escáneres y los termómetros digitales. “Si estos sensores detectan una variación, activamos los protocolos, y si es sospechoso de padecer alguna de estas dolencias se aísla”.
Con estas acciones se procura minimizar el riesgo, no obstante, lo más importante es que no haya mosquito.
La Doctora compartió que hay percepciones diversas sobre el tema de la fumigación: hay quienes consideran que es más efectiva y en otros lugares sienten que el trabajo no tiene el rigor requerido. “Sin embargo, a la altura del tercer día de la segunda semana después del llamado de la máxima dirección del país, consideramos que los resultados son cualitativamente superiores: se nos rompen menos las máquinas, los involucrados se han apropiado más de la técnica de fumigación, los pobladores colaboran más…”.
Reconoció que aunque se ha disminuido el margen de error, “todavía tenemos problemas”, y precisó que es errada la creencia de que cuando se fumiga salen más mosquitos. “Si dentro de dos horas usted siente eso, entonces hay que buscar el foco”.
La directiva del Minsap puntualizó que este es un combate que moviliza a toda la nación, y en el que se precisa de la participación popular. Quien así no lo entienda, aludió, sentirá el peso de la ley, como ha ocurrido con los infractores, a los cuales se les ha debido multar. “Y aunque este no es el propósito, se aplicarán las medidas necesarias hasta la máxima expresión con quienes con actitudes inadecuadas contribuyan a la propagación de la epidemia. Una vivienda cerrada, hasta que se demuestre lo contrario, es un foco de mosquito”.
Sobre la atención a las embarazadas, se detuvo en que Cuba tiene un programa Materno Infantil que funciona muy bien. “La mujer que concibe un embarazo tiene que pensar cómo protegerse de las picaduras del Aedes. Lo segundo es que, ante la sospecha de zika, como está asistiendo a sus consultas prenatales, tiene que verificar si tiene la enfermedad por el virus, y de dar positivo tendrá un asesoramiento genético diferenciado a partir del cual se le alerta de los riesgos de la calidad de vida de su bebé, y es una decisión de la familia si continuará con ese embarazo”.
Como esta batalla tiene como escenario principal el barrio, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) tienen un desempeño esencial. Bety Oria González, miembro del Secretariado de esta organización, partió del criterio de que los CDR siempre han tenido entre sus contenidos la lucha contra el vector, pero en esta ocasión están haciendo acciones precisas después del llamado del General de Ejército Raúl Castro.
“Estudiamos la situación y determinamos que, aún cuando los territorios habían hecho un grupo de tareas previamente, debíamos llegar al ciento por ciento de todos los CDR, primero con un llamamiento. También acompañamos las audiencias sanitarias, junto con un especialista de Salud Pública”.
A partir del 26 de febrero, las audiencias se desarrollaron durante cinco días, y después se dejaron dos días para recuperar las pendientes. “Pero aunque se ha hecho un gran esfuerzo, hoy no se han podido concluir este proceso (está al 96,1 por ciento). En Occidente, la situación más compleja se ha dado en La Habana, y en Camagüey, por el Centro; mientras en el Oriente, Las Tunas y Holguín son las más rezagadas”.
Precisó que las audiencias tienen una característica especial: más allá de leerse los documentos, los vecinos deben analizar los problemas concernientes a su entorno: la existencia de un solar yermo, o la presencia de un anciano solo que no puede realizar la higienización, o dos viviendas cerradas porque sus habitantes están trabajando o fuera de provincia… A partir de este análisis, entre todos se piensa cómo solucionar la situación.
Destacó además que las audiencias no terminan aquí. “Cuando se supere esta fase hay que ir a una segunda, para ver qué se logró resolver en cada uno de los CDR. Estamos confiados en que el pueblo sabrá demostrar capacidad de organización”.
La directiva alegó que si bien ha habido más de 10 mil casas abiertas en Occidente en el momento de la fumigación, han permanecido unas 18 mil cerradas. En tanto, en el Centro, Villa Clara y Camagüey son las que más inciden en este comportamiento, y en el Oriente quedan unas 8 mil viviendas sin fumigar, y Holguín tiene la situación más compleja.
Teresa Hernández, miembro del Secretariado de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), se detuvo en las acciones que han desplegado las brigadistas sanitarias en el trabajo diferenciado con la familia, con la federada… para el control del vector en los hogares.
“El mosquito vive en agua dulce y hay que saber qué hacer con los depósitos bajos y con todo lo que realmente desde el hogar se puede contribuir para evitar las irregularidades y para seguir elevando el combate para que no prolifere la falta de higiene”.
Advirtió que las brigadistas sanitarias de la FMC han sido preparadas para atender con acciones diferenciadas a los ancianos que viven solos o a las familias vulnerables, para ayudarlas a hacer el autofocal.
También, dijo, en estos momentos en Cuba hay unas 142 mil embarazadas que requieren el apoyo de la FMC, como igualmente se puede trabajar con las que están en edad fértil. “Estamos conscientes de que tiene que ser un combate popular. Y esta emergencia nos debe dejar experiencias que debemos mantener a lo largo del tiempo”.
Gisela Eduardo, miembro del Secretariado de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), informó que unos 73 centros de trabajo han sido reportados como positivos al vector. “Atendiendo al panorama, se ha convocado para actuar con los colectivos laborales. La indicación que se dio fue discutir el Llamamiento y evaluar qué más se puede hacer”.
Comentó que en la primera semana de la etapa intensiva se hicieron trabajos voluntarios y se generó un plan de acción. Se crearon unas 45 mil brigadas de autofocales y hay que lograr que los trabajadores que clínicamente tengan algún síntoma no permanezcan en los centros de trabajo sin ir al médico”.
Reconoció que las personas están ocupadas y preocupadas. “Se ha incrementado la percepción del riesgo, pero todos tenemos que involucrarnos para que no solo el 46 por ciento de las centros laborales estén certificados como centros saneados, lo cual hacen los compañeros de Salud vinculados a esa área”.
Para Gisela Eduardo, aunque se ha trabajado en este propósito, todavía es muy baja la cantidad de centros que tienen esta condición. “Los que lo han logrado han patentizado que existe orden y que contribuyen a que junto a su entorno, no se propaguen estas enfermedades en la comunidad donde están enclavados”.
También insistió en la importancia de que se realice el autofocal en el lugar donde laboramos. “Debemos, igualmente, programar los horarios de limpieza y prestar atención a la manzana en la que se ubica nuestra institución desde el punto de vista de control vectorial”.
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