Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Dianet Doimeadios Guerrero, Yunier Javier Sifonte Díaz
Fotos: Roberto Garaicoa
Emisión: 24/07/2019
Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación (MEP), expresó en la Mesa Redonda que el desarrollo de nuestra economía depende de “nuestras capacidades de exportar más, de nuestras posibilidades de producir más y de importar menos”. A la vez, subrayó que Cuba mantiene su aspiración de crecimiento del Producto Interno Bruto, a pesar de las restricciones financieras impuestas por el recrudecimiento del bloqueo.
Al comentar sobre el comportamiento de la economía en 2018, el titular del sector dijo que el crecimiento del Producto Interno Bruto, a precios constantes, fue de un 2,2%, superior al 1,2% estimado en diciembre de ese año.
“Lo que se presenta en diciembre son estimados, no es la información real. Para llegar a los indicadores presentados en la Asamblea Nacional, se evalúa lo alcanzado en el primer semestre, se puntualiza en septiembre con nuevos datos y se calcula el último trimestre”, aclaró.
En este propio sentido puntualizó que hay que perfeccionar el proceso de estimación, pues en ocasiones, estos indicadores quedan por debajo del desempeño real de la economía. “Luego de la entrega de la información oficial por parte de cada uno de los sectores, se hacen los cálculos por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Este cierre fue el que dio el 2,2% de crecimiento del PIB contra el 1,2% reportado en el estimado”.
Influyó en la corrección del PIB el crecimiento, por encima de lo estimado, del sector de la construcción, en el que inicialmente se calculó un decrecimiento del 2,2%, cuando realmente experimentó un alza del 9,3%.
“El plan de inversiones de construcción y montaje del país en el 2018 se cumplió, lo que no se cumplió fue el plan de inversiones totales porque no se importaron todos los equipos programados. Explicar también que se sobre ejecutaron los planes de materiales locales de construcción”, añadió.
También ocasionaron el cambio los aumentos de la Salud Pública (de 1,3% al 3 %) y de la agricultura, ganadería y silvicultura, que de una caída del 4,9% ahora se fija con un ascenso del 2,6%. “En este último caso creció la producción de frijoles. Debemos aclarar que los crecimientos se comparan contra el real del año anterior, no contra el plan”.
Al referirse al pronóstico de crecimiento para el presente año, pautado en el entorno de 1,5%, dijo que es mucho más complejo hacerlo, sobre la base del nivel de actividad superior alcanzado en el 2018.
“A pesar del cerco económico de los Estados Unidos, mantenemos el propósito de que la economía cubana crezca, y alcanzar una estabilidad en el Producto Interno Bruto”, afirmó Gil Fernández.
Otro de los presupuestos planteados para el plan de la economía del 2019 es que esta no tiene reservas. Sobre este tema, el ministro del MEP señaló que se refiere a los equilibrios o balances macroeconómicos. “Emitimos un plan sin déficit y sin superávit. Si tuviésemos superávit eso favorecería el ahorro interno en el país pues la economía tendría más recursos de lo que va a gastar, aunque esto no significa que la economía no tenga reservas”.
Sobre la producción de alimentos y los portadores energéticos, elementos que calificó como vitales en el funcionamiento de la economía, dijo que el país continúa importando más de 2 mil millones de dólares en alimentos.
“Como la población conoce, desde finales del pasado año y a inicios de este estuvimos enfrentando determinadas escaseces de productos de alta demanda por la población como pollo y aceite. Estos renglones se han ido estabilizando sobre la base de mayores importaciones pues todo el pollo que el país consume se importa”, acotó.
Los disparos en las compras se deben a la inestabilidad del producto, pues la población adquiere más de lo habitual. Por lo que uno debe restablecer un nivel permanente de oferta para que se calme la ansiedad, ilustró el ministro.
A la vez reconoció que ha habido desplazamientos hacia el consumo de pollo ante el déficit de carne de cerdo, que se perjudicó por la falta de alimento animal. “Ese es otro tema de prioridad, pues 500 millones de dólares del total que mencionamos para la compra de alimentos es para los animales, como maíz, soya, complejos vitamínicos, pienso de inicio; que no se pueden sustituir de un año para otro, pero debemos ir aumentando la producción animal”.
Concluyó que además de respaldar los niveles de importación previstos en el plan, hay que desarrollar más la producción nacional de alimentos, tanto por la vía estatal y no estatal.
Con respecto a las estrategias para el uso del combustible, Gil Fernández explicó que el objetivo es administrarlo de una manera más eficiente para garantizar las principales actividades de la economía, fundamentalmente aquellas de más alto impacto en la población.
“La batalla de los últimos años contra el desvío y el robo de combustible ha demostrado que todavía persisten muchas reservas en la economía cubana, pero que también existe descontrol. Por lo tanto, lo primero que debemos valorar no es la restricción de actividades, sino elevar el control. Buscar la manera de que cada gota de combustible se ponga en función del plan de la economía”, agregó.
Aun así, el ministro puntualizó que pueden existir reestructuraciones enfocadas a sustentar servicios básicos como la generación de electricidad, el transporte público o la producción de alimentos. De igual manera, recalcó que en medio del actual panorama adverso el país logra respaldar una cantidad de combustible que permite el desenvolvimiento de las principales actividades.
“No es un contexto sin presión, pero esas mismas tensiones nos conducen a buscar soluciones. Llamar constantemente al mayor ahorro, a evitar el desvío o el robo no tiene igual significación en un escenario con una mayor cantidad física de portadores energéticos”, argumentó.
En ese sentido, Gil Fernández valoró como positivo el hecho de que en los CUPET ya se vende más combustible que en meses anteriores. A su vez, se evidencia una mayor organización en el transporte y cada cual se ajusta al nuevo escenario para afectar lo menos posible el plan de la economía y sobre todo a los servicios a la población.
Sobre el hecho de que más de 300 empresas cerraron el primer semestre del año con un sobrecumplimiento de sus utilidades en más de 150 por ciento, Gil Fernández explicó que el país no está en contra de esos crecimientos. Sin embargo, sí debe existir un llamado de alerta, porque esos números no necesariamente se traducen en mayor eficiencia o productividad.
“No se puede hacer una lectura tan simple. La empresa puede tener más productividad y más eficiencia, pero en comparación con la diseñada en su plan de producción. Y eso puede estar dado precisamente porque su diseño no es correcto y tiene muchas reservas que permiten luego cumplir lo planificado sin mucho esfuerzo. Entonces la empresa supera sus proyecciones, pero está trabajando por debajo de su verdadero potencial”, explicó.
Gil Fernández comentó que el país pretende llevar a los planes todas esas capacidades. Según dijo, es preferible una empresa que trabaje con tensión y sobrecumpla muy poco, a una que supere con creces sus planes pero no se evidencie un aumento real de la productividad, la eficiencia, o la ejecución de inversiones capaces de duplicar o triplicar la productividad del trabajo.
“Nosotros decimos que eso no es normal, porque lo ideal es que las empresas trabajen en un entorno aceptable de cumplimiento de sus planes. Esos casos hay que revisarlos puntualmente, para en la medida de lo posible corregirlos. El plan debe ser un instrumento movilizador de la empresa y que realmente cumplirlo sea difícil”, comentó.
Por otra parte, sobre las poco más de 40 empresas que trabajan con pérdidas, el ministro explicó que seis de ellas estaban previstas con ese indicador desde la confección del plan. No obstante, esos casos prestan servicios básicos a la población y el Estado las subsidia; el resto sí debería obtener utilidades.
De modo general, el titular del MEP agregó que un aspecto clave es realizar análisis periódicos sobre estos temas para corregir en tiempo las desviaciones, tanto de utilidades como de pérdidas. “La idea es que, salvo las aprobadas en la confección del plan de la economía, el resto de las empresas del país terminen el año con utilidades, aunque sean mínimas”.
Para ello —aseguró— es imprescindible el trabajo en la base, el estudio de cada situación específica y el conocimiento de los trabajadores y directivos en todas las entidades.
En cuanto al tema de las exportaciones, el ministro de Economía valoró como esencial el cumplimiento del plan. Según comentó, si no llegan al país los ingresos previstos por ese concepto, la única solución es disminuir los gastos. Por tanto, la principal tarea es cumplir las proyecciones del año.
Al respecto, dijo que en este 2019 se han visto afectadas dos actividades fundamentales: los ingresos por la exportación de níquel y por la llegada de turistas a Cuba.
Respecto a este último asunto, explicó que es un sector impactado por el recrudecimiento del bloqueo y las medidas de la administración de Donald Trump, sobre todo en la limitación de la llegada de cruceros a Cuba. Aun así, en el 2019 se espera superar los 4.3 millones de visitantes extranjeros.
No obstante, Gil Fernández explicó que la disminución de arribos prevista para el año no es proporcional a los ingresos obtenidos por el sector. “Una cuestión importante es obtener más dinero por cada turista que recibimos. Y para ello debemos ser más eficientes, brindar mejores y más variados servicios y explotar las opciones extrahoteleras”, agregó.
“No podemos renunciar el desarrollo del turismo. Es un sector motriz de nuestra economía, no solo porque genera ingresos, sino porque facilita los encadenamientos productivos”, comentó.
Respecto a la exportación de azúcar, en la Mesa Redonda se explicó que aunque el plan quedó por debajo en poco más de 190 mil toneladas, sí aportó a los ingresos, porque el precio de venta fue superior al esperado.
Asimismo, el ministro explicó que otras exportaciones como el tabaco, el ron o la langosta se comportan favorablemente y se espera un cumplimiento e incluso un ligero sobrecumplimiento de sus planes de ventas e ingresos para este año.
Sobre las importaciones, Gil Fernández comentó que en 2018 se cumplió el componente de construcción y montaje, pero no el de equipos, porque fue imposible importar todo lo contemplado en el plan. Esos equipos llegan ahora y son la causa del sobrecumpliento en un 10 por ciento de las importaciones previstas al cierre del primer semestre.
“Ahí están los casi 3 mil equipos de transporte: las “gazellas” para los taxis de La Habana, así como los coches de ferrocarril, los ferrosilos y las motovoltecas. Son compras que se inejecutaron en 2018 y se ejecutan en este año. Además, se ha estabilizado la importación de productos para el alimento animal, y todo eso propicia el sobrecumplimiento del plan”, explicó.
En ese sentido, el ministro recalcó que el país trabaja para cumplir no solo el plan de importaciones al cierre del año, sino también el de exportaciones y el de inversiones. Según comentó, las medidas aprobadas recientemente para impulsar la economía contribuyen a ese objetivo.
Todas ellas —dijo— ayudan a crear un escenario más favorable para el desarrollo de la actividad empresarial, en la empresa estatal, la inversión extranjera y el sector no estatal. “El propósito es que todos de conjunto tributemos al cumplimiento de las principales metas del plan”.
Gil Fernández significó que en el primer semestre del año el país cumple su plan de inversiones desde el punto de vista de su ejecución financiera. No obstante, recordó que no podemos confiarnos, porque a los primeros seis meses corresponde alrededor del 35 por ciento de lo planificado. Hasta el momento se han ejecutado 4 200 millones de pesos, de un total de 11 mil 244 millones.
“Nos queda ejecutar más del 50 por ciento del plan. En el segundo semestre hay que empeñarse fuerte. Y aunque el crecimiento todavía es muy insuficiente, sí hemos avanzado conceptualmente, desde el punto de vista práctico, en la medición de las inversiones por su impacto”, agregó.
Comentó que ese tema también forma parte del análisis de la microeconomía de cada empresa. Así, aumentan las evaluaciones sobre el impacto real de las inversiones, sobre todo para estudiar qué nivel de actividad propician para la economía. “Por lo general las inversiones están rindiendo por debajo de lo previsto en los estudios de factibilidad y eso nos frena”, apuntó.
“Es un tema en el cual hay que insistir. Tenemos un grupo de inversiones donde los niveles de actividad están por debajo de lo diseñado en sus estudios de factibilidad, y eso afecta los períodos de recuperación. Llega entonces un conflicto: hay que devolver el dinero que nos prestaron para financiar esas inversiones, pero todavía las inversiones no aportan su parte. Eso también es una presión sobre la liquidez del país”, explicó.
En la Mesa Redonda de este miércoles, el ministro de Economía insistió en que la inversión extranjera no es un complemento, sino “un elemento fundamental de nuestro desarrollo”.
“Cuando defendemos el concepto de proteger la producción nacional no nos referimos solo a la empresa estatal, o sea, buscar la manera de producir en el país todo lo posible, y disminuir el componente importado alto que tiene hoy la economía, significa contar con la empresa estatal socialista, con el sector no estatal y la inversión extranjera. Todo eso es producción nacional”, añadió.
El economista valoró como muy favorables todas las acciones que contribuyan al incremento de la inversión extranjera en sectores productivos, donde se aporte tecnología, conocimiento o capital.
Gil Fernández explicó cuán complejo es el contexto internacional presente y cómo el recrudecimiento del bloqueo y la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, apuntan a menguar el interés de los empresarios extranjeros por invertir en la Isla.
Comentó sobre los 12 nuevos proyectos de inversión extranjera aprobados en los primeros seis meses del año. “Si bien no son suficientes, demuestran el interés de los inversionistas por hacer negocios en el país”.
“Este es un país que ofrece seguridad a la inversión extranjera. Vamos a seguir trabajando en esa dirección, para que en todos los renglones que hoy tenemos déficit en la economía, la inversión extranjera pueda tener una oportunidad de aportar e integrarse junto a los diferentes actores económicos, para estar en capacidad de contribuir a nuestro desarrollo. La valoración que hacemos en el primer semestre del año, en medio de todas las restricciones, es favorable”, concluyó.
Otro de los asuntos presentes en la Mesa Redonda fue el crecimiento de la economía y el Producto Interno Bruto. Al respecto, el ministro apuntó que es necesario analizar estas categorías en profundidad.
“Usted puede crecer, a lo mejor, un 5 por ciento del PIB sobre la base que aumentó el endeudamiento externo, o sea, tuvo niveles productivos en base a créditos que están por encima de sus posibilidades y, por lo tanto, no los va a poder pagar cuando venga el vencimiento de esa deuda. Entonces, la economía se contrae o no crece, a eso le llamamos empeñar el futuro”, explicó.
Resaltó la importancia de pagar las deudas, porque restringen los financiamientos.
“Hay que tener muy claro que la economía no puede endeudarse o pedir créditos por encima de sus posibilidades de pagarlos en tiempo. Y ese problema lo tenemos hoy. Tenemos un nivel de endeudamiento que nos ha obligado a definir como estrategia del Plan 2019 que ese endeudamiento externo no puede crecer.
“Tenemos que mantener un nivel de correlación entre el pago de las deudas y la toma de los créditos, de forma tal que al concluir el año no se incremente el nivel de endeudamiento. Y eso le va a dar más calidad al crecimiento del PIB, porque se obtendrá en base a nuestra posibilidades reales, y no yendo más allá de la capacidad que tiene la economía cubana”.
De cara el futuro, Gil Fernández aseguró que el propósito es avanzar hacia el crecimiento, con tasas moderadas. Asimismo, recordó que el Plan de Desarrollo está dividido en tres etapas. Hasta 2021 se prevén tasas ligeras, sin embargo, entre 2022 y 2026 la aspiración es lograr un crecimiento más dinámico, siempre dentro de los rangos de no incrementar el endeudamiento y ajustarnos a nuestras posibilidades reales.
“Por lo tanto, ¿de qué depende que nuestra economía crezca y se desarrolle?, de nuestras capacidades de exportar más, de nuestras posibilidades de producir más y de importar menos. Está en nuestras manos”, sintetizó el ministro del MEP.
Finalmente, el titular de Economía destacó los amplios espacios de debate propiciados por los recientes Congresos de la FMC, la CTC, la ANEC y la UNEAC. Al respecto, dijo que en todos han existido “análisis amplios, aportadores, constructivos, en los cuales se han puesto sobre la mesa variantes e ideas, desde el respeto y las ganas de aportar soluciones a los problemas que tenemos”.
A su vez, también ponderó los contactos creados por el MEP con grupos de expertos, donde se evalúan soluciones a los problemas que enfrenta la economía, a partir de estudios e investigaciones. “Ese debate, ese nivel de comunicación que existe con la academia, esos deseos que tiene el potencial científico de aportar, esas son nuestras reservas. Explotando bien toda esa inteligencia colectiva no hay quien pueda con nosotros”.
Cubanos de distintas generación protagonizarán en la tarde de este viernes una nueva prueba del contundente rechazo del pueblo de…
Durante la última jornada de trabajo del Cuarto Periodo Ordinario de Sesiones correspondiente a la décima Legislatura de la Asamblea…
El Banco Metropolitano anunció este jueves la modificación de los horarios de atención al público durante los días de fin…
Para concretar los principios generales de organización y funcionamiento de la función pública notarial, acorde a la actualización del modelo…
El servicio aéreo de Cubana de Aviación que conecta el aeropuerto internacional José Martí en La Habana con el aeropuerto…
El Gobierno cubano aplicará modificaciones en el sistema cambiario, anunció este miércoles el Primer Ministro Manuel Marrero, en una comparecencia…