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Fidel, la unidad y la Revolución Cubana

Publicado el 13 agosto 2017 en Mesa Redonda,Logros de la Revolución Cubana,Política,Temas Nacionales

La unidad es uno de los legados más importantes del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz en la obra de la Revolución Cubana.

Para fomentar el debate respecto al tema, la periodista Arleen Rodríguez Derivet puso sobre la Mesa una pregunta a modo de introducción, ¿la unidad empieza a ser un factor determinante dentro de la historia de Cuba a partir de que se descubriera cuál era su peso específico, es Martí el primero que habla de eso?

La profesora de mérito de la Universidad de La Habana Francisca (Paquita) López Civeira, presidenta de la cátedra honorífica para el estudio del pensamiento y la obra de Fidel Castro [1] en la Universidad de La Habana, considera que tal vez Martí no haya sido el primero en darse cuenta de la necesidad de la unidad. hay que ver las reacciones de sus contemporáneos. Máximo Gómez se preocupó durante la guerra de 1868 por los problemas que provocaban división dentro del campo insurrecto.

La Premio Nacional de Historia sentenció que Martí [2] sí es quien con mayor profundidad y de una manera más reflexiva analiza ese problema. En sus cuadernos de apuntes hay fragmentos de muchas reflexiones en torno a ello. Compara la nueva etapa con lo que pasó en la Guerra de los Diez Años. Habla de cómo en aquel momento los necesitados de justicia dejaron caer la bandera.

Martí es quien va a analizar más profundamente ese problema para proyectarlo a su presente. Él señala que la unidad no se puede ver como una subordinación del pensamiento sino como una búsqueda de aquellos elementos que nos unen, que nos pueden llevar a un proyecto común. En esto hay algo ético, muy constante, cuando él se ha separado del proyecto del 68, lo invitan a hablar un diez de octubre en una conmemoración y dice que no porque es mejor dejarse morir por las heridas antes de permitir que las vea el enemigo.

Con un panel de invitados que han estudiado la vida y la obra de Fidel el espacio televisivo Mesa Redonda del viernes 11 de agosto hizo pretendido homenaje al líder que logró la unidad tanto en Cuba como en América Latina.

Pero, ¿Martí marcó la diferencia respecto a quienes le antecedieron? La doctora Ana Cairo Ballester, académica de número de la Academia de Historia, se refirió a Céspedes recordando que el Padre de la Patria fue la gran víctima de la fractura. El modo en que sufrió su destitución es uno de los problemas que arroja la falta de unidad, la falta de construcción de un consenso.

La profesora titular de la Universidad de La Habana comentó que cada Revolución tiene esos procesos de desunión, pero en el caso de Cuba hay que marcar la excelencia de la actitud de Céspedes, quien prefirió pasar los últimos años de su vida en el más absoluto ostracismo que provocar una mayor si él no se alejaba. Céspedes es la primera víctima de la falta de unidad. Hay quien dice que su destitución es el primer golpe de estado. Eso se le escuchó decir a Fernando Portuondo un 24 de febrero de 1975 en la Biblioteca Nacional.

Martí dedicó mucho tiempo a estudiar la personalidad de Céspedes y los conflictos que hubo. Cuando Martí escribe Céspedes y Agramonte, está dando una lección de unidad que llega al siglo XXI. Dice que no hay que enfrentarlos sino entender que esas dos personalidades tan diversas como muchas otras son la Revolución. Así da una lección que es para todos los tiempos.

Es importante estudiar el imaginario que tiene Fidel sobre la Revolución del 68. Bijagual es el lugar donde ocurrió la destitución de Céspedes está bajo las aguas de la presa Carlos Manuel de Céspedes. Eso es un ejemplo de la grandeza del pensamiento de Fidel. El lugar de la ignominia está purificado. Porque esa fue una de las páginas más negras de la Revolución del 68.

Sobre toda esa experiencia de las Guerras de Independencia el doctor Alberto Prieto Roque, académico de número de la Academia de Historia, profesor titular y de mérito de la Universidad de La Habana expresó que toda la experiencia de las guerras independentistas, que era revoluciones al mismo tiempo, fue lo que alimentó a Fidel.

Fidel se hizo revolucionario en la Universidad de La Habana y se nutrió de todos esos elementos del pasado para hacer un análisis de la historia de Cuba. Para la filosofía política de Fidel Castro el valor unidad es básico, pero unidad quiere decir unidad entre lo diverso. La unidad es para sumar personas que divergen en otros aspectos. Hay que buscar lo que vincula, no lo que separa. Y así mismo lo expresa en el concepto de Revolución.

En su libro Fidel Castro y la Revolución el profesor expresó que cuando Fidel en La Historia me absolverá convocó a la más amplia unidad antidictatorial que resistiese a la tiranía y condujese al pueblo a una multifacética rebeldía hasta lograr el triunfo. Trataba de lograr la unidad por la negación, aunque dentro de aquella unos buscasen retornar al estatus anterior mientras otros querían alcanzar un mundo mejor mediante la Revolución.

¿Cómo llega a ese concepto la unidad por la negación? Sospechosamente, arguye el profesor, deben ser los años vividos los que hacen reflexionar a uno. De Bolívar a la actualidad es un concepto que se impone porque coincidir en la mayoría de las cosas es muy difícil. Hay que buscar lo que nos une, no querer la tiranía, el colonialismo, el neoliberalismo. El genio de Fidel es que esa unidad por la negación la logró en todos los aspectos, pero su pensamiento unitario era amplísimo. Fidel Castro le dio la bienvenida a todos los que querían estar en contra de la tiranía.

Después de 1959 llegó a formar las ORI conformada por el Directorio Revolucionario, el Movimiento 26 de Julio y el Partido Socialista Popular. Fidel tuvo que dirigir sus Palabras a los intelectuales que tenían incomprensiones y se reunió con ellos y lanzó su apotegma todo dentro de la Revolución, nada contra la Revolución, pero hay que buscar un diálogo para ver los que nos une porque no podemos exacerbar lo que nos desune.

Audacia cultural, Fidel imaginarios será la próxima entrega literaria de la profesora Ana Cairo Ballester donde cuenta la relación del líder de la Revolución con ocho generaciones de la Universidad de La Habana.

La Premio Nacional de Historia sentenció que Martí sí es quien con mayor profundidad y de una manera más reflexiva analiza ese problema.

La también Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanística expuso que la contribución de los jóvenes es un tema permanente del siglo XIX cubano. El hecho de que en el siglo XX la Universidad de La Habana se convierta en un espacio político de primer rango hace que emerja de una manera pública y civilizada el tema de los jóvenes estudiantes. Julio Antonio Mella [3] fue un símbolo capital para los estudiantes latinoamericanos. Puso en el centro del tapete la contribución de los estudiantes a los proyectos sociales y políticos.

Fidel Castro viene del Movimiento Estudiantil de Reforma Universitaria. Su primer gran discurso político fue el 27 de noviembre de 1946 en el Cementerio de Colón. Quiere decir que Fidel se forma en el movimiento estudiantil. Uno de los elementos más importantes de la batalla por la unidad es sentarse a dialogar, pero no estableciendo mecanismo de dominación, sino de igualdad, por eso Fidel logró construir durante varios años comunidad entre los estudiantes universitarios hasta 2015 cuando les escribe una carta a los jóvenes.

Fidel construyó unidad con los jóvenes, con los niños y con los intelectuales. Pero es que Fidel es un intelectual. Palabras a los Intelectuales como título significa un prejuicio, porque Fidel se reúne con los que son sus colegas primero porque es un abogado, segundo por político, tercero por ser un orador y cuarto porque es un periodista. Cuando Gramsci define el concepto de intelectual habla de todo tipo de profesiones intelectuales, todos somos intelectuales. Por eso se puede entender que Fidel no está hablando con los otros, sino con los suyos.

La profesora Paquita López Civeira tuvo el privilegio de estar en la conversación que Fidel tuvo con historiadores en el 50 aniversario de la creación del M-26-7 el 12 de junio de 2005 en el palacio de convenciones. Allí dijo “esto ha sido una labor del pueblo” y terminó diciendo “yo me he convertido en un bordador de la unidad”.

Julio Antonio Mella comienza uno de sus textos con dos frases, una de Carlos Marx, “proletarios de todos los países uníos” y otra de José Martí “juntarse en la palabra del mundo”. Así une dos paradigmas en un texto dirigido a un público en general, y no se puede olvidar que cuando asesinan a Mella está preparando una Revolución, una insurrección y contando con todos los posibles.

Fidel siempre defendió una mejoría en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba sobre bases de respeto a la soberanía de nuestro país. Foto: Archivo

Fidel siempre defendió una mejoría en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba sobre bases de respeto a la soberanía de nuestro país. Foto: Archivo

Eso también se ve después en Villena, y Fidel que en gran medida es heredero, tiene una mirada histórica siempre a todo el decurso de la historia que le precede, que le antecede. Su idea de bordador de la unidad también tiene que ver con algunas reflexiones que hizo sobre el sectarismo. Fidel reconoce que ellos también fueron sectarios. Dijo que la Sierra era sectaria con respecto al llano, y hubo prejuicios. El problema del sectarismo se notó dentro del proceso y es algo que hay que eliminar. Su mayor preocupación después de 1959 era lograr la unidad. menciona el término “la unidad en el consenso” que permita buscar en métodos de lucha, de organización, no solo la unidad orgánica, sino de pensamiento porque la unidad define.

Fidel vio la unidad mucho más allá de la Revolución Cubana. Al respecto el académico Alberto Prieto Roque cuenta que Fidel está vinculado con la América Latina desde 1948 cuando convoca al congreso de estudiantes para protestar en contra del surgimiento de la OEA, lo que coincidió con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

Después del triunfo de la Revolución en América Latina hay una efervescencia de rebeldía contra todo lo establecido. Entonces Fidel emite la Segunda Declaración de La Habana que no es tan recordada.

La doctora Ana Cairo añadió que la unidad es dialéctica y eso quiere decir que no se puede establecer un dogma sobre lo que es la unidad, porque cambia de acuerdo con las generaciones, los contextos externos e internos y por lo tanto el legado de Fidel está en los métodos para conseguir la unidad en la ética.

Fidel en los sesenta dijo también que había que captar a los militares de avanzada. Chávez fue uno de ellos, pero apareció 30 años después. Y también dijo “se deben unir desde el antiguo militante marxista hasta el católico sincero”, sin prejuicios, ni sectarismos. Fidel logró unir al Sandisnismo en la Comandancia Unificada. Después logró que en la junta de representación nacional hubiera representantes de la burguesía conservadora antisomosista. La CELAC es la mayor obra de Fidel con respecto a la unidad latinoamericana. En ella hay países de todo tipo y su gran logro es sirve para frenar los intereses hegemónicos externos.

¿Comprenderemos las actuales y futuras generaciones lo que legó Fidel Castro y su generación al unirse? ¿Entenderemos que la unidad dentro de la diversidad es vital?

Paquita López Civeira propuso que el único camino de un pueblo o nación es la unidad a partir de determinados principios. En 1957 Fidel desde la Sierra Maestra se opone al pacto de Miami y dijo que el problema eran las bases de esa unidad. Termina aquella carta con una frase fabulosa: “para caer con dignidad no hace falta compañía”. En un momento dice que la unidad plena es lo ideal, pero lo real es tratar de buscar esa unidad como la única manera que tiene una Revolución, un pueblo, una nación de sobrevivir frente a todos los riesgos y frente a todos los peligros internos y externos. En eso Fidel nos tiene que seguir acompañando como un gran constructor de unidad.

La doctora Ana Cairo añadió que la unidad es dialéctica y eso quiere decir que no se puede establecer un dogma sobre lo que es la unidad, porque cambia de acuerdo con las generaciones, los contextos externos e internos y por lo tanto el legado de Fidel está en los métodos para conseguir la unidad en la ética. No se puede construir algo si no se cuenta con suficiente capacidad autocrítica para reconocer sus errores. La ética de la verdad y de lo real es central. Hay que siempre tener en cuenta las posibilidades de hasta donde se puede llegar en un momento dado. El otro elemento importante es la democratización.

Citó a Darsy Riberiro: “un intelectual es todo aquel que domina una materia”. Cuba tiene una democratización de alta importancia e irreversible. El hecho de que el Consejo de Estado de Cuba reconozca que un campesino puede ser un asesor, que un obrero lo pueda ser, eso tiene que ver con la unidad.

Alberto Prieto concluyó que la verdad no es absoluta. La moral va evolucionando porque las personas piensan según viven. Eso solo se encuentra bien en los jóvenes, y sobre todo en los universitarios que son los más preparados políticamente. Hay que oírlos para saber el rumo en que hay que ir.


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