Por: Leticia Martínez
Foto: Roberto Garaicoa
Emisón: 30/05/2019
Todos los días la administración que encabeza Donald Trump se convierte en noticias que nacen en tuits y crecen en titulares del mundo entero. La más reciente son las declaraciones del fiscal especial Robert Mueller, luego de haber permanecido en silencio tras entregar su famoso informe.
Con una aparición de apenas diez minutos, en la que dio por terminado el trabajo y anunció además su renuncia, Mueller explicó que presentar cargos contra un Presidente en funciones no es constitucionalmente posible; pero su informe, dijo, habla por sí mismo. Estas palabras volvieron a destapar el avispero sobre el impeachment a Donald Trump.
Sobre este tema analizaron los panelistas del programa televisivo de la Mesa Redonda en su edición 4000, quienes además desentrañaron otros sucesos como la batalla campal contra Huawei y el conflicto con Irán.
Para el periodista Reinaldo Taladrid, los líderes demócratas tienen un dilema frente a ellos. “Están convencidos, entre ellos Nancy Pelosi, de que no van a lograr nada en el Senado. Para hacer el impeachment no basta con la Cámara, hay que contar con el Senado, donde tienen mayoría los Republicanos y no van a obtener nada allí”.
Por esa vía se van a desgastar, explica Taladrid, y harán parecer a Trump como una víctima, lo cual puede generar solidaridad hacia él. Además suponen que dividirán al país por la mitad.
Los líderes demócratas opinan que si se desgastan en un impeachment va a ser peor con miras a las elecciones presidenciales del 2020. Lo que va a pasar, consideró el panelista, es que usarán los argumentos y exprimirán el informe Mueller al máximo.
Para los líderes demócratas la única victoria posible es sobre el trumpismo. “No se trata solo de derrotar a Trump, sino de lograr en el 2020 una victoria apabullante, presidencial y congresional”.
Según comentó en la Mesa Redonda, el informe tiene numerosas partes que están cerca de la tipificación del delito de obstrucción de la justicia. Pero quizás lo más duro del documento, considera Taladrid, es lo relacionado con las cuentas del Presidente Trump en el Deutsche Bank. Algunos opinan que hay que seguir la ruta del dinero y no desgastarse en la trama rusa de intromisión en las elecciones estadounidense.
Comparado con Nixon y el caso Watergate, hay muchos más datos para probar obstrucción de justicia. La diferencia está en que Estados Unidos no es el mismo país, políticamente hablando, que el del año 1973.
Para Ernesto Domínguez López, profesor titular e investigador del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos, “todo lo que está pasando hay que verlo desde una clave electoral. Estados Unidos siempre está en elecciones. En el caso particular de Donald Trump, está en campaña electoral desde que fue electo”.
Sobre el informe de Mueller, hacia el interior del Partido Demócrata existen dos posiciones: iniciar el juicio político o no. El criterio para no lanzarse al juicio político, analiza Domínguez López, es de corte electoral, para no dañar las posibilidades en las próximas elecciones.
En la línea de los que quieren lanzarse al juicio político también señalan dos criterios: la intromisión rusa y la manipulación del gobierno de Trump para sacar ganancias hacia sus propias empresas.
“La palabra clave de la administración Trump es la incertidumbre. El propio presidente lo mismo dice una cosa hoy que otra mañana, aunque en algunos ámbitos es más consistente, como en el tema de la regulación y la reducción de impuestos, asuntos que le importan realmente”.
Lo más probable, valoró el investigador, es que el juicio político no progrese, que ni si quiera se presente, porque necesitan una mayoría en la Cámara de Representantes. “Es muy probable que no tengan el número de votos, ni siquiera en la Cámara en este instante”.
EL PELIGRO QUE REPRESENTA HUAWEI
Otra de esas noticias estadounidenses que ha generado debate en todos los puntos cardinales del planeta es la decisión de Trump de imponer sanciones contra Huawei, el primer fabricante mundial de redes y el segundo en teléfonos móviles, un liderazgo que ha conseguido en pocos años y ya asusta a la potencia norteamericana.
Las sospechas “made in Estados Unidos” giran en torno al espionaje, la seguridad de su 5G y la posibilidad de que incorporen puertas traseras que permitan hackear la red. Sin embargo, el trasfondo sigue estando en la supremacía tecnológica que todos quieren liderar.
Para el profesor titular, el liderazgo de la carrera por el 5G no solo se trata de cambios en la magnitud de la velocidad de la conexión, sino en la posibilidad de desarrollar una sociedad basada en equipos inteligentes interconectados. “Eso significa el liderazgo en el sector más dinámico de la economía contemporánea, desplazar no solo el núcleo de la producción manufacturera, que está en Asia oriental, sino el corazón de la tecnología y del conocimiento hacia esa región”.
Se trata ─ especifica Domínguez López ─ de castigar a Huawei sacándolo de los mercados y matando de raíz la posibilidad de que controle el desarrollo de la 5G y de continuar siendo el primer productor mundial de redes, el segundo de móviles y el que más patente produce.
Es la batalla entre la potencia que va en declive y la emergente. “Lo que hemos estado viendo en los últimos años pasa por eso. Estamos viendo un mundo unipolar, donde cambió la correlación de fuerzas, y la emergencia de una potencia que se va convirtiendo en la primera”.
La reacción de Estados Unidos en los últimos tiempos es muy clara en este sentido. “Hay un giro del diseño estratégico de la política de Estados Unidos hacia la competencia con China, país que ha encontrado un espacio de alianza con Rusia que le provee otros beneficios, no solo en el ámbito militar, sino en el energético y tecnológico”.
Esto no es un capricho o una locura personal de Trump, aclaró Reinaldo Taladrid. “Aquí hay un proyecto elaborado, bien pensado, para evitar que Estados Unidos deje de ser el imperio unipolar que controle al mundo. Si mañana le hacen el impeachment a Trump y asume otro la presidencia esto va a seguir, quizás menos brutalmente”.
Habló el analista sobre la doble moral de un país que pone sobre la mesa excusas como el espionaje o la influencia militar para plantear la guerra a Huawei. “Quién toma decisiones de gobierno basadas en el acceso a la información, quién toma represalias pensando en el espionaje electrónico”, se preguntó. Además, “vamos a suponer que el ejército chino está detrás de Huawei, bajo ese precepto hagamos una cirugía a la economía norteamericana a ver qué hay detrás de unos cuantos productos…Con qué estándares se mide la justeza de este planeta”.
ESTADOS UNIDOS – IRÁN, DE NUEVO EL CONFLICTO
La ruptura del acuerdo nuclear con Irán y el envío de soldados y unidades navales norteamericanas hacia la región del Golfo Pérsico vuelven a avivar la posibilidad de una contienda militar con ese país.
“Pocas veces una administración ha abierto varios posibles frentes de guerra sin haber guerra, al mismo tiempo y en varios lugares”. Así lo consideró en la Mesa Redonda Taladrid, para quien Donald Trump es “un hombre al que no sabemos qué creerle. El Trump de la campaña criticaba la intervención, la ocupación y la reconstrucción de países. Eso también lo criticó Bush y después vinieron la guerra de Irak y Afganistán”.
El método del Presidente de Estados Unidos es “en toda negociación llevar al adversario contra la pared, amenazarlo, llevarlo hasta el máximo para que se ponga de rodillas cuando negocie, aunque parece ser que con la República Democrática de Corea del Norte no le ha funcionado”.
Para Domínguez López el nivel de polarización que existe en la sociedad estadounidense es muy importante. “Hay un sector muy duro, parte de la base de Trump y de toda la tradición conservadora, que favorece el uso de la violencia en muchos ámbitos y entre ellos en la política exterior”.
Del otro lado, argumenta, existe también un sector importante que la rechaza, tanto por criterios éticos sobre qué hacer en política exterior y por los impactos que puede tener en la sociedad estadounidense. Además hay una masa de población propensa a ser arrastrada por las distintas formas de campaña política electoral de este contexto.
“Un conflicto con Irán no es beneficioso para nadie, con la única alternativa de que hubiera una victoria fácil sobre Irán, lo cual es muy difícil, que permita llevar a ese país a las empresas petroleras estadounidense”.
El Golfo Pérsico es una de las zonas de mayor valor geopolítico, de más interés y donde están actores regionales importantes. Irán es uno de ellos, como lo es también Arabia Saudita, Turquía e Israel, más las grandes potencias del momento que de una forma u otra están allí presentas.
“Cuando lo llevamos a la clave electoral, este tipo de acciones es bien visto por un sector importante estadounidense. Eso tiene mayor visibilidad desde el punto de vista electoral que el conflicto con Huawei. Una acción de esta naturaleza puede reforzar la imagen del presidente o hundirla si es un fracaso, como fue el caso de Jimmy Carter e Irán precisamente”.
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