Por: Deny Extremera San Martín
Fotos: Roberto Garaicoa
Emisión: 23/07/2019
El próximo 1ro de agosto se cumplen diez años de la fundación de la Contraloría General de la República. Han sido, trascendió en la Mesa Redonda de este martes, diez años contribuyendo a la salvaguarda de la riqueza y los recursos de la nación y el pueblo cubano. La contralora general, Gladys Bejerano Portela, y los vicecontralores generales abordaron los logros, retos y perspectivas de ese órgano superior de control del Estado.
Al abordar las razones que llevaron a la creación de este órgano (el 1ro de agosto de 2009, mediante una ley que aprobó el Parlamento), la contralora general de la república, Gladys Bejerano, recordó que la propuesta de su fundación, presentada por el General de Ejército Raúl Castro, “fue antes que todo un mensaje, una decisión y expresión de la voluntad de jerarquizar el papel de control del Estado y hacer que la Contraloría cumpliera esa función en un momento en que se iniciaba el proceso de institucionalización del país.
“Con visión estratégica, Raúl apreció la necesidad de que existiera un órgano, junto con los demás organismos del Estado que tienen funciones de control, como la Fiscalía, para incrementar y jerarquizar el control con el fin de que las medidas que se iban a tomar nacieran con orden, disciplina y exigencia”.
Cuba es uno de los primeros países que firmaron la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, uno de cuyos requisitos es que las entidades fiscalizadoras superiores de los estados sean independientes del órgano ejecutivo.
“Eso se logró desde el momento de la creación, y luego, más recientemente, la Constitución de la República lo reconoció. En los artículos del 160 al 163 está recogida la misión fundamental de la Contraloría, que es velar por la correcta y transparente administración de los fondos públicos y ejercer el control superior sobre la administración y su gestión”, señaló Bejerano, vicepresidenta del Consejo de Estado.
Sobre este punto, precisó que se trata de “un control que tiene también en sí mismo el deber de educar, de enseñar, de contribuir a que la administración sea lo más eficiente posible. En función de esto, tenemos el objetivo principal de incrementar la labor de prevención y de enfrentamiento. Es una unidad dialéctica, si no se prevé, no se puede ir a la causa de los problemas; a la vez, si hablamos solo de prevención y no enfrentamos los problemas con rigor, la prevención queda como una consigna”.
Hay que detectar el problema, e ir a trabajar las causas para evitar que el problema se repita. En este punto, todos, incluidos nosotros, tenemos que hacer un trabajo más eficiente. (Gladys Bejerano)
La vicecontralora general Acela Martínez Hidalgo explicó que ha sido muy importante la aprobación de la política de perfeccionamiento del sistema nacional de auditoría, en marzo de 2017, “lo cual ha servido para reorganizar, esclarecer, definir y potenciar la actividad de auditoría y el conocimiento y apoyo de las administraciones”.
No siempre lo hemos logrado -señaló- con la misma dinámica y plenitud, “pero sí tenemos ejemplos muy positivos, como los ministerios de Energía y Minas y de Industrias, que le han dado prioridad a estas tareas”.
Un tema importante, destacó, es la atención al auditor interno de base, el auditor primero, por la función que realiza y el trabajo preventivo vital para la administración en cada entidad.
“Hoy contamos en el sistema con 6 400 auditores, el 61% del completamiento de la plantilla, que ha estado afectada desde 2014, ha ido disminuyendo, con mucha inestabilidad. Pensamos que recientes decisiones como la aprobación del incremento salarial en el sector presupuestado pueden contribuir a estabilizar al menos la actividad fundamental de las unidades centrales de auditoría.
“Tenemos que desarrollar un trabajo de preparación de auditores; hace dos años estamos realizando cursos de especialización con estudiantes de los politécnicos de economía, y hemos graduado ya 274, incorporados en todas las unidades de auditoría. Ya tenemos previsto el curso de este año, con una matrícula superior, y se han habilitado 939 auditores de otras profesiones. Todo esto va contribuyendo al completamiento paulatino de la plantilla”.
También, apuntó la funcionaria, está coordinado el curso de carrera de ciclo corto, preparado en conjunto con el Ministerio de Educación Superior, que va a abrir en septiembre de 2020 y constituye otra oportunidad para la formación de jóvenes, además de ser otra contribución al crecimiento del cuerpo de auditores, tanto en la auditoría interna (en las propias organizaciones) como en la externa (que realizan la Contraloría, la Oficina Nacional de Administración Tributaria y la Oficina Nacional de Información y Estadística).
En estos años se trabajó -continuó la vicecontralora- en la unificación de todas las normas, y en 2012 fueron aprobadas las normas cubanas de auditoría, armonizadas con las internacionales. “En estos momentos realizamos una actualización que nos va a ayudar a elevar la profesionalidad de los auditores y la calidad de todas las acciones”.
El sistema de control interno tiene antecedentes en Cuba desde 2003, cuando salió a la luz la Resolución 297 del Ministerio de Finanzas y Precios. A partir del trabajo con base en esa resolución, y de la conformación de la contraloría, se comenzó a investigar cómo debía tener Cuba su sistema de control interno adaptado a las características del país.
En la Mesa Redonda de este martes, la vicecontralora general Alina Vicente Gaínza recordó que a raíz de ese proceso, la Resolución 60, firmada por la Contralora General de la República, establecía que todas las entidades de la nación deben tener implementado su sistema de control interno, y la responsabilidad de las direcciones en esa tarea.
“Durante estos diez años hemos mantenido un trabajo arduo en aras de fomentar una cultura de prevención y control en las administraciones. Nos queda aún camino por andar, pero vamos en marcha hacia ese objetivo. Hoy en Cuba todas las entidades hablan del sistema de control interno”, dijo.
La vicecontralora general apuntó que el sistema de control interno brinda muchas potencialidades. Primeramente, garantiza orden y disciplina; también, una gobernanza transparente y eficacia en todos los resultados de la gestión administrativa.
“Existen administraciones que no lo implementan eficazmente; no dan participación a los trabajadores en la elaboración e implementación del sistema, no hay disciplina, no hay rigor, no hay integración para aplicarlo, y cuando realizamos acciones de control los resultados son negativos”.
Entre las acciones preventivas que parten de la Contraloría General, mencionó la comprobación nacional al control interno y la actualización constante de la guía de autocontrol (en enero de 2019 fue aprobada la guía para el sector empresarial y para el sector presupuestado) ante los cambios en las normativas del sistema empresarial cubano.
La comprobación nacional de 2018 fue dirigida, además del control de los inventarios, a la implementación de las nuevas normativas del sistema empresarial. Ya está previsto regresar al tema en la 14 comprobación nacional, porque -explicó la vicecontralora general Alina Vicente Gaínza- “ese sistema es un pilar en el desarrollo económico del país, sin restar importancia a otros temas de la economía”.
La comprobación nacional, que es un ejercicio movilizador, hace que profesionalmente los auditores se actualicen, al tiempo que los estudiantes de varias facultades universitarias que contribuyen junto a sus profesores son una fuente valiosa de apoyo.
De ahí, señaló Gaínza, “se desarrollan todas las políticas de los organismos rectores que revisamos, y por eso participan expertos de todos los organismos en la elaboración de los programas, que brindamos a las administraciones para que los apliquen; por eso el carácter preventivo de esta comprobación.
“En seminarios cruzamos los auditores de distintos organismos y así se llevan una buena experiencia, y con el aporte fresco de los estudiantes, la innovación que traen de las universidades, todo esto ayuda mucho al desarrollo, no solo del sistema de auditoría del país, sino también de las administraciones. Los estudiantes dicen que aprenden mucho de nosotros; nosotros también aprendemos de ellos mediante el intercambio de experiencias”.
La 14 comprobación nacional, para la cual se están elaborando ya los programas, va a estar dirigida al sector empresarial. “Queremos darle una mirada al proceso inversionista y a la importación-exportación, a través de los encadenamientos productivos, algo a lo que se debe dar impulso en el país para que aporte a los resultados económicos y al producto interno bruto”.
Al abordar este tema en la Mesa Redonda, el vicecontralor general Reynol Pérez Fonticoba explicó que conjuntamente con el enfoque preventivo en las acciones de auditoría, supervisión y control, la gestión de la Contraloría incluye también el enfrentamiento a raíz de acciones de control en las que se detectan presuntos hechos delictivos o de corrupción, casos en que los auditores tienen la responsabilidad de presentar informes especiales.
“Estas acciones de control pueden ser realizadas a solicitud de la Fiscalía General de la República o de los órganos del Ministerio del Interior. También se expresan o aparecen en las propias acciones de control que realizan nuestros auditores”, precisó.
Las acciones de control con mayor peso en el plan de auditoría, supervisión y control están vinculadas con los procesos de elaboración, ejecución y liquidación del presupuesto del Estado. “En este proceso hemos aplicado un concepto de aprender haciendo, y está muy relacionado también con el cumplimiento de las políticas públicas emanadas del proceso de actualización del modelo económico cubano”, señaló.
Pérez Fonticoba especificó que el 25% de las acciones de control que ejecuta la Contraloría están destinadas a evaluar la ejecución presupuestaria.
“Tenemos la percepción de que se ha fortalecido y profundizado el sistema presupuestario en el país. Está claro que todavía tenemos deficiencias e irregularidades que son detectadas, vinculadas a problemas objetivos o subjetivos, pero también por indisciplinas y desconocimiento.
“En estas acciones de control hemos logrado interrelacionar los cinco sistemas que integran la administración financiera del Estado, vinculados con el presupuesto, la tesorería, el sistema tributario, el crédito público y la contabilidad gubernamental. En el tema de la contabilidad, una asignatura pendiente es el Lineamiento número 7, aprobado en el séptimo Congreso del Partido. Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos que hacemos, y del trabajo del Ministerio de Finanzas y Precios, no hemos logrado que nuestras administraciones utilicen la contabilidad como una herramienta para la dirección y el control y análisis de las operaciones”.
Entre los retos propuestos para los próximos años está informatizar los procesos de auditoría, supervisión y control, “una tarea en la que estamos trabajando y que requiere, primeramente, cambiar la mentalidad de los controladores. Se están haciendo programas, unos con nuestras propias fuerzas, y otros con la Universidad de las Ciencias Informáticas.
“Hay un reto mayor aún dentro de la informatización, que es aplicar las técnicas de big data para poder hacer análisis de grandes bases de datos que nos permitan realizar la auditoría a distancia desde la propia Contraloría General, con un enfoque preventivo y también de enfrentamiento: aspiramos a poder evaluar, en tiempo real, la ejecución presupuestaria y la información que ofrece el sistema estadístico nacional”.
Encargada de velar por que se cuiden los recursos de la nación, la Contraloría General tiene un componente muy importante en su vinculación con la realidad nacional, que es su relación con el pueblo.
Miriam Marbán González, primera vicecontralora general, recordó que una de las funciones de la Contraloría General es atender quejas, denuncias y peticiones de la población
“Está en nuestros documentos rectores que toda persona tiene el derecho de poner en conocimiento de la Contraloría las manifestaciones de presunta corrupción administrativa y el desvío de recursos materiales y financieros en algunas entidades por fallas en los sistemas de control interno”, dijo.
Cuando la población llega a la Contraloría -precisó-, generalmente ya ha acudido a otras instancias donde sus quejas o denuncias no han sido adecuadamente atendidas. “Todas las quejas y denuncias relacionadas con temas de corrupción o desvío de recursos, son investigadas y respondidas; en algunos casos, directamente con nuestras propias unidades auditoras, y en otros con el equipo de investigaciones especiales que hemos creado”.
En otros casos, “las quejas y denuncias se trasladan, bajo control, a los niveles superiores de las entidades sobre las cuales se presentan las quejas y denuncias, con el interés principal de que los máximos dirigentes de estos organismos conozcan y tengan la oportunidad de profundizar en las causas y condiciones que generan los problemas y adopten las medidas adecuadas para erradicarlos y evitar que se repitan”.
Este traslado bajo control de las denuncias y quejas -aclaró-, supone la supervisión del proceso desde el inicio hasta el final, lo cual implica que la Contraloría conoce y hace recomendaciones, incluso sobre la composición de la comisión investigadora, su plan de trabajo y otras cuestiones, para contribuir a la mayor calidad de ese proceso. Además, da seguimiento a los planes de medidas que resultan de esas investigaciones.
“En esto hemos avanzado, pero debemos continuar trabajando en conjunto con los organismos, principalmente en la calidad y la profundidad de los procesos, en acortar los términos para dar respuestas adecuadas a la población”, dijo.
Explicó que para presentar sus quejas y denuncias, la población lo hace por escrito, en la Contraloría, de forma presencial o por correo postal, “y cuando la persona que hace la queja o denuncia lo solicita, o cuando lo consideramos necesario a partir de la evaluación que hacemos, se preserva su identidad”.
La primera vicecontralora general destacó que hoy, la mayoría de esas personas consideran importante ser identificadas.
“Esto es importante para nosotros, no solo porque revela confianza en la Contraloría, sino porque demuestra también que nuestro pueblo está en disposición de afrontar la batalla contra la corrupción y apoyar todas las medidas que adopta el gobierno respecto a este fenómeno”.
Hay una cuestión que transversaliza todo esto -subrayó-, “el trabajo que hacemos para fortalecer la ética, vista, en primer lugar, hacia el público que pudiéramos clasificar como interno, los auditores del Sistema Nacional de Auditoría y del propio órgano, la Contraloría General de la República.
“En 2013, junto con el proceso de armonización de las normas cubanas de auditoría, se puso en vigor el Código de ética de los auditores cubanos, que fue firmado y ratificado en fecha cercana al 28 de enero en homenaje a Martí. También, todos los trabajadores de la Contraloría General, cada año en el mes de junio, firman o ratifican la Declaración de Valores de la Contraloría General de la República, que establece el compromiso ético de seguir siendo fieles a la Revolución y trabajar todos los días por elevar la calidad de nuestro trabajo”, afirmó.
Explicó que en las acciones de control donde se detectan deficiencias o violaciones, en el acta de responsabilidad administrativa se definen las inobservancias éticas de los cuadros.
A la vez -dijo-, “estamos convencidos de que cuando una persona trabaja con disciplina y consagración y comete errores propios del trabajo, no horrores -como decimos- ni traiciones, y ante un señalamiento ético reacciona, está en capacidad de rectificar y de continuar apoyando y aportando a la Revolución”.
Al hacer el resumen de los diez años de la Contraloría General, la contralora general, Gladys Bejerano Portela, consideró que “hemos tenido, y tenemos, grandes retos y un proceso constante de aprendizaje. Tratamos de enseñar a quienes auditamos y también aprendemos del trabajo que enfrentan las administraciones, que es complejo en medio de las situaciones que ha vivido y vive el país.
“Siempre decimos que administrar no es una tarea fácil, pero se puede hacer. Y cuando lo hacemos con honradez, disciplina, transparencia, siempre logramos mejores resultados. Pero todos debemos contribuir, desde nuestras funciones, a la eficiencia y la eficacia que nos pide el presidente Miguel Díaz-Canel y que nos ha pedido siempre Raúl.
“Para nosotros ha sido una fortaleza y una oportunidad el hecho de contar con un proceso de institucionalización, con los documentos del sexto y el séptimo congresos del Partido, y con algo que todos los cubanos juramos, que es el concepto de Revolución. Esas no son solo palabras, son condiciones, realidades que nos permiten haber tomado la decisión de respuesta a aquel llamado que hizo Raúl al terminar el sexto congreso del Partido, cuando dijo y pidió a todos los comunistas, y al pueblo en general, que esos acuerdos en cuya discusión había participado el pueblo no se guardaran.
“Para aquellos que administran, no se trata de que alguien se aprenda de memoria la legislación, sino que trabajemos con ella y la consultemos, igual que los documentos, la conceptualización del modelo económico… La proyección estratégica hasta 2030 nos da toda la información necesaria para ubicarnos.
“Nos sentimos responsables, si somos el órgano superior de control de la Administración, no solo de ir a controlar, a calificar, a juzgar el trabajo de los demás, cosa que tenemos que hacer con la mayor exigencia, sino también a enseñar, educar, contribuir a reflexionar sobre los problemas”.
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