Por Manuel Alejandro Hernández Barrios
Emisión: 23/02/2017
La Oficina del Historiador de Camagüey ha cumplido 20 años de servicio al cuidado de una ciudad que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Éste fue el tema desarrollado en el espacio informativo de la Mesa Redonda de este jueves 23 de febrero el cual se transmitió desde el telecentro de la mencionada ciudad.
Camagüey es una ciudad que constantemente se rejuvenece pese a ser una de las más antiguas de nuestro país. Sobre lo que han significado estos 20 años de trabajo de la Oficina del Historiador de Camagüey y qué ha representado para el patrimonio de esta ciudad el licenciado Jorge Rodríguez Barrera, director general de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, comentó que “la obra de la oficina ha sido posible en la unión de esfuerzos con el partido y el gobierno. Hace algunos años, en ocasión de la celebración de un acto por el 26 de julio en nuestra ciudad, el Comandante en Jefe se refirió a los valores que tiene esta ciudad:
Hacer edificios nuevos no significa que vayamos a olvidarnos de los viejos, sobre todo en Camagüey eso tiene una importancia particular, porque ustedes poseen miles de edificaciones en el viejo Camagüey, edificaciones que tienen un valor histórico y cultural muy grande. Esas construcciones hay que preservarlas y hay que mantenerlas para que en el futuro los visitantes puedan apreciar y disfrutar los dos estilos arquitectónicos, el antiguo y el moderno. Vean ustedes, por ejemplo, cuantas personas de las que visitan Camagüey se acercan para conocer la residencia donde nació y vivió Ignacio Agramonte. Ese es un valor histórico y cultural que enriquece el espíritu de la comunidad y del pueblo. Las futuras generaciones estarán eternamente agradecidas de que ustedes hayan conservado esa casa, y estarán agradecidos de la conservación de esos edificios que tienen más de cien años y hasta más de doscientos años.
“Hablar del surgimiento de nuestra Oficina, significa hablar de la experiencia cubana en la conservación del patrimonio. No se puede dejar de mencionar la figura de Eusebio Leal. Esta experiencia se da en medio de situaciones económicas importantes, donde entre las penurias y las carencias, la voluntad política expresa por nuestro país por salvaguardar su patrimonio prevaleció en las principales ciudades históricas cubanas.
“Esa experiencia de La Habana Vieja, ha dado la posibilidad que en otras provincias o ciudades se desarrollara ese modelo de gestión que a partir de los recursos del propio lugar y puesto en práctica un método de trabajo en ese propio modelo, diera la posibilidad de empezar a salvar lo más importante del patrimonio edificado y empezar a trabajar con la gente que es el actor fundamental de estos procesos, los cuales no solo se enmarcan en la restauración de edificios, o de crear mejores condiciones a través del mejoramiento de la imagen urbana, sino responde al reto de la modernidad y el desarrollo en condiciones de sustentabilidad económica.
“No puede hablarse del trabajo de una institución solamente, se trata del esfuerzo del pueblo que tiene entero conocimiento de lo que significa salvar edificaciones, resguardar y preservar tradiciones, de lo que significa para el país en medio de circunstancias internacionales, en las cuales requerimos de la cultura como escudo de la Nación.
“Salvar las ciudades, que se pueden considerar como el mejor producto cultural, fruto de la creación humana, es vital para sobrevivir como país. Cuba tiene cuatro ciudades en la lista de Patrimonio Mundial y nueve sitios naturales, con no más de 12 millones de habitantes y una extensión territorial que no compite con países de otras regiones del mundo.
“Algo que también denota es que tenemos un pasado glorioso, tenemos una cultura que cuenta en el ámbito internacional y mundial, que tenemos un pueblo y un gobierno que precisamente tiene conciencia cabal de esos procesos”.
Los espacios que van naciendo dentro de la ciudad le van dando nueva vida, pero eso no se hace a la buena voluntad, sino que es parte de una concepción de la Oficina del Historiador y que tiene una base fundamental en el plan maestro de la ciudad. La master en ciencias María Isabel Carmenates, directora del Plan Maestro de las Oficina del Historiador de Camagüey explicó cómo se ha venido desarrollando ese plan y qué sentido le da la propia población camagüeyana.
“Los esfuerzos se han ido concentrando fundamentalmente en el centro histórico que tiene categoría Nacional desde 1980, que posee 330 hectáreas, y que es el 18 por ciento de nuestra gran ciudad. Para crear este plan, utilizamos estudios realizados por la universidad sobre la conservación, lo cual facilitó la elaboración del plan, constituyendo así su antecedente.
“Desde la academia se produce una labor científica que constituye un apoyo a la labor y a la gestión que se hace en el territorio. El plan fue interdisciplinario, tuvo que ver con todas las disciplinas que intervienen en las ciencias urbanísticas y también contó con la colaboración de organismos claves dentro del territorio que trazan políticas territoriales.
“Al hacer un análisis de solo un sector de la ciudad, hubo que conciliar con el plan general de la ciudad, y a partir de allí hacer todo el análisis. Hoy todavía nuestro centro histórico marca la centralidad de la ciudad. Muchos movimientos peatonales visitan el centro, y eso tiene también una repercusión en las afueras, quiere decir que no es un área aislada, q está integrada a esa gran ciudad, y por lo tanto los análisis tienen que ver con las soluciones que se dan a nivel de ciudad.
“Para la creación del plan se tuvo en cuenta que fuera flexible, participativo y que además tenga la novedad de estar constantemente renovándose a partir de estudios, políticas, estrategias y líneas de acción que van bajando la escala del planeamiento y que después producen esa ejecución de una obra, de un espacio público, y a partir de ahí se va enriqueciendo.
“El plan se concluyó en el 2006. Constituyó una herramienta de trabajo de las autoridades del territorio. En esa etapa no existían muchas de las formas no estales de gestión. Es importante crear indicadores con las escalas de los nuevos actores que comienzan a aparecer. Conducir cada proceso dentro del planeamiento. Hemos tenido la oportunidad en la gestión de establecer tres etapas: unas que coincidió con el 500 aniversario de la ciudad y que era a corto plazo, después en la segunda etapa, que es a mediano plazo hasta el 2020, y una tercera etapa hasta 2030.
“Así delineamos que tiene que hacer cada organismo dentro del territorio. Hay que decir que cada año conciliamos las intenciones de la economía con las propias intenciones del plan. Y en los propios enmarcamientos que tiene cada organismo se conciben las acciones que tienen que hacer dentro del centro histórico, buscando siempre concentrar esfuerzos en zonas y espacios que tienen una problemática determinada y que por niveles de prioridad hay que ir interviniendo.
“Hemos ido ganando en espacio. Ahora en 2016 fueron alrededor de 50 millones de pesos los que el presupuesto dedicó a inversiones y mantenimiento del centro histórico. Eso representa alrededor del 35 % del presupuesto de la provincia.
“Es importante que proyectistas y constructores sepan cuáles son los retos de la obra a partir de las nuevas tecnologías que aparecen en materia de construcción. Se han tenido que rescatar oficios que no existían. Esto va sumando cada vez más personas, y organismos al cuidado de la obra y esto la hace más completa.
“El centro histórico es mayoritariamente residencial por lo tanto el compromiso ciudadano es importante. Se sabe que la obra física ayuda al cambio de conducta, y eso es lo que hoy estamos trabajando. Incluso vamos buscando proyectos novedosos que enfrenten la indisciplina social y mejoren la educación ciudadana. Ahora tenemos una oficina de orientación y consulta de conservación del centro histórico que no es más que buscar la sensibilidad, la capacitación, la información oportuna antes de hacer una inversión.
“Ya se han convertido en una práctica las consultas ciudadanas. Trabajamos con los Consejos Populares, con las circunscripciones, con los grupos de trabajo comunitario, vemos sus problemáticas, y los comprometemos para que ellos se vean reflejados en los proyectos que ellos mismo van a disfrutar.
“Todo lo que se hace en la ciudad se revierte en una puesta en valor de ese patrimonio que genera mayor nivel de empleo, que genera mejores ofertas de bienes y servicio, y que también mejora la economía local a partir de la circulación mercantil, de la propia economía individual.
“Una de las principales problemáticas era la baja capacidad hotelera de que disponíamos. Sin embargo, hoy exhibe otros resultados. Y ese proceso transcurrió por el cambio de uso administrativo, incluso de aquellos que estaban en el centro histórico. Por ello es más el turismo que llega a la ciudad. La contribución a la oficina ha ido creciendo. El año pasado llegamos a los nueve millones de pesos. Esto ha ido de manera ascendentes siendo representativos”.
Una alianza estratégica y multiplicadora
Sobre el valor y el significado para el trabajo cultural de la provincia de Camagüey la existencia desde hace 20 años de la Oficina del Historiador. Sobre si es competencia o aliado, y su trabajo en conjunto para darle a los camagüeyanos la cultura que merece y preservar las tradiciones propias de ese pueblo, la directora provincial de cultura, Master en ciencias Irma Horta Mesa, comentó que “definitivamente es una gran oportunidad, y es a la vez una fortaleza. Nuestra alianza es estratégica porque hemos buscado los puntos comunes en que podemos apoyarnos.
“El propio historiador de la ciudad fue designado como presidente de la Comisión de Monumentos de nuestra provincia y ello implica que con la red patrimonial que sabemos que tiene el sistema de la cultura desde su ministerio, podamos nosotros trabajar en los objetivos que perseguimos en la conservación del patrimonio de esta ciudad de una manera uniforme.
“Tenemos la posibilidad de contar con espacios públicos e instalaciones del propio sistema de la oficina del historiados donde nuestros creadores y artistas tienen la oportunidad de desarrollar sus procesos de creación. Esta ciudad es rica en el potencial de artistas que posee. La alianza lo que permite es multiplicar opciones y posibilidades para el proceso de la creación.
“Las dos direcciones hemos venido trabajando en el vínculo a la hora del desarrollo de los eventos culturales que se realizan en la ciudad. Ejemplo de ello fue el programa cultural que desarrollamos por el 500 aniversario de la ciudad. Todavía sentimos regocijo por él.
“Aprovechamos todas las actividades para que se realicen desde el sentido común y con la impronta que le ponemos desde las instituciones culturales con el vínculo que tenemos con la oficina.
“Sobre todas las cosas lo principal en este trabajo conjunto es ponerle mucho amor, deseos y el orgullo de sentirnos camagüeyanos y agramontinos. Lo que nos ha hecho comprometernos cada vez más con nuestro proceso de gestión es el trabajo conjunto con el partido y el gobierno.
La mirada de los niños
Acerca del amplio programa cultural que tiene la oficina del historiador, del trabajo que realiza, las intenciones por generar cultura, y las direcciones de la Oficina del Historiador, la licenciada Aymara Barreras Hernández, directora de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de Camagüey cuenta que “nos hemos apoyado mucho en los niños para apoyar nuestro trabajo cultural. Hemos congeniado el trabajo de los artistas dentro de la ciudad y la perspectiva de los niños como actores dentro del centro histórico.
“Uno de nuestros retos es el conjunto artístico Arlequín que lo constituyen niños de hasta 13 años que incluye la danza, la plástica, la narración oral, el teatro, la música. Ellos llevan su arte a los diferentes espacios dentro de la ciudad, en sus plazas y también fuera del centro histórico. Para nosotros logar una conciencia ciudadana es importante porque se revierte en la conservación del patrimonio porque se va a convertir en riqueza espiritual.
“La brigada 500 y más la constituyen 500 niños de las escuelas del centro histórico que son preparados desde el centro de gestión cultural en aulas y museos. Ellos se preparan y accionan dentro del centro histórico. Visitan centros de trabajo que ocupan edificios de valor patrimonial y allí hacen conciencia a los trabajadores acerca de la importancia de cuidar ese edificio. Con ello conocen el patrimonio histórico y a su vez lo transmiten en las escuelas.
“Otros proyectos como el Sello editorial de la oficina, el lugareño. Hemos logrado mantener la publicación seriada de Senderos, otro logro del movimiento editorial de la oficina. Tenemos la página web de la oficina, el proyecto de la cabina de audio del centro histórico que promueve los valores de nuestro centro histórico, ahí se pueden escuchar mensajes sobre valores patrimoniales. Tenemos también la casa de la diversidad cultural que agrupa todos los grupos portadores que nos sirve para la investigación. Están los recorridos del centro histórico que experimentalmente nos ha dado buenos resultados, al concluir cada recorrido se hace un conversatorio donde intercambiamos lo que se quiere, lo que está mal, y eso nos ayuda a corregir todo el programa, y cómo hacer las cosas mejor cada vez.
“Tenemos también el programa cultural en las plazas donde se realizan conciertos como el Concierto por la ciudad, que se desarrolla cuatro veces al año y vienen agrupaciones de carácter nacional, un proyecto que es apoyado por la UJC y la AHS. También hacen acciones plásticas dentro de la plaza.
“Un diálogo con el tiempo”
Eusebio Leal quiso agradecer los veinte años de trabajo de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey: “Bien sé del intenso patriotismo del pueblo camagüeyano, bien sé de la heroica historia de sus mujeres, de sus familias en la gran guerra por la independencia nacional. Visitar Camagüey es rememorar todo eso. Ignacio y Amalia son símbolos de ese espíritu del Camagüey, el espíritu que se motiva en sentimientos y valores muy altos, pero al mismo tiempo está cimentado en el amor profundo, en la comunicación de ideas, de espíritus, en la vocación. Es por eso que la oficina 20 años después ha logrado reunir, ha logrado soplar vida sobre lo que parecía muerto u olvidado, ha abierto las puertas de cada casa, ha entrado en los patios, ha dialogado con el tiempo, y ha logrado tener un eco muy importante en la sociedad y para el tiempo futuro”.
Trabajar en y para donde se vive
Sobre lo que ha significado llegar a estos 20 años, la mirada hacia el futuro, el compromiso de la oficina con los ciudadanos camagüeyanos, y el trabajo en conjunto de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey con las autoridades del territorio, el director de la misma, Jorge Rodríguez Barrera, considera que “lo que no puede faltar es el compromiso y el apego a lo que se hace. Hablamos de trabajar para el lugar en el que uno vive. Hablamos de trabajar para nuestra familia, para la Patria, para la Nación Cubana, que ha sorteado durante mucho tiempo dificultades increíbles.
“Desde aquellas primitivas ordenanzas, que hoy pudieran ser ejemplo para nuestro comportamiento ciudadano de estos tiempos, a lo largo del tiempo nos hemos encontrado ante un compromiso que nos supera como grupo humano. Estamos cumpliendo para nuestros nietos, y sus hijos. A esta ciudad hay que mimarla, tratarla con cuidado. Hay que a cada patología o dolencia que tenga, recetarle el medicamento apropiado.
“Eso confluye en un concierto de personas donde todo se hace atendiendo a lo que dice la partitura que en este caso es el plan, siendo disciplinados ante la conducción, siendo disciplinados ante la percepción que se tiene de estos asuntos, donde el hombre se ha ocupado del protagonismo. La cuestión es el hombre. Hay que hacerle llegar mensajes para que cada día se comprometa más. Es un compromiso que exige mucha responsabilidad, pero sobre todo orgullo de trabajar en un esquema.
“Se nos ha dado una oportunidad tremenda como seres humanos. Trabajar bajo esta experiencia cubana, en la que se ha logrado un adecuado balance entre el interés colectivo y el interés individual, lo que en estos momentos constituye un reto a partir de los cambios económicos.
“Los próximos años marcan un reto importante en la labor de la ciudad. En el 2018 se cumplirán 145 años de la caída en combate de Ignacio Agramonte, se cumplen 45 años del discurso del Comandante en Jefe en la plaza de San Juan de Dios, en ese mismo lugar estrenó Silvio Rodríguez su canción al Mayor, canción que es como un himno para todos los camagüeyanos.
“Sin el apoyo del gobierno y e partidos nos hubiera sido imposible realizar nuestro trabajo. Ellos nos han dado la oportunidad. Y el trabajo conjunto ha posibilitado que las cosas hayan ido bien en el sentido del cumplimiento de nuestros objetivos. Junto con ellos hoy convocamos al 505 aniversario de la ciudad del bravo Camagüey, como Fidel nos dijo en una ocasión”.
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