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Fidel, el Granma y la historia de un expedicionario

Conmovido por el desarrollo de mis inquietudes políticas, creí que Fidel era la persona idónea para seguirlo, y acompañarlo en su idea y en su programa político.

Por: Manuel Alejandro Hernández

Fotos: Roberto Garaicoa

El segundo invitado de la Mesa Redonda del pasado viernes 25 de noviembre fue Arsenio García Dávila, expedicionario del Granma que aún permanece activamente sirviendo a la Revolución. Nació el Primero de abril de 1936, en Catalina de Güines, antigua provincia Habana. Durante su juventud luchó contra la tiranía batistiana. Integró la Columna 1 del Ejército Rebelde y fue miembro fundador del cuarto frente Simón Bolívar donde terminó la guerra, siendo posteriormente ascendido al grado de Comandante.

-Un hombre que siempre luce muy joven. ¿Es por fin el más joven expedicionario del Granma?

-Yo tenía 20 años. Pero Zelaya y otros eran unos meses más jóvenes que yo.

-¿Cuántos expedicionarios quedan incluyendo a Fidel y Raúl?

-Quedamos en total diez de los 82. Realmente once, porque a Enio Leyva, que se queda preso también se le considera expedicionario. Y Pedro Miret también fue preso antes de que saliera el yate con un cargamento de armas que planificábamos traer a Cuba.

-Un día como hoy, 25 de noviembre de 1956, comienza la travesía del Yate Granma. Y en la segunda media hora de Mesa Redonda se estará conociendo la vida de este hombre, que parece tan joven. Por su físico, usted se parece mucho a Camilo.

-Teníamos el mismo sombrero y cierto parecido. Yo me sentía muy estimulado cuando me decían: Camilo.

-Hablemos de sus orígenes familiares.

-Nací en Catalina de Güines. Mi padre era campesino primero y después obrero. Mi madre siempre fue campesina.

-Hermosas personas sus padres. ¿De qué vivían?

-De lo que apareciera. Toda mi familia es de origen campesino. Y eso me ayudó a entender el trabajo que pasaban los campesinos en Cuba.

-¿Cómo entre al mundo de los jóvenes revolucionarios en Cuba?

-Al perder mi padre su trabajo, nos trasladamos a casa de un hermano suyo, al norte de Artemisa, que llaman Cayajabos. En aquella época no tenía corriente, ni tuberías de agua. Dejé los estudios y comencé a trabajar en la agricultura. Un amigo me consigue trabajo en Artemisa. Me traslado hacia allá. Y comienzo a trabajar en un restaurant en esa ciudad. Al frente trabajaba Ciro Redondo. Así comienzo mi vínculo, y junto a esos muchachos también tuve el honor de fundar la juventud ortodoxa. Formé parte del ejecutivo de la Juventud Ortodoxa, con Ramiro, Ciro, Julito Díaz, José Suárez Blanco.

-¿Qué siente cuando lee que aquellos muchachos asaltaron el cuartel Moncada?

-Estaba en Güines. Era domingo. Jugábamos Baseball. Yo no sabía que era el Moncada. En el transcurso de los días empecé a conocer quiénes eran los causantes del ataque a la segunda fortaleza del país. Y la muerte de aquellos que asesinaron fue lo que me conmovió profundamente.

-¿Cómo se vincula otra vez con los que cayeron presos en el asalta al cuartel Moncada? ¿Cómo es que llega a México Arsenio García para llevarle un dinero a Fidel?

-Conmovido por el desarrollo de mis inquietudes políticas, creí que Fidel era la persona idónea para seguirlo, y acompañarlo en su idea y en su programa político. Logré conocerlo a través de un amigo que estudió Agronomía en la Universidad. Yo conocía de la existencia de unas armas que escondieron los del parido auténtico, de quienes comprendí que solo politiqueaban. Entonces a los tres días de haber sido puesto en libertad me entrevisté con Fidel. Ya antes lo había visto en Prado 109 durante las reuniones de la juventud ortodoxa. Me impresionó aquel joven alto.

-Y Fidel le dijo que no…

-Me preguntó si yo no estaba entorpeciendo algún movimiento que los auténticos hubiera querido hacer si nos llevamos esas armas. Entonces de todas maneras me pidió esperar un tiempo. Entonces desde ese momento comencé a formar parte del M-26-7. Me dijo que cualquier cosa de la que me enterara le informara en Jovellar 107, la dirección donde vivía Melba.

-Entonces en esa dirección es donde le piden que tenía que llevar 10 mil dólares a Fidel a México.

Los cayuelos 2 de diciembre de 1956. El desembarco comenzó a los 5 y tanto de la mañana. Se dio la orden de que nos agarráramos bien porque el barco iba a encallar. Todo el personal estaba listo. Raúl dijo: “en aquel maldito Manglar tuvimos que dejar casi todas las cosas”.

-Llega a México y se encuentra con Fidel en casa de María Antonia, ¿cómo se convierte en expedicionario? ¿qué le pide Fidel?

-Yo llevaba pasaje de regreso. Llevar ese dinero fue algo muy grande para mi, el cual era producto de la venta del alegato de Fidel, La Historia me Absolverá. En esa casa me recibieron también las hermanas Jiménez, Graciela y Eva, Alfonsina, Lidia Castro, la esposa del Che, la peruana. Melba fue quien nos despidió a unos 80 metros del Granma.

-Pero Melba se molestó por no poder ir en el Granma.

-Fidel sabía que la travesía iba a ser difícil y las condiciones no eran favorables.

-82 hombre en un barquito, ¿cómo pudieron estar dentro de ese barquito?

-Encima del techo de la cabina tuvieron que venir dos o tres compañeros. Y nos escondimos dentro de la embarcación unas cuantas ocasiones. Incluso una vez hasta de un helicóptero que vimos a los lejos y de un buque.

-Un norte también los acompañaba…

-Tuvimos que salir precipitadamente.

-¿Cómo fue la salida del río al mar?

-Fue algo violento. Cuando pasamos el rompiente y llegamos al Golfo de México las condiciones mejoraron. Fidel dijo que ya en el Golfo no teníamos otra opción. El barco en el Golfo comenzó a enfrentarse a las altas olas. Se elevaba y caía. Eso lo hacía crujir como si tiraran una caja.

-Entonces empezó a entrar el agua.

-Aquello fue terrible.

-82 hombre, cuatro sacos de naranjas, 4 jamones, unos panes…

-Y una caja de 120 huevos.

-¿Hubo algún momento en que se creyó que tendrían que regresar a México?

-Esa opción nunca se pensó. Cuando salimos, el cuate que compró la embarcación, fue en su automóvil por toda la carretera de Yucatán para si había algo que pudiera hacer cuando todavía la embarcación estaba cerca de México y antes de pasar el estrecho de Yucatán.

– En los libros de Heberto Norman Acosta se dice que era un verdadero milagro que usted hubiera llegado a Cuba.

Heberto Norman cuenta: “Arsenio fue el designado para ocupar una de las bandas del Granma con una ametralladora para defender el bote en caso de que fueran detenidos por las autoridades en la salida del río Túxpan. Después que salen del río cantan el Himno nacional, la marcha del 26 de Julio y así comienza la travesía de 7 días. El pensamiento de ellos tenía una elevación tal que los hizo entregar su vida”.

-Llegaron, atravesar ese manglar parece imposible y hasta se dice que ese yate no podría realizar aquella travesía.

-El Capitán que trajo la réplica del Granma con 82 jóvenes mexicanos, que más arde Fidel utilizaría para realizar un documental, una vez en su casa, almorzando, me preguntó si era verdad que esa era la embarcación donde nosotros habíamos venido. En broma primero le dije que no. Entonces me explicó que esa embarcación no podía haber llegado a Cuba. Que lo sucedido fue un milagro. Entonces lo acepté. Seguro fue un milagro.

El segundo invitado de la Mesa Redonda del pasado viernes 25 de noviembre fue Arsenio García Dávila, expedicionario del Granma que aún permanece activamente sirviendo a la Revolución.

Para curar el corazón hay que curar el alma

El primer invitado de la noche fue Alberto Hernández Carreño, Héroe del trabajo de la República de Cuba, Director fundador del Instituto Nacional de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (ICCCV), Profesor Titular del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, Investigador Titular, Doctor en Ciencias y Miembro Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Gracias a su empeño y empuje se aplicaron en Cuba las más modernas técnicas dirigidas al tratamiento del corazón. Hoy reconocidos profesionales lo llaman el padre de la Cardiología de Cuba.

-Nació en mayo de 1920, por lo cual ya tiene 96 años. ¿De dónde viene Hernández Cañero?

-Estoy inscrito en San Cristóbal. En Güines solamente nací. Mi padre era boticario, estudiaba farmacia, pero no lo había terminado y se marchó a San cristoba donde tenia un hermano que tenía una panadería.

-¿Su padre quería que usted fuera médico?

-Mi padre no se opuso a que yo fuera médico. Estuvo conforme en que yo cogiera la carrera y me apoyo.

-¿Usted ha dicho que un tío que lo adoctrinó lo trajo para La Habana?

-Yo vine para La habana a estudiar el bachillerato a los once años. El mayor de los nueve hijos de mi abuela fue el que me adoctrinó. Se llamaba Antonio Cañero. Era un individuo muy amable. Era un socialista o comunista utópico, hasta medio anarquista.

-¿Cómo llega Hernández Cañero a hacerse cardiólogo?

-Inicialmente no era mi plan ser cardiólogo. Como alumno siempre buscaba con quien trabajar y encontré al cardiólogo Juan de la Peña, quien me ofreció su consulta y así me inicié en la cardiología, que todavía no era una especialidad. Las especialidades se crearon en 1962.

-Usted ha dicho que el corazón es un órgano dialéctico

-Cuando duele se manifiesta por angina, él se manifiesta de la forma según se sienta.

-¿Cuándo está desbocado qué sucede?

-Las taquicardias sucede cuando uno está enamorado o asustado. Cuando se acaba de correr o estar realmente enfermo.

-Usted aprendió a conocer como habla el corazón

-Así mismo fue.

Paquita Armas: “El instituto de cardiología es como un sacerdosio. Y el mejor sacerdote hasta hace unos diez años era Cañero. Un hombre que te trata con una dulzura proverbial que cuando dice que una persona tiene un mal, sabe decirlo. Yo ntengo un libro de entrevistas inédito que se llama a corazón abierto donde entrevisto a una serie de cardiólogos de todo el país y todo mencionan a Cañero como el padre de la cardiología cubana. En un hospital donde se atiende el corazón hay que trabaja con el corazón”.

-¿Dónde nace el servicio de cardiología en Cuba?

-El primero de noviembre de 1966 se creó el Instituto de Cardiología y Cirugía Cadiovascular y se asentó en una parte del hospital Comandante Fajardo. Cuando nace este hospital se crearon dos unidades quirúrgicas, una en el quinto y otra en el cuarto piso, pero con el tiempo se notó que solamente hacía falta una. Entonces se dedicó la unidad quirúrgica del cuarto piso al Instituto de Cardiología.

-Antes de la revolución hubo cardiología?

-No existía una institución como tal. Todos eran empíricos.

-Entonces, aunque es en una unidad surge la clínica de cardiología.

-Está la parte clínica que hacen los cardiólogos que es lo mío y la parte quirúrgica que hacen los cirujanos cardiovasculares, quienes en el principio radicaban en el séptimo piso, donde había una escuela de enfermería que después se trasladó para el hospital Enrique Cabrera.

-¿Por qué siempre las operaciones de corazón se hacen en el Almejeiras?

-El doctor Noel González, el que primero operó del corazón en Cuba, propuso en 1969 formar, donde se encuentra el actual Instituto, una clínica de cirugía cardiovascular y trasplante de órganos, pero era muy precoz.

Con 96 años todavía ofrece consultas tres días a la semana, lunes, miércoles y viernes.

-¿Cuántos libros ha escrito?

-Como autor he escrito uno sobre la historia de la sociedad cubana de cardiología, sus congresos  revistas cardiológicas. Y el otro se llama Instituto de Cardiología, mis vivencias, historia del Instituto y anécdotas.

Al final de uno de los pasillos de ese instituto uno encuentra una puerta con un cartel que dice, director fundador como título honorífico. Porque realmente quien es el actual director de ese instituto es Lorenzo Llerena.

-Yo estuve 31 años al frente del Instituto. Como médico llevo 72 años.

-¿Usted no se ha cansado?

-Todavía

Sobre el doctor Cañero, sus colegas han dicho:

Doctor Adolfo Rodríguez: “Si queremos saber cómo queremos que sean nuestros cardiólogos, que sean como él. Eso no tiene precedente”.

Doctor Jorge Enrique Aguiar: “Poder hablar, conversas y compartir con el profesor ha sido un privilegio como docente del Instituto”.

Licenciada Lidia Rodríguez: “Todos los días se aprende de él”.

Doctor Leonardo López Ferrer: “A pesar de ser un nonagenario se mantiene actualizado de las últimas publicaciones o trabajos internacionales respecto a la cardiología”.

Doctor Alex Figueroa: “Siempre educándonos, enseñándonos con su personalidad magnífica y genial”.

Licenciada Maricel Morgado: “Ha sido un padre protector de nosotros como seres humanos y trabajadores”.

Doctor Lorenzo Llerena Rojas, Director del Centro de Cardiología y Cirugía Cardiovascular: “Nos unen lazos de trabajo y compañerismo, de amistad hacia un hombre que ha brindado su vida a la salud de nuestro pueblo”.

Margarita Dorantes: “Todavía recuerdo como ejecutó el trabajo epidemiológico pionero en Artemisa”.

-Margarita es una mujer muy valiosa y respetada en el instituto. Le decimos la abejita.

-¿Usted se convierte en comunista desde que su tío, comunista utópico, lo trae a La Habana?

-Desde entonces. Desde los 13 años milité en una cédula de Jesus del Monte. Y en la universidad me hice un verdadero militante.

-Su padre también sufrió persecución por ser Guiterista.

-En marzo de 1935 pierde el empleo de secretario de la junta de educación y tuvo que marcharse a La Habana por haber sido acusado de Guiterista.

– El ejemplo más grande de consagración al trabajo. Usted es la prueba de que Cuba puede tener una esperanza de vida altísima. ¿Cómo se logra eso?

-Imagínate ya hace 20 años tengo un marcapaso puesto. Ya hasta me toca recambio. Hay mucha gente como yo.

-¿Estamos atrás o delante del mundo?

-Estamos a la par de los lugares más desarrollados en materia de cardiología

-Yo creo que usted ha vivido tanto tiempo por todo lo que le ha entregado a los demás. Gracias por esa sobrevida.

-La vejez es implacable porque se pierden los sentidos, las articulaciones se gastan. Pero no puedo quejarme porque mi edad me ha permitido conocer muchas cosas.

-De lo que sí es padre el profesor Cañero es de la Cardiología de la Revolución.

En el espacio televisivo Mesa Redonda del viernes 25 de noviembre dedicado a Historias de vida se entrevistó a el Doctor Alberto Hernández Cañero, el más reciente héroe del trabajo de Cuba a quienes algunos conocen como el padre de la cardiología.

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Etiquetas: CubaFidel Castro RuzRevolución cubanaYate Granma

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