Por: Manuel Alejandro Hernández Barrios
Como parte de la Feria Internacional del Libro de La Habana importantes intelectuales, personalidades de la literatura y académicos visitan nuestro país. Varios de ellos fueron invitados al espacio televisivo Mesa Redonda del viernes 9 de febrero a abordar la relación literatura y sociedad en América Latina y España.
El escritor Alejandro Vaccaro, presidente de la Asociación de Escritores de Argentina (SADE), miembro del grupo organizador de la Feria del Libro de Buenos Aires, valoró que la fiesta de los libros cubanas se desarrolla en un país que enfrenta las más diversas adversidades, las cuales hasta tienen que ver con eventos climáticos, sin embargo, Cuba ha sabido impulsar este evento durante 27 ediciones.
Señaló que notó en la Feria de La Habana gran avidez por la compra de libros gracias a los módicos precios que tienen en Cuba, algo parecido pasa en Buenos Aires, donde se desarrolla un gran acto cultural de mil 500 actos culturales en 19 días y donde la venta de libros es un acto secundario.
Consideró que el gran acierto del modelo argentino es que, dentro de la organización de la Feria de Buenos Aires, la cual este año celebrará su edición 44, están todos los integrantes de la cadena de creación del libro: los editores, los gráficos, los impresores, los libreros y los escritores. En última instancia lo que más les importa es promover la lectura, acercar la lectura a los jóvenes para que tengan contacto con el libro, un estímulo que puede transformar a los jóvenes en potenciales lectores, debido a la desleal competencia que existe entre el libro y los aparatos tecnológicos, una situación que ha hecho decaer la atención de los jóvenes a la lectura.
Buenos Aires tiene un viernes en la noche unas cien representaciones teatrales, sumadas a los cines y los espectáculos. Sentenció que desafortunadamente desde hace dos años las políticas del actual gobierno han hecho que la venta del libro cayera entre un 25 y un 30 %. Argentina tiene alrededor de 400 editoriales que son pequeñas y medianas empresas, en las cuales la ecuación económica está muy limitada, por lo que una caída como esta puede sacarlos del mercado. Algunas sobreviven, es el caso de las editoriales dirigidas a los jóvenes y a editar primeras ediciones. Las multinacionales no tienen problemas y pueden soportar crisis de años.
Sobre la Feria del Libro de La Habana comentó que ha visto una Feria llena de jóvenes, y reflexionó que eso realmente es lo que se debe buscar en las ferias del libro, materializar el hábito de la lectura en los jóvenes, porque un individuo que se transforma en lector es un individuo que piensa, razona, es útil para la sociedad y que participa.
La librería como espacio de construcción social
Se da por sentado que hoy en el mundo se lee menos. Según el editor, distribuidor y librero uruguayo, Boris Faingola, expresidente del grupo iberoamericano de editores, que muchas han sido las ocasiones desde Gutenberg en que se ha decretado la muerte del libro debido a la aparición de todos los medios que fueron sucediendo a la imprenta y por ende disminuiría la cantidad de lectores.
Señaló que es obvio que hoy el libro tiene competencias reales de otros medios: la radio, el cine, la televisión, el DVD. Esos medios han puesto en jaque al libro y sin embargo los ha sobrevivido a todos. La Feria del Libro de La Habana es un hecho elocuente que lo demuestra, allí se vio a cantidad de niños y jóvenes llenos de bolsas de libros, un panorama que se repite en mayor o menor medida en todas las ferias del libro de América Latina.
Aseveró que lo cierto es que el libro no tiene el marketing que no tienen otros productos, por ello la única defensa que se tiene para lograr que la gente lea es justamente las ferias del libro que es donde la gente se puede acercar al libro. A veces los lectores se fidelizan, otras veces se disipan.
Describió que en muchos países de América Latina las prioridades culturales y de la sociedad no pasan por los principales programas políticos de televisión. Los escritores y los allegados al libro no tienen cámaras y micrófonos dispuestos para poder transmitir vivencias y experiencias, sino que son soslayados y se les dificulta el llegar a la gente.
Explicó que la Feria de Montevideo se lleva a cabo durante 12 días en la alcaldía de esa capital macro cefálica de más de un millón y medio de habitantes y logra una asistencia de más de cien mil personas.
Contó que como expresidente del grupo iberoamericano de editores conoció las disímiles realidades de las ferias de todos los países latinoamericanos. Guadalajara y Buenos Aires están varios escalones por encima de todas las demás, pero ninguna tiene el apoyo, ni la riqueza intelectual, ni el espacio físico que ofrece la que se realiza en Morro Cabaña.
Lamentó que el mapa de las librerías en Iberoamérica marca la transformación de librerías en betsellerías, lo que demuestra que hay una caída en cuanto a la calidad de lo que se lee. Las grandes multinacionales del libro ponen grandes pilas de libros de muy bonitas ediciones de autores como Paulo Coelho, Pilar Sordo o de literatura de fondo o autoayuda, lo que transforma el gusto de los lectores. Los clásicos latinoamericanos como Paradiso o Adan Buenosayres, son casi imposibles de conseguir, y hasta en el propio Uruguay es difícil conseguir al mismo Mario Benedetti.
Comentó que se habla de un resfriado en el mercado argentino, lo que significa una gripe para los mercados uruguayos. El 75 % del mercado uruguayo pasa por lo importado, y apenas un 25 % por la edición local.
Boris Faingola consideró que el problema de las nuevas tecnologías es la sustitución y no la complementación. El partido se ganará si se le ve a la tecnología como complementación del soporte tradicional. Solo dos mercados, el estadounidense y el de Reino Unido, superan en un 30 % la venta de libros digitales en relación a la venta de libros impresos. En el resto de los mercados no supera el 5 %. En países como Alemania y Francia el libro digital constituye un 4-5 % del mercado global del libro.
Para Boris en la actualidad la librería ha perdido el contexto de conjunción social que pudo tener. En Argentina se ha recuperado la idea del café dentro de la librería. Hay que rescatar a la librería como aquel espacio social donde se definían conductas sociopolíticas, económicas, financieras, culturales, un ámbito donde uno podía tener la oportunidad de entrelazarse con los conceptos intelectuales de la época.
Sin ánimo de ofrecer una visión catastrófica de la perspectiva que se les ofrece a los jóvenes hoy en América Latina comentó que el panorama está complicado porque el escritor joven que no se relacione con los intereses de las transnacionales tendrá un difícil camino.
José Martí en Gabriela Mistral
El escritor, poeta, crítico literario e investigador chileno, Jaime Quezada Ruíz, director de los talleres literarios de la Fundación Pablo Neruda, señaló que dentro de las dificultades que presenta el panorama literario actual el proceso de la escritura se mantiene.
Recordó los 17 años de dictadura que vivió Chile, en los que el país cambió radicalmente, la gran noche oscura en que desaparecieron las librerías y las editoriales. Sin embargo, de modo subterráneo se mantuvo el proceso creativo, y tanto él como muchos tuvieron que salir de su propio país.
Durante el siglo XX latinoamericano se ha mantenido la generación de un hito tras otro en la literatura, que han sido paradigmas del proceso creativo sobre todo en el terreno de la literatura poética: Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Pablo de Rokha, Vicente Huidobro. Cumbres dentro de la gran cordillera intelectual de Latinoamérica.
Refirió que es una tarea complicada, compleja, pero a su vez lastimosa la revelación a través de la investigación. Con ella las nuevas generaciones han conocido el proceso creativo que fue interrumpido en las dos décadas de dictadura chilena, hasta que se reinicia el proceso republicano y democrático en el que costó mucho trabajo volver a tener un panorama con cada vez más presencia. En todos los países latinoamericanos los jóvenes han rescatado a los autores con sus pequeñas editoriales.
Jaime Quezada Ruiz llegó a Cuba para participar en la Feria del Libro de La Habana invitado por el Ministerio de Cultura a presentar el libro La lengua de Martí en Gabriela Mistral, un vínculo desconocido que tuvo Gabriela Mistral con América Latina y con Cuba. Ella misma se definió como una cubana en Martí y en la palma real. Ella se sintió identificada con el paisaje y la naturaleza de Cuba y de las Antillas y con la realidad creativa del pensamiento latinoamericano a través de Martí. El libro recoge las muchas páginas que ella escribió sobre José Martí, sobre las palmas caribeñas, hay mucha correspondencia con muchos autores y autoras cubanas a los que les reveló su interés por José Martí.
El libro, la herramienta para la generación del pensamiento crítico
El editor, gestor cultural y activista político español, Joaquín Recio Martínez, coordinador de la brigada Vásquez de Zola, comentó que la situación de la literatura en España es espejo de lo que pasa en América Latina. El negocio del libro genera mucho dinero porque está ligado a la educación y hay gobiernos que obligan a los ciudadanos y ciudadanas a comprar libros. Pocos países subvencionan el libro escolar. Ese es un negocio de millones de ejemplares.
Afirmó que el problema no es que la gente lea escasa literatura, sino que la gente lee otra literatura gracias a los medios tecnológicos nuevos. La gente se acerca a nuevas formas de poesía, de música. La gente busca literatura fácil que vaya con la velocidad de ir en el metro, o con la de ir a trabajar. El problema también es el bolsillo de las personas que habitan este planeta porque la gente cada vez vive en peores condiciones y más pobre.
Señaló que el libro sigue siendo un artículo de lujo en muchos casos. La primera tirada de los Betsellers es cara, después hacen el libro de bolsillo y después se va a saldo. En esa dinámica las editoriales quieren ganar dinero, convencer a la gente de que el mejor modelo posible es el suyo. Por eso las noticias son las mismas en la radio, en el papel periódico y en el telediario. El betseller tiene que ver con la fórmula de enajenación continua donde la literatura es un mercadeo y no un trabajo, ni un proceso donde la gente va creándose un espíritu libre.
Joaquín Recio Martínez expuso la necesidad de generar un pensamiento crítico en las personas, algo muy difícil. Grandes pensadores políticos que ha dado Cuba y América Latina se han quedado fuera de juego porque no han entrado en los canales de distribución que alimentan iconos a seguir.
Comentó que en el mismo estado español es difícil encontrar a Rafael Alberti en las librerías y a José Saramago. Parece ser que se vende mucho más cuando el autor está vivo. Ante este panorama las instituciones públicas tienen que trabajar para mantener y salvaguardar el fondo, el catálogo universal, como la biblioteca del bicentenario que se está haciendo en Bolivia con su selección de 200 títulos fundamentales para Bolivia. Como hizo Cuba con las ediciones Huracán, Venezuela con la editorial Ayacucho. Añadió que las alternativas ante el mercado impuesto por las multinacionales son posibles porque hay mucha gente capaz.
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