Por Yailín Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaycoa
El pueblo sirio acude este miércoles a las urnas con el objetivo de determinar a los nuevos representantes de su Asamblea Popular, unos comicios que se llevan a cabo en el marco de una guerra que se prolonga desde hace ya cinco años y un alto el fuego pactado entre el Gobierno central y el grueso de la oposición el pasado mes de febrero.
Según datos oficiales, más de 3 500 candidatos se han postulado para ocupar los 250 escaños del Parlamento en Damasco, que en su composición tiene hasta el momento una mayor representación del gobernante partido Baaz.
Sobre estas segundas parlamentarias que se desarrollan después de que comenzara el conflicto en 2001, y que se realizan en medio de las conversaciones de Ginebra, el periodista Lázaro Barredo explicó que han sido cuestionadas por muchas potencias occidentales, paradójicamente cuando son quienes hablan en nombre de los procesos constitucionalistas y democráticos, y justamente este proceso responde a lo que plantea la carta magna de Siria.
Añadió que en más de 7 mil colegios eleccionarios se seleccionan a los parlamentarios, en 11 de 14 provincias, ya que hay tres territorios ocupados por los grupos terroristas (en las regiones de Deir Ezzor, Raqqa e Idleb).
Las elecciones legislativas serán supervisadas por el Alto Tribunal y los comités locales en las diversas provincias de Siria.
Del contexto en el que tienen lugar estas votaciones, precisó que la guerra en Siria se ha desarrollado bajo el paragua de los conflictos religiosos históricos, pero que responde al objetivo de las grandes potencias de desbaratar los procesos nacionalistas en el Medio Oriente, y que en este caso en particular, tiene un saldo de más de 270 mil muertos y de millones de desplazados.
También aludió a que estas elecciones legislativas ocurren en medio de un proceso nacional de reconciliación y están deslindadas de las negociaciones por la pacificación del país que continuarán a finales de abril en Ginebra, en las que la oposición, amparada por Occidente, pone como precondición que salga el presidente del poder, mientras el gobierno busca la pluralidad y la confluencia de intereses, y que se respete la autoridad en Siria.
Los contrarios presionan para que Bashar Al-assad renuncie, porque esa es la componenda que se ha estado moviendo y ha llevado a que la guerra se haya prolongado tanto. Y no es más que la consecuencia de la obcecación imperial de imponer sus designios.
El experto Moisés Saab se detuvo en la superioridad que hoy tienen las fuerzas del ejército en el terreno militar. “La recuperación de Palmira no es solo un golpe para las fuerzas mal llamadas yihadistas, sino que corta una de las líneas de suministro a estas fuerzas opuestas a la dirección constitucionalmente elegida”.
Argumentó que con este conflicto se ha tratado de restar legitimidad al presidente Bashar Al-assad, en la secuencia de lo que iba a ser un golpe para liquidar al gobierno, que siempre ha tenido una política independiente a favor del conflicto de los Palestinos, y una postura en los No alineados opuesta a los designios de Occidente en el Levante.
También, dijo, estratégicamente ha sido importante la participación de las fuerzas aeroespaciales rusas, que evitaron que se repitiera el guion libio, y así fue porque Rusia no iba a dejar, bajo ningún concepto, que su retaguardia quedara al descubierto. “En este país tienen su único puerto de aguas cálidas, y Siria sigue siendo una potencia mundial”.
Los rusos, añadió, estuvieron manejando la situación hasta el momento en el que lo consideraron apropiado, y sus fuerzas, en menos de dos meses, lograron lo que la llamada coalición internacional conformada por más de 40 países no ha logrado en más de un año. “Esta inefectividad de la coalición también ofrece como lecturas que o estaban armando un paripé para permitir la atomización de Siria y apoyar a las fuerzas que se estaban instalando, o han sido superpoderosos los despliegues de Moscú. Y no se puede olvidar que el Estado Islámico se creó en Iraq por Estados Unidos con el pretexto de apoyar a los kurdos, y Al Qaeda lo formaron en Afganistán para oponerse a los rusos”.
La ofensiva sobre Alepo, reconoció, igualmente constituye otro hecho militar importante, porque constituye un golpe estratégico y más cuando al norte está Turquía.
La Doctora María Elena Álvarez recordó que hay mil grupos rebeldes al interior de Siria, entre quienes se cuentan los que actúan con el gobierno, Hezbollah, Irán, Arabia Saudita, Estados Unidos y Turquía. Y toda esta diversidad de intereses, en su opinión, ha complejizado la solución del conflicto.
“Todo el mundo está de acuerdo con mantener la tregua, los corredores humanitarios y seguir la hoja de ruta, pero luego viene la línea roja: la transición, donde se incluye a Bashar Al-assad, y ahí se complica el consenso, porque la denominada oposición quiere que Bashar salga, y crear algo nuevo, donde no esté el presidente. Y así se aviva la discrepancia en torno a una persona”.
Mientras, subrayó, en el plano militar todo el mundo sabe que Rusia dijo que se iba, pero no se fue del todo, y los grupos terroristas no firmaron la tregua y mantienen la ofensiva. “El plan B, que se niega, es que Occidente le siga dando armamentos a esa oposición y despliegue una defensa antiaérea para contrarrestar al gobierno, pero Rusia dice: qué pasa con nosotros, porque sus fuerzas”.
Advirtió que en medio de todo esto se dan los sucesos en Bélgica y en Francia, y son países que dicen que van para allá a combatir. También se especula que los saudíes pueden entrar por tierra.
“La Unión Europea está también dividida de frente a este conflicto. Hay quienes quieren que Bashar se vaya y otros no. Arabia Saudita, como Israel, igualmente tienen sus intereses. Lo que en lo que casi todo el mundo sí está de acuerdo es con que los kurdos no estén en el acuerdo político, a pesar del papel que han tenido contra el terrorismo, porque los ven como un problema de seguridad nacional para Turquía y para Irán. Parece un problema para todos, aunque EE.UU. y Rusia los han apoyado”.
Lázaro Barredo sumó al análisis que el pueblo sirio está dando una respuesta en las urnas. “Fueron convocados 16 millones de personas, y hubo que extender el tiempo de votación previsto por 5 horas más por la gran participación. Esto le da la razón a Al-assad, porque se evidencia una gran identidad nacional. Es llamativo que, después de cinco años en guerra, haya esa respuesta. Allí sucede algo diferente a lo que ha acontecido en otras regiones del Medio Oriente”, enfatizó.
Moisés Saab aportó que en Siria hay un partido de larga tradición laica y de una organización ajena a las monarquías absolutas.
El experto mencionó que en tanto, Libia, era la crónica de un desastre anunciado. “Este es un país que tiene más petróleo que personas, y era el de mayor índice de desarrollo humano en África antes de que en 2011 comenzara la guerra de desestabilización que concluyó con el asesinato de Muammar Gadafi, que en su opinión, es cierto que cometió errores como la guerra en Shard, o proclamarse el rey de reyes. “Realmente perdió el tino, la noción de la realidad, pero el país funcionaba, con sus enormes riquezas petroleras y un manto freático de agua fósil con el que pretendían crear ríos para irrigar el desierto, además de que poseían 200 mil millones de pesos en bancos europeos; les sobraba el dinero. Sin embargo, hoy Libia está fragmentada, dirigida por un grupo de tribus que pugnan entre sí para controlar los recursos petroleros, y ha devenido el principal emisor de emigrantes ilegales hacia Europa, lo que han utilizado las organizaciones extremistas para mandar sus hombres hacia allí, y no gratuitamente advirtieron a Europa de que la iban a golpear y han cumplido su palabra como lo dijeron en 2015”.
Consideró que Libia no tiene solución. “Además, tiene un componente explosivo, que son los del sur, que son africanos étnicos, y podría repetirse la situación que ocurrió en Sudán: la división. Igualmente no hay un gobierno sólido, ni servicios de orden interior, aquello está a la desbandada”.
Advirtió que el Líbano está ardiendo y que ninguno de estos actores internos tiene la voluntad de regresar a la normalidad.
Para la Doctora María Elena Álvarez, este es el conjunto de lo que Estados Unidos generó, que es el resultado de no planificar lo que venía el día después. “Hoy dicen que fue un error predeterminado, pero es el mismo que repiten, porque ahí está Iraq. Y en Medio Oriente todo se relaciona en el contexto del reordenamiento de las hegemonías y de la recomposición de las fuerzas”.
Lázaro Barredo aseguró que el día después es la fragmentación del país, es la creación de un caos. “Las costas libias del Mediterráneo quedaron en manos de las mafias. Entre Túnez y Libia tienen el control del Mediterráneo. Y las grandes migraciones se van a seguir multiplicando porque son imparables, y no han encontrado cómo solucionar ese problema si no es por la vía de la fuerza”.
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