El tema Cuba en medio de la campaña electoral norteamericana (+ Fotos y Video)

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaycoa

El contexto eleccionario ofrece al tratamiento del tema Cuba en la política norteamericana una coyuntura muy singular, después de que fuera anunciada por ambos presidentes la voluntad de restablecer las relaciones diplomáticas interrumpidas por más de medio siglo.

El Doctor Jorge Hernández precisó que a pesar de que las dos plataformas políticas planteadas por ambos candidatos presidenciales en las Convenciones de sus respectivos partidos, incluyeran algún matiz relacionado con la política hacia la Isla, esos no eran textos con carácter programático ni ideológico, sino que expresaban intereses circunstanciales para mover la opinión pública previa al 8 de noviembre.

Precisó que se trata de un ejercicio con un valor relativo, porque esos contenidos aprobados en las convenciones tienen una diversidad de temas en materia de estrategia mundial, en términos de ajuste en la política interna, de derechos ciudadanos… y, dentro de ese contenido, el tema Cuba ocupa un pequeño lugar, determinado por las circunstancias de la voluntad norteamericana de proceder al restablecimiento de las relaciones. “Esto es bueno especificarlo, porque la relación con la Isla significa algo muy pequeño dentro de la gran política norteamericana, lo cual nos hace afirmar que no debe aparecer de aquí a noviembre”.

Especificó que las plataformas políticas presentadas no expresan la voluntad del candidato a presidente, porque ahí se reúnen criterios de asesores, de algunos centros de estudios o de políticos que forman parte de la burocracia, por lo que se trata de recoger criterios que son predominantes, pero que no son programáticos. “Contrario a lo que sucede en nuestro país, porque aquí se establecen prioridades y hay un sentido de compromiso de los dirigentes con los documentos surgidos en los cónclaves del Partido”.

El telón de fondo, aseguró, es que hay un consenso de gran política, en lo que llaman el núcleo duro de la oligarquía de poder, de razón de Estado, en el restablecimiento de las relaciones, lo que es difícil de demostrar, solo la práctica lo confirmará. “Esta política del presidente Obama no es solo del Partido Demócrata, aunque cada cual le pone sus acentos, porque no se puede olvidar el papel del hombre en la historia”.

El objetivo final para con Cuba, dijo, es muy diferente, y por la manera en la que lo están encarando, de lo que hablan es de empoderar a la sociedad civil cubana, y difieren en los medios, pero mantienen el mismo punto en cuanto a los fines, por lo que las plataformas programáticas presentadas en las convenciones no son documentos que se vayan a sobredimensionar, porque se trata de jugar un papel en el camino hacia la Casa Blanca.

LO DICHO EN EL CONTEXTO DE LAS CONVENCIONES

El analista Reinaldo Taladrid explicó que para los demócratas la decisión adoptada por el presidente Obama no tiene vuelta atrás. Este miércoles, precisamente, él hablará en la Convención Demócrata, que ha sido accidentada -arrancó con Wikileaks publicando pruebas que demuestran que se saboteó la campaña de Bernie Sanders-. “Sin embargo, en esas jornadas todo tiende a estar milimétricamente calculado”.

El show, afirmó, se lo robó la primera dama Michelle Obama, quien emocionó con frases al estilo de: me despierto todos los días en la Casa Blanca construida por esclavos, y veo a mis hijas felices jugando en ella. Bernie, en tanto, tuvo cuatro minutos de ovación antes de pronunciar su discurso. Bill Clinton presentó a su esposa. “Hoy van a hablar Biden, el compañero de fórmula de Hillary y Obama, como puntualicé antes. El exalcalde de Nueva York va a hablar también, como hombre de negocio que es, de lo malo que es Trump en esa arena”.

En su opinión, Hillary le daría, de salir electa presidente, continuidad a la política de Obama, y al Congreso le correspondería eliminar “el pretexto del gobierno de Cuba”.

El experto Lázaro Barredo se detuvo en que la Convención Republicana acordó la continuidad de la política de Ronald Regan, de los dos Busch… y han presentado una plataforma de Guerra Fría respecto a Cuba, con el tono de mantener la misma política que durante más de 50 años ha debido enfrentar este pueblo.

Trump ha tocado varias veces el tema Cuba. No lo hizo durante la Convención, pero previamente dijo que no estaba de acuerdo con la política que seguía Obama, ni con la que proponía Marco Rubio. Para el candidato por los republicanos, hay que tener una política con condicionamientos.

Su partido, destacó Barredo, propone el mismo sentido hegemónico que viene sosteniendo desde los programas de Santa Fe: no permitir ningún mejoramiento de las relaciones, salir de la conducción del Gobierno Revolucionario, mantener la comisión para una Cuba libre y las mal llamadas Tele Martí y Radio Martí, estimular a los grupúsculos contrarrevolucionarios y darle beligerancia al miamismo -porque con respecto a las minorías hispanas son los que más congresistas y representantes en la Cámara tienen-.

“Según ellos, no hay ninguna posibilidad de tener un arreglo y consideran que hay que buscar una política con determinado sentido restrictivo, como pasa ahora en el campo del comercio y las finanzas, y mantener esa política que en las valoraciones que han hecho nuestros especialistas es mejor que sea de diálogo, aunque se camine poco a poco. Un vietnamita me dijo recientemente que hay que tener mucha paciencia, porque ellos estuvieron casi 25 años para lograr la normalización de las relaciones”.

Reinaldo Taladrid precisó que de los cubanoamericanos son un millón los nacidos aquí e igual cantidad los nacidos allá, pero solo son el 2 por ciento de los hispanos y el 6 por ciento en el estado de la Florida, aunque en el condado de Miami Dade representan cerca del 40 por ciento, no obstante, tienen 2 senadores y 4 representantes, la mayor cantidad de cualquier comunidad en esos niveles.

Esta precisión, Taladrid la hizo para que se entienda por qué aunque el 70 por ciento del pueblo norteamericano desea que se eliminen el embargo y las restricciones para que viajen a Cuba como turistas, ello no se aprueba en el Congreso porque personajes, como el senador Marco Rubio, han dicho recientemente cosas al estilo de que una de sus prioridades es impedir que haya embajador de Estados Unidos en Cuba, y es capaz de decir que no le importa que el 99 por ciento de los norteamericanos estén a favor de los viajes a Cuba, porque él lo impedirá.

El analista argumentó que el Senado tiene cien miembros, que se eligen cada 6 años, y la Cámara 538 que se renuevan cada dos. Y en el Senado hay dos campeones que se oponen a los viajes a Cuba. Aclaró que en el Senado sí se aprobó en un Comité, lo cual pasará al pleno, una resolución a favor de eliminar esta prohibición –que no es, además, constitucional-, con otra que permite que el comercio agrícola se acerque a lo que es el comercio normal, que no es el de pagar anticipadamente y sin crédito.

Los que trabajan en ello lograron el patrocinio de la mayoría de los senadores, pero sorpresivamente dos miembros de la Cámara propusieron en sus respectivos comités lo mismo y se aprobaron las propuestas de crédito y de viajes, y eso precipitó acontecimientos que nadie había previsto. Ahí se armó el corre-corre. Todo parece indicar que existían los 218 votos, que es la mayoría en la Cámara. Pero en ese momento viene la famosa sentada de los demócratas con lo del control de armas, y vino el receso y no se pudo votar.

Lamentablemente, acotó, presionaron al liderazgo, y los dos republicanos aceptaron retirar sus dos enmiendas, a cambio de que se renegocie y se vuelva a someter a votación la propuesta, por lo que hay que esperar y ver. Dicen que le van a incluir retórica anticastrista y no de contenido. Hay que ver cómo queda esta negociación. También se propuso una tercera enmienda para deslegitimar el servicio de seguridad aeroportuaria en Cuba.

Lo más curioso, añadió, es que la inmensa mayoría de los miembros de la Cámara no saben nada sobre Cuba y no tienen ninguna información, lo que favorece a los congresistas anticubanos, que sí actúan como bloque para ejercer presión y chantaje con sus 4 votos. “Lo que ocurre es que se acercan a otros senadores y les dicen que están dispuestos a votar por todo lo que ellos propongan, sea lo que sea, a cambio de que voten por todo lo que ellos lleven sobre Cuba, y aceptan porque les combine, a fin de cuentas en su distrito no se habla de Cuba.

“En esto de la aviación, uno se da cuenta de que no conocen, porque aquí vinieron las autoridades norteamericanas en ese sector, los cubanos fueron allá y la verdad histórica es que de aquí no ha salido de ni una bala, ni un C-4, ni una ametralladora… hacia Estados Unidos. Están creando una atmósfera negativa y esto no tiene que ver con un análisis del tema en sí, es este tipo de trueque legislativo, y eso te puede explicar por qué si el 70 por ciento de la población lo quiere, el 70 por ciento de sus legisladores no los apoyan”.

Lázaro Barredo puntualizó que todo esto que ocurre en el Congreso parte de una estrategia que no es de Miami, que es solo una tuerca… Esta estrategia de actuación fue preparada por los neoconservadores que fueron preparados para asaltar ese Congreso y desarrollar ese tipo de chantajes, y esa política ha funcionado. Un ejemplo de ello pasó con Torricelli, quien fue invitado a un paseo en yate por varios cubanos millonarios de Miami e impulsó esa enmienda. Ahora está el caso de Paul Ryan, quien votó reiteradamente en contra del bloqueo, pero cuando lo llevaron a Miami, cambiaron las reglas del juego, al punto de que Ileana Ross dice que lo educaron para pronunciarse en contra de cualquier política sobre Cuba.

Los propios congresistas que retiraron la libertad de viajar, reconocieron que con independencia del comercio agrícola, con la libertad de viajar no tenían el apoyo de Ryan.

El Doctor Jorge Hernández argumentó que todo este debate ocurre en un contexto de elecciones. “Ese debate congregacional tendría otro curso y comportamiento si no estuviéramos en la antesala de las elecciones presidenciales. Hay una mezcla de factores, y para con Cuba, se pone de manifiesto una diversidad de intereses: están los tradicionales que responden a las líneas partidistas con sentido de lealtad, hay individuos que ocupan puestos circunstanciales, como el que redactó la ley Torricelli, y está todo ese mundo donde se desarrolla la construcción de la opinión pública”.

A lo que se suma, a juicio de Taladrid, que Miami está cambiando. “Los números indican que hay cambio de opinión sobre qué hacer en las relaciones con Cuba, lo que no se refleja en los medios aún, pero que comienzan a complejizar todo esto”.

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