Por: Manuel Alejandro Hernández
Fotos: Roberto Garaicoa
Mientras el duelo va camino a Santiago de Cuba es necesario recordar lo que decía José Martí de Cecilio Acosta en 1881. Algo que parece escrito hoy mismo sobre Fidel: “Ya está hueca y sin lumbre aquella cabeza altiva que fue cuna de tanta idea grandiosa y mudos aquellos labios que hablaron la lengua tan varonil y tan gallarda, y yerta aquella mano que fue sostén siempre de pluma honrada, sierva de amor y al mal rebelde. Llorarlo fuera poco. Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje grato a las grandes naturalezas y digno de ellas. La muerte es una victoria, y cuando se ha vivido bien el féretro es un carro de triunfo. Brillan de esperanza los rostros de los hombres y cargan en sus brazos ases de palmas con que alfombran la tierra y con las espadas de combate hacen en alto bóveda para que pase bajo ellas, cubierto de ramas de roble, el cuerpo del guerrero victorioso. Va a reposar el que dio todo de sí”.
Maribel Rodríguez, una habanera que acudió como miles a decirle el último adiós al Comandante cuando sus cenizas transitaban por las calles de La Habana comentó, “un halo de energía me estremeció cuando vi pasar las cenizas de Fidel”. Eso parece que ha estremecido a toda Cuba. Llegando a Camagüey, donde se celebró otra velada nocturna, un fuerte aguacero saludó las cenizas de Fidel, y aún así el pueblo permaneció dándole su abrazo.
El periodista Ignacio Ramonet quiso dar sus impresiones del Fidel Castro que conoció:
“La noticia, aunque pensábamos que tendría que ocurrir un día, pero nos habíamos acostumbrado. Yo vivo con Fidel desde que tengo 12 años. Nos habíamos acostumbrado tanto a tener a Fidel ahí como una referencia permanete. Constantemente decirnos cuando vuelva a ver a Fidel le voy a decir esto, le voy a preguntar esto, voy a estar atento a esto. Estamos tan atento a sus textos, que el hecho de saber que es ya no va a producirse, evidentemente fue un choque tremendo para personas como yo. Pero me imagino que evidentemente para el pueblo cubano, para miles y miles de intelectuales de personas a través del mundo.
“Para mi Fidel Castro fue realmente un guía. Una referencia permanente, durante mucho tiempo, desde que era un niño, de lo que estaba ocurriendo en La Habana. Aunque yo vivía en Marruecos, un país colonial. Cuba era una sociedad neocolonial. En Marruecos el racismo estaba establecido. Aquí había discriminación racial. Tenían cosas muy semejantes. Y Fidel siempre fue una referencia por sus discursos. Me he leído todos los discursos de Fidel. Pero todos. En fin, en todo caso, los más importantes.
“Mi formación política e intelectual. El hecho de interesarme de tal o cual problema en tal o cual momento es porque Fidel nos ha alertado de eso. Por ejemplo, la ecología. Nosotros progresistas, preocupados por la emancipación social, no teníamos una sensibilidad ecologista. La cual me vino por Fidel, porque vi como se interesaba. Recuerdo su discurso en la Cumbre de Río. Uno de los pocos jefes de estado que estuvo allí, donde anticipó uno de los principales problemas del mundo hoy en día, el Cambio Climático, un problema que pone en peligro a la humanidad. A Chávez, él fue el primero que lo detectó en cierta medida. Yo sabía lo que pasaba en Venezuela y conocí los acontecimientos del 89. Fidel detectó muy bien la importancia que iba a tener Chávez en medio de los militares, que no era un militar igual que otro cualquiera. Estos son solo dos ejemplos nada más.
“Su análisis de la realidad era a la vez marxista pero fidelista evidentemente con sensibilidades muy particulares, con la complejidad de pensamiento que tenía, capaz de establecer relaciones entre elementos muy dispares a los que otras personas no prestaban atención. Un analista muy excepcional, un estratega fuera de común. Ha sido un maestro. Con él aprendí a pensar. ¿Cómo vamos a llenar el vacío que representa Fidel? No lo sabemos, porque a pesar de todo y aún en estos últimos años donde sus fuerzas todavía estaban disminuidas, seguía produciendo textos, seguía produciendo reflexiones que hemos leído con interés. Cualquier frase suya indica reflexión. Ahora será necesario volver a leer algunos de sus textos, que van a cobrar mayor vigencia si se puede. Hay que conservar su estructura, su arquitectura de pensamiento y de análisis, la cual es una forma de analizar el mundo que viene con la parrilla de pensamiento que Fidel nos enseñó”.
“Fidel escuchaba a los intelectuales porque era un intelectual. Característica que no es frecuente en la política. Pepe Mujica, se distingue porque es un intelectual, un filósofo. En la antigua tradición podía haber intelectuales en la política. Fidel es el creador de la cultura cubana, quiero decir, de las instituciones culturales cubanas y con muchas intuiciones fundamentales en materia de cine, televisión, arquitectura, pintura. Era un hombre preocupado por la dimensión que un político le debe dar a la cultura. Este tipo de sensibilidad no es fácil. Se puede ser un excelente político, administrador, un dirigente con una visión clara del proyecto que se tiene y no tener estas características que tenía además. De ser un intelectual preocupado por el sentimiento crítico del funcionamiento del mundo. Y por otra parte la necesidad de permitir que los creadores hagan surgir de la nada, o de lo que no existe, algo nuevo que contribuya a enriquecer el patrimonio de lo que somos como identidad. Porque la cultura es l que da identidad.
“Fidel castro es una especie de genio político. Hay que compararlo con otros líderes excepcionales, Mandela, Ho Chi Min, Amílcar Cabral, quienes han tenido una formación. En el mundo contemporáneo es demasiado pequeño para Fidel. A él se le compara mejor con Alejandro Magno, Napoleón. Estos dos ejemplos. Napoleón nació en Córcega, llegó a ser emperador de Europa, no solo por sus conquistas, sino que fue legislador, general victorioso, es el gran creador de un sistema político. Alejandro Magno, nació en Macedonia y conquistó una parte del mundo. Fidel es a la vez Bolívar, participando en la nueva evolución de la América latina con una visión liberada del neocolonialismo. Además participa en la liberación de África. Igual que Bolívar fue con sus hombres a liberar el mundo andino. De la misma manera, este proyecto liberal de enviar las tropas cubanas a Angola, liberar Namibia, destruir y derrocar al Apartheid, cosa que parecía impensable. Ese es el efecto bolivariano de Fidel. El aspecto napoleonano. No hay muchos dirigentes victoriosos que hayan ganado una guerra y dirigido un país. Y el prestigio de una victoria militar se toma muy en cuenta. Hoy día, en el panorama no existe un solo vencedor de guerra dirigiendo un país. Es el fundador, legislador, estratega de la nueva Cuba. Venció a Estados Unidos militarmente. Y el mismo Estados Unidos tuvo que reconocer cincuenta y tantos años después que se habían equivocado.
“Fidel era un líder internacional. Su idea de que los médicos deben expandirse en el mundo. Él pensaba humanidad. Ha proyectado a Cuba en la geopolítica internacional. Ha hecho de este país una potencia internacional. He tratado de ser objetivo. Yo creo que Fidel amó a la humanidad, e hizo mucho por mejorar y aliviar a la humanidad. A ese título la humanidad le estará agradecida”.
Una de las primeras reacciones sobre la muerte de Fidel fue la del poeta Silvio Rodríguez quien envió las condolencias, no solo a su familia, y al pueblo de Cuba, sino al universo. Ramonet dijo que era un genio político de talla universal.
Para el doctor Carlos Delgado “en la filosofía cuando el ejercicio de pensar y las emociones se encuentran, a veces no siempre es para bien. Pero las emociones también dan claridad. Y pensar en condición de persona emocionada también clarifica las ideas. Si vamos a hablar de la trascendencia de las ideas de Fidel yo no lo colocaría jamás al lado de Alejandro o Napoleón, al contrario, fue un globalizador de la solidaridad, y esa es una grandeza extraordinaria que Fidel nos lega como parte de su ideario político.
“Su obra de vida es extraordinaria. Acompañada por un pueblo cubano, por fuerzas internacionales contrarias y algunas favorables, por el odio que se incentiva incluso en estos tiempos tan difíciles.
“Fidel nos deja una cultura. Armando Hart lo menciona como la cultura de hacer política. Un modo de relacionarnos con la política. Hoy vivimos en un mundo donde la política es una actividad profesional, segmentada. Los políticos se dedican a la política. Fidel Castro fue un político que piensa la política con una creatividad extraordinaria en todo momento. Su gran lección fue hacer posible una Revolución en un país como Cuba. Pensó lo impensado. Buscó donde no había solución.
Las grandes acciones de Fidel no son pensadas sin el pueblo.
“Hay muchos políticos que hacen buenas obras y hacen obras que impactan en la población. Fidel viene de la estirpe de José Martí, y la de José Martí es la de los maestros. La política es parte de esa maestría pero es toda la cultura. Ese legado hace que en Fidel, la política sea también una pedagogía política. No es un simple carisma, una elocuencia, una capacidad de discurso también extraordinaria. Estamos hablando de alguien que enseña. Alguien que en el ejercicio de la política está en constante comunicación con el otro, escuchando al otro, intercambiando con el otro. El otro puede ser un especialista o el pueblo en general. No importa si el tema es una olla, un problema de la vida cotidiana de las personas, o un tema de política internacional. Esa universalidad es también la universalidad del maestro”.
Suele ser que los políticos hoy en el mundo van y echan su discurso pero no escuchan al auditorio. El caso de Fidel es una lección. En odas partes se le veía escuchar, desde el más humilde hasta el más catedrático.
Fidel pernoctó en la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte, donde precisamente se declaró la resistencia del pueblo cubano cuando se desmerengaba el campo socialista el 26 de julio de 1989, “si el sol se apaga mañana Cuba seguirá resistiendo”.
El profesor Carlos Delgado añade que “vivimos en una época donde la política está carnavalizada. Se hace de la política un carnaval. Está banalizada, se hace de ella un juego banal para lograr convencer por instantes de tiempo. Nada de eso tiene que ver con Fidel Castro. Su política era de compromiso cívico, ético y humanista. Otro legado fundamental de su trascendencia. Y en este tema, el tiempo añade calidad y el tiempo dirá y nos dará la razón de cuanto se elevará esa trascendencia, en la medida que pase el tiempo y necesitemos resolver problemas con esa pedagogía, con esa creatividad”.
Fidel se va victorioso, invicto de todas las batallas.
Internet ha cambiado. Los espacios propios de cada cubano han cambiado. La etiqueta más común es #HastaSiempreComandante. Juan Cominges, después de hacer un gol y enseñarle al estadio su segunda camiseta con un ¡Hasta Siempre Comandante! dijo en su cuenta de Twitter: “En la cancha como en la vida hay que dejarlo todo por nuestros sueños”. En Ginebra se pidió un minuto de silencio por Fidel. También se ha hecho en las embajadas de Cuba. En los parlamentos del mundo, como el de Portugal. El director de la Organización Mundial del Trabajo. Margaret Chan reconoció los aportes de Fidel. En Roma, en Andalucía, en Madrid han aparecido carteles que recuerdan el Comandante.
El pueblo cubano ha demostrado estar a la altura del hombre que físicamente se va, pero se queda.
Lázaro Barredo, periodista de la revista Bohemia recuerda que “si uno fuera a hablar no hubiera mucho tiempo. Pero hay muchas anécdotas y vivencias que prueban la vinculación de Fidel con el pueblo y viceversa. Fidel es un caso excepcional en la política del mundo. Son muy pocos los políticos que saltan de la vida política para sentarse en la vida familiar de las personas. Fidel es parte de cada una de nuestras casas. El Yo soy Fidel nace desde que el mismo Fidel convierte a este país en un país de orgullo nacional.
“Recuerdo cuando Fidel en 1959, en los Estados Unidos dijo: Yo no vengo a pedir dinero, yo vengo a traer la dignidad de mi pueblo. Ese desafío es algo que no le han perdonado los conservadores de esa clase política norteamericana. De esa época también viene el Memorándum de Richard Nixon que decía que había que liquidarlo. Como no sentir orgullo, si durante la Crisis de Octubre, el país al borde de una guerra nuclear, Fidel fue a la televisión a explicar que este país no se dejaría inspeccionar como querían los soviéticos. Y al final de su discurso dijo: Me siento orgulloso de ser hijo de este pueblo. Fidel es también el caza-huracanes. No hay nada en la vida nacional que no haya tenido una repercusión de Fidel. Fidel conmemoró su noventa cumpleaños con toda la alegría de traer la Revolución hasta aquí, enfrentando disímiles dificultades. Siendo siempre firme y consecuente con sus propias ideas. Como decía Bouteflica, yo estoy persuadido y convencido de que Fidel fue al futuro y regresó.
Las declaraciones de Eusebio Leal son una valoración del papel de Fidel en la historia de Cuba. Unas palabras que se dijeron antes de la muerte del líder para un documental que todavía está en preparación:
“Alfredo Guevara, grande y recordado amigo, también de Fidel decía que cuando él apareció en la universidad con la elegancia propia de su carácter, con la característica de ser un joven del oriente, algunos habaneritos le llamaban pretenciosamente el guajiro. Sin embargo, éste llega a convertirse en el líder allí, en el seno de esa ágora, que es un fenómeno tan propio de la Revolución cubana y que nace del espíritu universitario en América Latina, el cual nace en Argentina, en un momento tan brillante y que le concede a la Universidad Cubana un papel de vanguardia. Eso viene de atrás, de los días de la independencia.
“Cuando Fidel llega se convierte rápidamente en el hombre que va a ser un hombre universal. Si Martí decía, quien me pone Patria a mí, es por eso que podemos entender a Fidel en el bogotazo en Colombia, cuando va para un encuentro estudiantil que no logra realizarse, un camino hacia Argentina que se frustra, pero a naciendo el líder latinaoamericano y continental que llegó a ser.
“Después, su temprana afiliación a las causas más justas. Su justa defensa del derecho del pueblo palestino. Su justa defensa de la América Latina y del pueblo de Puerto Rico, tan tempranamente, van demostrando su vocación por la unidad, por la independencia y por universalidad de su propósito. Está contenido un poco en aquellas palabras de Céspedes, ¿para qué quiere Cuba la independencia?
“Orador, formado en la escuela de la compañía de Jesús, en las lecturas de los resortes de la persuasión del padre Pedras, en la lectura de la posición dominante del orador, una vez que domina al público al cual debe dirigirse. Su concepto de expresar primero las ideas generales, después desarrollarlas, llevar la tensión hasta el punto más elevado, y después descender con una conclusión, a veces dramática, en la cual resuelve el problema. Ese era quizás el signo de su vida.
“Dotado al mismo tiempo de unas cualidades particulares. Un carácter dulce y sensible. Y al mismo tiempo, una voluntad acerada. Dulce y sensible hasta las lágrimas, a la vez que fuerte y tenaz hasta soportar ostracismo y despojo de todo lo material. Él que podía lucir un anillo de diamantes o una cadena primorosa para llevar su reloj. Va entregando todo eso, como su ropa elegante y sus objetos más preciados, aún las cosas personales como los libros, al empeño para obtener dinero para la causa en que cree. Y así va surgiendo la gran figura que va modelándose en el tiempo y que va a deslumbrar en definitiva a su generación.
“En el año 1968 culminaba un proceso largo de la historia de Cuba. Se cumplían cien años del grito de Demajagua. Allí, en el Ingenio, que es el monumento más bello de Cuba, que levantó la naturaleza, cuando un Jagüey abrazó la lanzadera y levantó el tornillo y las ruedas y edificó la imagen de la voluntad sobre las ruinas del ingenio, destruido pocas horas o pocos días después del levantamiento. Allí, a la vista como Céspedes, del golfo de Guacanayabo, y de la Sierra distante, Fidel dice: ellos hoy serían como nosotros, nosotros entonces, como ellos. El espíritu de estas palabras, si es que me ha faltado exactitud en las letras, qué es lo que me interesa, la conjugación lo explica todo. Da la idea de la continuidad y del legado, no hay ruptura.
“Ni Carlos Marx nació en una cuna de hojas, ni tampoco Fidel Castro. Fue la evolución de las ideas lo que los llevó a las posiciones más radicales, la evolución del pensamiento y eso le da a él una autoridad extraordinaria. Cuando fue necesario, abandonó por completo todo lo material, aún lo que había forjado su padre con tanto esfuerzo, allí en el Oriente de Cuba, atravesando sus tierras en medio de los latifundios norteamericanos.
“Aquella utopía tentativa que se llamó Birán, donde se creó una escuela, dónde se trataba con pasión a los haitianos, donde se dialogaba con los macheteros y con los trabajadores. Ahí, él vio por vez primera el laboratorio social al que volvería una y otra vez. Y cuando estando preso llega la noticia de que un fuego había arrasado la casa paterna, y su hermano Raúl le da la noticia, que era triste para los dos, Fidel está leyendo un libro y le dice, -no importa, o, -¿y qué? Quiere decir, había llegado el momento en que había que darle fuego también a la riqueza mental, había que comenzar a soñar en otra, para muchos, para todos, y eso lo aprendió del austero padre, como lo aprendió Martí, cuando el padre le dice, yo no dudaría que un día usted lucharía por la independencia de su Patria. Quizás el padre lo dice muchas veces, como en aquella carta memorable dice, me han dicho que posiblemente Fidel vaya a la cárcel. Sabe que fue herido en una reyerta estudiantil con la policía. La madre viene a La Habana, y Fidel le dice que ahora comprendo que ha este mundo se viene a sufrir y padecer. El padre estaba profundamente identificado con su vocación. Y cuando va a buscar a Raúl, al más pequeño, se lo lleva, el padre se da cuenta de que va a llevarlo también a cumplir el mismo destino. Su liderazgo alcanzó a la cuna, alcanzó a su pequeña tierra, alcanzó a la universidad, antes de desencadenarse para hacer una Revolución nacional y a convertirse en un líder político del continente y del mundo”.
Jessica Ana Galindo, una estudiante de letras, en un texto bajo el título Nadie llore, escribió, “¿Cómo comenzar a escribir ahora? ¿Con qué oración se inicia a hablar de un ser tan inmenso, tan único y de una voluntad infinitamente extraordinaria? No hay forma de hacerlo. Estas son las personas, las excepcionales personas que abarcan tanto que hacen que el verbo parezca limitado, insuficiente. Solo es más probable acercarse a su esencia, a través del silencio elocuente que dicta el alma, a lo que se siente dentro, a lo que solo nuestra espiritualidad más sincera nos contesta. Fidel es más que un nombre, Fidel es una nación, es una actitud, es una historia personificada… ¡Qué nadie llore! Qué no se bañe de lamento un legado tan vivo, una personalidad única, un hombre que estuvo, que está acompañado de su pueblo, que felizmente encontró en él, su compañero más fiel. Fidel tuvo a Cuba, y Cuba tiene a Fidel”.
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