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Historias de heroicidad en la memoria cubana (+ Video)

Publicado el 4 abril 2018 en Mesa Redonda,Historia,Temas Nacionales

Por Aniel Santiesteban García

Fotos Roberto Garaicoa

Emisión: 03/04/2018

Año 1958, se cumplen aproximadamente 60 años de aquellas gloriosas hazañas; los jóvenes cubanos forjaban la historia de este país, eran protagonistas de la Cuba que hoy continúan otros.

Vísperas de los aniversarios de la OPJM y la UJC, el espacio televisivo Mesa Redonda dialogó con miembros de aquella juventud heroica que forjó nuestra Revolución, ejemplos para actuales y futuras generaciones de cubanos.

Los que acompañaron la emisión de martes de la Mesa Redonda [1] eran muy jóvenes entonces y, como todo el grupo que de un extremo a otro se sumo a la lucha, resultaron elementos decisivos para el triunfo de enero de 1959.

Lo que Frank nos pedía era una orden, la acatábamos y le respetábamos siempre, ya había hecho antes todo lo que quería que hiciéramos, afirma Luis Clergé Fabra, Combatiente de la clandestinidad; a Frank lo caracteriza como un indiscutible líder.

En el Oriente se organizó la lucha clandestina con la figura de Frank País [2] al frente por su capacidad de liderazgo entre los jóvenes y su carisma personal.

Lo que Frank nos pedía era una orden, la acatábamos y le respetábamos siempre, ya había hecho antes todo lo que quería que hiciéramos, afirma Luis Clergé Fabra, Combatiente de la clandestinidad; a Frank lo caracteriza como un indiscutible líder.

Frank nos indicó siempre que el líder era Fidel Castro [3], apunta, una vez que se conocieron, se respetaron siempre. Lo más importante fue que él vio con perspectiva la clandestinidad con normas rigurosas, y la condena a muerte si no se cumplían aquellas reglas.

Año 1958, se cumplen aproximadamente 60 años de aquellas gloriosas hazañas; los jóvenes cubanos forjaban la historia de este país, eran protagonistas de la Cuba que hoy continúan otros.

El Movimiento clandestino apoyaría la lucha en la Sierra, detalla el mimbro del Movimiento; a través de Frank País vimos al llano y la montaña como un todo en la batalla, ambas se complementaban: muchos compañeros que lo conformaron en el llano luego se trasladaron a la Sierra.

Oriente era una provincia extensa, al respecto Clergé Fabra definió que el grupo se nucleó con la integración de jóvenes de todos sus territorios, no solo aquellos que se vinculaban directamente a la lucha, sino también los de otros sectores de la sociedad.

Muchos se conceptualizaron como colaboradores, los invitados de la Mesa coinciden en que fueron imprescindibles desde sus casas; ellos también se “jugaron la vida”. Compartieron su comida, mucha o poca, sus casas, sus establecimientos, afirma Luis Clergé Fabra.

Poco a poco, asegura, la participación e integración al Movimiento clandestino fue creciendo de manera consciente.

Pero no solo Oriente fue núcleo de la lucha clandestina, el centro de la Isla también albergó a un grupo de jóvenes, con igual decisión de luchar por el triunfo.

Bonifacio Hernández, quien se integró desde el movimiento estudiantil y otro de los invitados de la Mesa Redonda, refirió que la primera reacción fue negativa ante el gobierno de Batista.

Los estudiantes revolucionamos asumimos luego posiciones más radicales, añade. Explica el luchador de la clandestinidad que primero integraron la Federación Estudiantil Constitucional de su instituto, y luego el Movimiento Nacionalista Revolucionario.

Bonifacio Hernández, quien se integró desde el movimiento estudiantil y otro de los invitados de la Mesa Redonda, refirió que la primera reacción fue negativa ante el gobierno de Batista.

Allí estuvieron Armando Hart, Faustino Pérez y otros jóvenes que apoyaron las luchas estudiantiles, jóvenes que fueron puntales además de otras revoluciones latinoamericanas.

Fidel, en La Historia me absolverá, no solo planteó las dificultades de los cubanos, también nos llamó a la lucha armada como única vía posible de lograr la victoria, nosotros le seguimos como el líder de nuestra generación, dijo Bonifacio Hernández.

Por esa vía llegaron al Movimiento 26 de julio [4] desde la lucha estudiantil. En la capital, en toda Cuba, se concebía el trabajo del Movimiento de Acción y Sabotaje, bajo el mando de Frank, de manera conjunta con el resto de las actividades.

El movimiento obrero organizado nos apoyó siempre, amplía Hernández, junto al estudiantil que en La Habana presidía Ricardo Alarcón.

En Las Villas teníamos un Directorio Revolucionario que se había alzado con sus fuerzas, apunta; asimismo, el movimiento del Partido Socialista Popular, esto constituía una correlación de fuerzas aún más pareja que en otros territorios.

La experiencia de Las Villas fue extraordinaria, señala el luchador clandestino; a partir de allí conocieron a Camilo, con el que ya habían compartido antes en sus universidades.

En cuanto a las divisiones, explica, fueron formales. Éramos luchadores revolucionarios, debíamos cumplir con ciertas reglas, agrega.

Relata el integrante del movimiento clandestino que su grupo tomaba ciudades y pueblos indistintamente, se movían constantemente para cubrir todo  el territorio del centro.

Desde la lucha estudiantil también llegó al movimiento clandestino Manuel Graña Eiriz, Combatiente de la clandestinidad que tenía solo 14 años cuando comenzó a conspirar en la lucha clandestina.

Graña Eiriz vivió en este período una fuerte represión por el régimen, narra escenas de su vida de luchador clandestino donde tuvo que soportar torturas y maltratos por el gobierno y la policía de la dictadura.

Todos teníamos miedo, dice; la realidad apunta hacia situaciones difíciles donde debimos huir, incluso. Graña Eiriz describe aquella ocasión en que una bala atravesó su labio superior y dañó su dentadura, es de los recuerdos de las respuestas del enemigo que asedió siempre.

Graña Eiriz vivió en este período una fuerte represión por el régimen, narra escenas de su vida de luchador clandestino donde tuvo que soportar torturas y maltratos por el gobierno y la policía de la dictadura.

Además, el momento en que se vio forzado a hablar, con el tiempo cronometrado por un reloj de pared, como buen revolucionario no delató aunque una fuerte cadena iba a ser apretada si no hablaba en el tiempo impuesto.

Muchas historias guardan  aquellos hombres, jóvenes entonces; dejan a presentes y futuras generaciones una verdadera tradición de valentía.

60 años aproximadamente han transcurrido desde que en las calles cubanas se libraban combates decisivos, acciones de los líderes estudiantiles e integrantes del Movimiento 26 de julio que constituyeron elementos imprescindibles para el definitivo triunfo.

Al paso de los años, los jóvenes cubanos llevan presentes su legado desde otras epopeyas, igual de gloriosas que aquellas que trajeron para Cuba la victoria.


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[3] Fidel Castro: http://redaccionmr.cubadebate.cu/etiqueta/fidel-castro-ruz/

[4] 26 de julio: http://redaccionmr.cubadebate.cu/etiqueta/26-de-julio/

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