Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
El presidente Barack Obama firmó el proyecto de ley “Promesa” de ayuda a Puerto Rico, aprobado por el Congreso, bajo el criterio de que la gente de esa Isla “necesita saber que no ha sido olvidada y que son parte de la familia de Estados Unidos”.
Las palabras del mandatario muestran las costuras de la retórica imperial, ya que la ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (Promesa, por sus siglas en inglés), no se trata solo de un paquete de reestructuración para “rescatar” al territorio boricua de una deuda de 70 000 millones de dólares, sino que sin respeto a la soberanía de los puertorriqueños, y por edicto del gobierno norteamericano, creará una junta de supervisión para resolver el problema fiscal.
La acción llega días antes de que se venza el plazo límite que tiene la Isla para pagar una deuda de 2 000 millones de dólares.
El político e intelectual cubano Ricardo Alarcón argumentó en la Mesa Redonda de este jueves que este hecho ha servido para sacar a flote la naturaleza del régimen. “Mientras la gobernación estaba discutiendo la ley criolla de quiebra, para tratar de adoptar normas para renegociar y reestructurar la deuda, aquí lo que ha ocurrido, y con métodos más modernos, es lo que hizo Estados Unidos con los haitianos: ocupar el país, porque le van a hacer pagar a los puertorriqueños a los supuestos prestamistas todo lo que ellos reclaman.
“A partir de ahora, siete individuos escogidos a dedo van a cambiar las leyes, en las que pueden rebajar el salario mínimo, aprobar y desaprobar el presupuesto… lo poquitico de gobierno interno que existía desapareció. Y si cualquier municipio norteamericano toma decisiones locales, a Puerto Rico esto le estará vetado porque esa facultad solo la tienen 7 individuos misteriosos que no rendirán cuenta a nadie”.
Alarcón señaló que el Tribunal Supremo y el Congreso de Estados Unidos reconocieron con todas las letras que Puerto Rico no tiene soberanía propia, que es una colonia. Y para defender los intereses de los prestamistas han adoptado esa Ley, pero antes el Tribunal Supremo le había negado a la Isla su capacidad para asumir esa situación.
Desde el 1952 existía un gobierno electo por los puertorriqueños que si bien no ejercía poderes soberanos, realizaba funciones administrativas y ocupaba algunos espacios de autonomía como, por ejemplo, en el ámbito fiscal.
Ricardo Alarcón subrayó que nadie ha podido quedar indiferente, “y todos los días la televisión, la radio y la prensa escrita, todo el mundo, sin excepción, desde el gobernador hasta un limpiabotas, se expresa indignado por cómo Estados Unidos reconoció lo que ha negado hace 50 años: que ellos son una colonia, lo que se reafirma en el hecho de que una junta decida lo que le da la gana en nombre de los intereses extranjeros”.
Para el político cubano, en Puerto Rico hoy no debe haber nadie que piense diferente sobre la necesidad que tienen de ponerle fin al coloniaje, aunque discrepen de las formas en que hay que conseguir esto.
“Recuerdo que en mi reciente visita, un día regresamos a San Juan y atravesamos una de las zonas que fue en el pasado la más rica desde el punto de vista agrícola, allí vi lo que puede ser un monumento del surrealismo posmoderno: un amasijo de acero, de madera… de lo que fe una importante planta que existió en Puerto Rico. Y si hay deuda es porque hubo una economía deformada de la que desaparecieron sus fuerzas naturales, porque se fueron los inversionistas porque ya no les era negocio y cayeron en todos los mecanismos de endeudamiento y sus trampas.
“Encima de eso, los colonialistas les impidieron a las autoridades locales buscar una solución. Washington les dijo que ellos no deciden. Fue como darle un golpetazo enorme a un mito que desapareció”, añadió.
Para no pocos luchadores por la independencia de Puerto Rico, la Junta que decidirá los destinos de los boricuas ratifica el carácter clásico de la subordinación colonial a la que Estados Unidos sometió al pueblo puertorriqueño desde 1898, cuando sus tropas invadieron la Isla en el marco de la Guerra hispano-cubano-norteamericana.
Durante esos 118 años de colonialismo, Washington ha mantenido un absoluto control sobre ese territorio y ha violado la Resolución 1514 XV de las Naciones Unidas que reconoce el derecho inalienable de los pueblos a su autodeterminación e independencia.
Edwin González, jefe de la Misión de Puerto Rico en Cuba, se detuvo a calificar que la misión es la expresión más alta de la solidaridad entre Cuba y Puerto Rico, la cual arribó este 29 de junio a su medio siglo de fundada.
La Misión de Puerto Rico en Cuba fue fundada el 8 de marzo de 1966 por el líder de la Revolución Fidel Castro y Juan Mari Brás, fundador del Partido Pro Independencia y del Partido Socialista de Puerto Rico.
Sobre la Ley “Promesa”, aseguró que esta le abre el camino a una Junta dictatorial contra Puerto Rico y reafirma “que siempre hemos sido una colonia de Estados Unidos”.
De lo eminente, señaló que “hay mucho que hacer, porque se han movido todas las instituciones políticas del país”. También refirió que este es un año electoral para la Isla, sin embargo, a pesar de la eminencia en noviembre de esa cita en las urnas, todo el mundo solo habla de la Junta, lo cual se ha convertido en el tema principal. “Es una coyuntura muy importante, de hecho, hay quien ha cuestionado para qué hacer elecciones, cuando con la excusa económica, Estados Unidos tendrá todo el poder político”.
González retomó, en su intervención, los lazos tejidos solidariamente entre Cuba y Puerto Rico, ante lo cual mencionó la Brigada Juan Rius Rivera, que cumple 25 años de creada en este 2016, y de cuyos miembros hay unos 118 en Cuba con motivo de las celebraciones por el 26 de Julio.
“El acto principal por su aniversario lo van a festejar en Niquero, por donde desembarcaron los combatientes que llegaron a bordo del yate Granma. Además, cumplimentarán un intenso programa de actividades que incluye recorridos por varias provincias cubanas”, sostuvo.
La directora de la Juan Rius, Milagros Rivera, ha destacado que ese proyecto representa un desafío a las limitaciones de viajes a Cuba decretada por el gobierno estadounidense, y que afecta a los ciudadanos boricuas debido a la condición de Puerto Rico de Estado Libre Asociado del país norteamericano.
Cuba siempre ha estado comprometida con el derecho a la independencia de Puerto Rico y apoya la excarcelación de Oscar López Rivera, preso desde hace 35 años por sus ideales emancipadores.
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