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Juan Ramón Quintana: Evo lleva al Che en su chamarra y a Fidel en el corazón (+ Video)

Publicado el 19 enero 2018 en Mesa Redonda,Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA),Política,Temas Internacionales

El excelentísimo señor Juan Ramón Quintana, Embajador del Estado Plurinacional de Bolivia conversó con el periodista Randy Alonso Falcón sobre el estado actual de las relaciones y el contexto latinoamericano.

Por: Manuel Hernández Barrios

Fotos: Roberto Garaicoa

El 11 de enero de 1983 Cuba y Bolivia decidieron reanudar sus relaciones diplomáticas luego de haber sido interrumpidas en 1964 por presiones de Estados Unidos. Sobre el significado y el estado actual de esos 35 años de relaciones, sobre el trabajo constante por continuar ese acercamiento y sobre lo que ocurre en el acontecer noticioso de ese país abordó el espacio televisivo Mesa Redonda de este jueves 18 de enero.

En esta emisión estuvo como invitado el excelentísimo señor Juan Ramón Quintana, Embajador del Estado Plurinacional de Bolivia [1], quien conversó con el periodista Randy Alonso Falcón (P) sobre el estado actual de las relaciones y el contexto latinoamericano actual en que ambas naciones están enclavadas.

Los 35 años de relaciones se han sentido solidificados con la toma de posesión del líder indígena y campesino Evo Morales en Bolivia al frente del estado y el gobierno de Bolivia. Juan Ramón Quintana (JRQ), siempre de ese lado del gobierno, fue militar y político, es sociólogo de profesión, fue Ministro de Gobierno durante varios años.

– P: Si tuviera que presentarse a los cubanos, ¿Qué diría usted de Juan Ramón Quintana? ¿Qué fue lo que llevó a un militar de formación como usted a un movimiento de lucha al lado de un presidente como Evo Morales?

– JRQ: Fue un sentimiento de indignación lo que me llevó a acercarme a Evo a fines de la década de los ochenta, a principio de la década de los noventa, cuando el gobierno norteamericano había ocupado militarmente la región del trópico y cometía atrocidades.

Yo era estudiante de sicología y tenía conciencia de lo humillante que significaba que una potencia extranjera ocupara mi Patria. Todavía era teniente cuando me acerqué a Evo a expresarle mi impresión de la lucha del movimiento cocalero y la necesidad de enfrentar de una manera mucho más amplia. Evo, casi desconfiado, creía que era un emisario de un gobierno liberal. Pero como yo era militar conocía la manera cómo Estados Unidos incursionaba en el dominio de las fuerzas armadas del país. Quería impedir las atrocidades y violaciones contra el país. Lo que me quedaba era expresarle a Evo parte de este sentimiento de indignación.

Lo acompañé en sus luchas, como dirigente y como diputado, por la soberanía nacional, por los movimientos sociales. Evo me encargaba actualizarlo respecto a la situación internacional, pero en particular en las acciones norteamericanas contra los pueblos de América Latina, porque mi objetivo de estudio en la universidad era la presencia norteamericana que había envilecido y contaminado a las fuerzas armadas y a la policía.

– P: Primero estudios militares, después estudios de sociología, después es uno de los intelectuales que se incorporan a los movimientos sociales, de los que sustentan con el pensamiento la evolución de la revolución en Bolivia. Ser Ministro de Gobierno fue una responsabilidad importante sobre todo cuando tiene un presidente que se levanta de la madrugada a trabajar.

– JRQ: Evo es una máquina de trabajo. Se levanta entre las cuatro y las cuatro y media. Por lo tanto, lo mínimo que tiene que tener es un ministro de la presidencia que se levante una hora antes. Por lo que ambos dormíamos muy pocas horas. Pero lo hacía con entusiasmo, sabiendo que cada minuto del presidente Morales [2] contaba para la transformación de la historia del país.

Desde 2005 comenzamos a trabajar en la estrategia de campaña electoral y más adelante el mismo presidente decidió el lugar que yo debía adoptar. Como ministro de la presidencia me tuvo por unos diez años.

– P: Después de esta labor ha sido nombrado usted embajador en Cuba, ¿bajo qué misión viene Juan Ramón Quintana?, ¿cuáles son sus perspectivas y deseos al llegar como embajador a Cuba?

– JRQ: El presidente Evo me ha dado el mandato de fortalecer, profundizar y seguir construyendo la relación con el pueblo cubano y el boliviano en el marco de la diplomacia de los pueblos. Evo tiene amor desenfrenado por Cuba, admiración por Fidel, por Raúl, el Che y por la lucha del pueblo cubano.

Lo menos que puedo hacer es contribuir a esta relación tan profunda de Evo con el pueblo cubano lo que significa el cumplimiento de un conjunto de tareas como la cooperación y solidaridad médica cubana, en la educación, los temas comerciales, trabajar bajo la filosofía de la economía complementaria, de la complementariedad económica podríamos desarrollar un conjunto de proyectos.

Estamos adquiriendo medicamentos e insumos médicos por un valor de 25 millones de bolivianos para el primer semestre y para el final del año esperamos hacer una adquisición de unos 40 millones de bolivianos, lo que quiere decir que terminaremos la gestión de 2018 con una adquisición de 10 millones de dólares, algo que rompe todas las marcas de la relación comercial.

El presidente Evo me ha dado el mandato de fortalecer, profundizar y seguir construyendo la relación con el pueblo cubano y el boliviano.

– P: Usted habla de que viene a reforzar unas relaciones que ahora están celebrando 35 años de reanudarse después de haber sido rotas por los gobiernos bolivianos de aquella época. El gobierno de Evo marca el fortalecimiento de las relaciones, pero si retrocediera en la historia y marcara momentos de las relaciones de Bolivia con Cuba y de estos últimos 35 años, ¿qué destacaría?

– JRQ: Un hito fundamental del cual no se conoce mucho es el apoyo que le otorga al estado de beligerancia, lo que los cubanos llaman las guerras de independencia, uno de los presidentes más satanizados por la oligarquía que es Mariano Melgarejo es el que elabora un decreto supremo apoyando la beligerancia del pueblo cubano para liberarse del yugo español.

A los dos años del restablecimiento de relaciones se instala un régimen de gobierno neoliberal y por lo tanto gobiernos neoliberales que comulgan la política norteamericana, en ese contexto el restablecimiento no habría significado mucho si no fuera por la invitación que le hace Jaime Pasamora a Fidel Castro [3] en 1993. La relación todavía estaba controlada por el miedo al poder imperial.

Evo Morales en 2005 quiebra ese miedo. Empieza a tejer junto con Fidel una relación indestructible. Se ha logrado construir un camino de comunicación y trabajo conjunto. En estos doce años de gobierno hemos tratado de cancelar una deuda que el pueblo boliviano tenía con Cuba a partir de la ruptura obligada de las relaciones en 1964, año en el que paradójicamente existía un gobierno de la revolución nacional, Víctor Paz Estensoro.

En estos doce años de gobierno de Evo se ha hecho lo que no se hizo en cien años. Esta es una relación que se reconstituye a partir de la presencia de la brigada médica cubana, porque su presencia le permite al gobierno nos permite darle legitimidad y vestirse de credibilidad. Son médicos que llegaron a aquellos lugares donde jamás había llegado médico alguno. Esta brigada ha realizado más de 70 millones de atenciones médicas.

– P: A propósito, la ministra de Salud Pública de Bolivia es graduada en la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba.

– JRQ: El campo de la salud fue priorizado por Evo y por Fidel. Se instaló además el programa de la Operación Milagro. Logramos con el trabajo cubano-boliviano, integrar las fronteras y fuimos mucho más allá.

Además, gracias al esfuerzo del pueblo cubano logramos erradicar el analfabetismo con el programa Yo sí puedo. Logramos sacar del analfabetismo a casi un millón de bolivianos. Después se continuó con el programa Yo sí puedo seguir. En el ámbito de la educación Bolivia se benefició enormemente, porque fue otro programa que le dio penetración política al proceso de cambio, frente a una guerra del imperio para frenar la presencia del proceso en las comunidades indígenas.

Otro programa fue el desarrollo de la primera planta de industrialización de la caña de azúcar y del alcohol, lo que propició que el Estado de Bolivia contara con la planta más moderna de todo el país con una capacidad de producción extraordinaria. Eso se logró gracias al acompañamiento de los profesionales cubanos, los cuales están trabajando en la instalación de plantas de liofilización, de procesamiento de productos de frutas tropicales.

– P: Todo eso en medio de las transformaciones de cambio de procesos en Bolivia, enfrentando a una oligarquía que no quiere ceder espacios. Frente a la aceleración de la producción, la soberanía alimentaria, el crecimiento económico, los intentos de crecer en el ámbito de las relaciones con América Latina, los intentos de la oposición pretenden sabotear las elecciones de magistrados con algunas manifestaciones en el sector médico y con amenazas e injerencias del gobierno de Donald Trump. ¿En qué perspectivas sitúas el enfrentamiento que se da entre la Revolución y el proceso conducido por Evo y las fuerzas de la oligarquía de derecha? ¿Qué papel juega Estados Unidos en esa estrategia frente al gobierno de Evo Morales?

¿En qué perspectivas sitúas el enfrentamiento que se da entre la Revolución y el proceso conducido por Evo y las fuerzas de la oligarquía de derecha?

– JRQ: En este momento se pretende instalar el síndrome de la venezolanización. Se pretende trasladar toda la maquinaria conspirativa que operó durante dos años contra Venezuela hacia Bolivia para aplicar el modelo de agresión que ha sufrido Venezuela.

Bolivia se ha convertido en la punta de lanza de la sostenibilidad de un proyecto neocolonizador norteamericano que el mismo pueblo boliviano ha rechazado. Se escala en un plan de desestabilización muy claro que hoy día se hace muy visible, el cual no se ve a nivel de partidos políticos, porque éstos viven el mayor descrédito después de haber destruido el país y de haber acompañado la aventura demencial del separatismo.

Se ha puesto en práctica una nueva manera de desestabilizar a través de colectivos ciudadanos, aparentemente despolitizados que expresan su malestar contra el gobierno por un conjunto de desaciertos o por distintas razones.

– P: Como las estrategias de las revoluciones de colores en otros países.

– JRQ: Estamos en un momento en que se está instalando esta plataforma de desestabilización. Han aparecido colectivos de jóvenes y mujeres y actores vinculados con organizaciones no gubernamentales o que reciben financiamiento de la cooperación de gobiernos extranjeros o de agencias de seguridad de Estados Unidos.

Esta fase tendrá cotas conspirativas más altas pero que no van a tener parecido a las del 2006-2015. Estamos pasando un periodo de transición hacia un proyecto de desarrollo económico mucho más potente y vigoroso.

– P: Uno no entiende como en un proceso inédito y democrático como es elegir los jueces estas fuerzas intentaron boicotear ese proceso. Se intenta crear una expresión popular que vaya en contra de Evo Morales. Usted ha analizado todos los cables de Wikileaks sobre Bolivia. ¿Cuáles han sido las matrices con las que Estados Unidos ha estado tejiendo esa estrategia contra Bolivia?

– JRQ: Una matriz comunicacional instalada en redes sociales a partir de la estrategia de la mentira, de la difamación, de la calumnia, que erosiona la subjetividad del ciudadano que está poco atento a leer y obtener información mucho más objetiva.

Otros actores también están alineándose como son la iglesia católica, sectores como las organizaciones no gubernamentales, un sector del empresariado privado que nunca va a estar conforme con el recorte de sus prerrogativas, otros colectivos como los colegios médicos que quieren impedir que se aplique un sistema universal de salud porque las clínicas y farmacias privadas se verían controladas o fiscalizadas.

Hay una estrategia de articulación a través de colectivos y regiones operadas por los comités cívicos que no tienen ninguna representación democrática. Son autonombrados a imagen y semejanza del interés político. Hay que agregar la penetración de la mano de Estados Unidos a las organizaciones sociales.

– P: Esta Revolución llega al poder por la fuerza de los movimientos sociales y lo que se intenta es minar esas fuerzas que son los movimientos sociales creando movimientos sociales alternativos. ¿Cómo fortalecer ese poder de los movimientos sociales?

– JRQ: Las organizaciones y movimientos sociales han sufrido golpes morales muy fuertes a partir del hecho de corrupción sancionado por las autoridades competentes y sufrieron un momento de repliegue. Pero el desafío actual es volver a ocupar las calles. No hay otra posibilidad para seguir avanzando que retomar las calles. En Bolivia nunca se ganó un solo derecho ciudadano que no sea en la calle, en la movilización, en la rebelión. Tenemos que volver a esta dinámica de recuperar y restablecer el debate político interno, de trabajar con los jóvenes semisecuestrados por las narrativas antidemocráticas o en contra del proceso revolucionario cultural de Bolivia.

Está en marcha un socavamiento de la unidad porque la Revolución se ha hecho imparable a partir del salto tecnológico dado y a partir de la fase de acumulación tecnológica para el desarrollo industrial. El miedo del imperio es que Bolivia se convierta en una gran potencia agroindustrial y energética sin seguir el modelo estadounidense.

Las organizaciones y movimientos sociales han sufrido golpes morales muy fuertes a partir del hecho de corrupción sancionado por las autoridades competentes y sufrieron un momento de repliegue.

– P: Al principio el imperio decía que cómo un indio iba a dirigir ese país, sin embargo, Bolivia ha sido el país que más ha crecido en los últimos años en América Latina. ¿Cómo se ha logrado la articulación económica que le ha permitido fortalecer la economía e impulsar los programas sociales?

– JRQ: La fórmula Evo es la suma de los movimientos sociales que da potencia política que es el respaldo de la nacionalización, nacionaliza los recursos naturales y tienes un excedente de la nacionalización, y estos recursos se convierten en políticas sociales, subvenciones a la energía, al desarrollo agrícola, al combustible, pero además generas crédito, ahorro interno, diversificas el mercado interno, pero fundamentalmente redistribuyes. La magia de la economía y de la matriz económica boliviana: nacionalización, redistribución, política social, inversión interna, ahorro interno, y fundamentalmente racionalidad y templanza económica en el manejo de los recursos. Se tienen más recursos. Hemos invertido la ecuación.

Antes de Evo el 83 % de los excedentes producidos por el gas y el petróleo se iban al extranjero. Ahora el 82 % se queda en Bolivia. Así se terminó la historia del saqueo. Esos excedentes se colocan en el mercado interno de tal forma que circulan en la economía y se redistribuye.

Eso ha permitido reducir del 38 % de extrema pobreza al 16 %. Hemos permitido un crecimiento del PIB de nueve mil millones de dólares en 2006, a 34 mil millones de dólares en la actualidad. Hemos logrado tener un ahorro interno de 23 mil millones de dólares. El crecimiento del producto per cápita de mil 200 dólares en 2006, hoy es de más de tres mil dólares. Eso ha permitido también el desarrollo de la clase media. Más de dos millones de habitantes se han colocado en condiciones de clase media. Por lo tanto, ha aumentado el consumo.

En los últimos años tenemos un crecimiento sostenido promedio en los últimos doce años del 5 %. Se terminó en 2017 con un 4,3 %. Se ha tenido una inflación moderada del 4 al 6 %. Una de las debilidades de la matriz económica es la politización del desplazamiento del ascenso social.

– P: Se acerca la batalla de la reelección. La revolución ha entendido el derecho de que Evo tenga el derecho de presentarse a seguir conduciendo los destinos de Bolivia a partir de lo que ha significado su trabajo al frente del gobierno boliviano. ¿Cómo ve esa batalla de 2018-2019? ¿Qué importancia le concede dentro del contexto latinoamericano?

– JRQ: Esta va a ser la madre de las batallas en la medida en que como proceso democrático y cultural estamos apostando para llegar al 2025 al bicentenario de la creación de Bolivia, cumpliendo los sueños de la mayoría de los bolivianos. El sueño de erradicar la extrema pobreza, entregar a los bolivianos un país industrializado, de desarrollar capacidades tecnológicas y científicas, el de entregarle al pueblo los mejores niveles de educación, bienestar y salud. Eso no lo tolera la derecha ni el imperio norteamericano porque el Estado Plurinacional no sigue la receta de Washington. Bolivia fue el país que controlado por el gobierno norteamericano se le fue de las manos instalando un modelo económico, político y cultural que es capaz de contagiar en la región.

Tengo la impresión de que está en marcha una política de escarmiento contra Bolivia. Evo Morales se ha convertido en un objetivo estratégico. Su vida corre peligro porque llegar a 2025 después de haber sido sometido el país a un estado de semicolonia es algo intolerable.

– P: Evo Morales no tiene un oponente político. ¿La estrategia pudiera ser unir todas las fuerzas de derecha contra Evo? ¿Hacia dónde se encaminarán los ataques contra el proceso hacia la reelección?

– JRQ: La estrategia es la de política blanda, tratar de erosionar y generar opiniones contra el presidente. Desacreditarlo. Será una guerra contra la reputación de Evo, pero el Plan B debe estar vinculado a otro tipo de golpe. No se puede perder la perspectiva. Bolivia junto a Venezuela y Cuba se constituye en trinchera imperial que bajo las hipótesis norteamericanas tienen que ser desmanteladas. Esto tiene que ver con la necesidad de que no se repitan nuevas décadas de tiempo luminoso como el que ha tenido América Latina.

Hay que trabajar en la política de alianzas y fortalecimiento de la región. Hay que densificar el tejido de relaciones entre los países de la región en un sentido de comunidad. Esa comunión debe forjar una trinchera que permita contener la agresión de Estados Unidos.

Hay que trabajar en la política de alianzas y fortalecimiento de la región. Hay que densificar el tejido de relaciones entre los países de la región en un sentido de comunidad.

– P: Usted habla de historias comunes. De Evo Morales hay que reconocer el crecimiento de su estatura política, la demostración de las posibilidades económicas de su país, el hecho de convertirse en un gran comunicador, ha tenido el valor de reivindicar en su país a la figura del Che Guevara.

– JRQ: El Che, Fidel, Raúl o Camilo han sido grandes inspiraciones por el patrimonio moral, político, ideológico de estos grandes sujetos. Evo ha logrado una de las victorias morales mayúsculas que tienen que ver con la cultura de la satanización imperial. Evo ha logrado revertir toda esa campaña de medio siglo para poner al pueblo boliviano contra el pueblo cubano. Tuvo la capacidad de reconciliar ambos pueblos, derrotando la estrategia cultural para ponernos de espalda. Le debemos cariño al pueblo cubano.

Evo lleva la figura del Che en su chamarra, no se la desprende porque él cree que lo comunica. Tiene en su cabeza y en su corazón la inspiración de Fidel porque lo considera como su abuelo y en América Latina el abuelo es la figura más entrañable, la que más conocimiento encarna. Con su lógica aimara tiene atravesado su corazón con Fidel y el Che. Su fuerza y capacidad política de lucha está iluminada por las ideas del Che y de Fidel.

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