Directivos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y estudiosos del tema hablaron este martes en la Mesa Redonda sobre el trabajo de prevención y asistencia social en el país, sus fortalezas y debilidades.
Al comenzar su intervención en el programa televisivo, Belkis Delgado Cáceres, directora de prevención social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, dijo que el sistema de seguridad social cubano tiene un régimen que protege al trabajador y su familia.
Además, tiene un régimen de asistencia social –agregó– que protege al resto de la población que se encuentre en situación de vulnerabilidad, ya sea por razones de enfermedad, discapacidad, edad, entre otras.
“La situación de vulnerabilidad como la atención social tiene un carácter temporal, es circunstancial, no se mantiene eternamente en el tiempo, aunque en algunos casos sí sucede. La asistencia social protege a través de ayudas monetarias, servicios, entre ellos, la atención que brindamos a madres que tienen hijos con discapacidad severa, servicios de cuidado a domicilio, el pago a terceros, como hogares de ancianos”, destacó.
Ha existido -indicó- una labor de prevención que abarca los diferentes niveles y todos los factores. “A pesar de esto, no hemos llegado a las comunidades, donde se producen los problemas y las situaciones de vulnerabilidad”, precisó Delgado Cáceres.
Añadió que en el proceso de integración del trabajo hubo un decrecimiento de la masa de trabajadores sociales que se encontraban en las comunidades.
¿Qué medidas se han tomado para mejorar la atención en las comunidades? De acuerdo con la directora de prevención social del MTSS, se descentralizó a los municipios los trámites para la aprobación de cualquier servicio o protección. “Esto ha tenido un impacto positivo, porque la atención del problema se hace más inmediata”.
“Se espera una transformación integral, no solo se está cambiando el entorno, sino va más allá de las medidas asistencialista de protección. La principal herramienta es que las personas participen de este proceso. El trabajo y el estudio son otros de los factores determinantes del cambio”, señaló.
Por su parte, Geydis Fundora Nevot, profesora e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, recordó que en noviembre del 2020 se convocó a las universidades a perfeccionar las formas de ver el fenómeno de la vulnerabilidad.
Indicó que este proceso tuvo dos grandes vertientes, la primera, utilizar todo el conocimiento que el país había acumulado sobre la temática. En segundo lugar, se tomó de todas aquellas organizaciones que se dedicaban al trabajo comunitario, entre ellas el Centro Martin Luther King, el Oscar Arnulfo Romero, entre otros.
Fundora Nevot expuso que de estos debates salió una propuesta que tiene cuatro cambios fundamentales: “La definición de situación de vulnerabilidad y con ello los perfiles, los instrumentos de la política, una propuesta de financiamiento ante la situación que vive el país, además de nuevos actores que pudieran vincularse a la escala local y comunitaria”, explicó.
Al intervenir en la Mesa Redonda, la directora del Observatorio Social y Laboral de Cuba, Indira Galtés Galeano, señaló que dicho centro se fundó recientemente (octubre de 2021) con el objetivo de acompañar desde la ciencia los procesos de toma de decisiones.
“Esta institución tiene como propósito dar seguimiento a la evolución de los fenómenos sociales y laborales con mayor impacto en la sociedad y la economía cubanas”, destacó.
Galtés Galeano subrayó que el alcance nacional del Observatorio se ha pensado sobre la base territorial con grupos de trabajo multidisciplinarios que tienen sede en provincias y municipios. Allí –dijo– desempeñan un papel fundamental no solo el gobierno, sino también los trabajadores sociales.
“Ahora mismo nuestro trabajo se centra en apoyar proyectos de transformación integral de comunidades, grupos, familias e individuos en situación de vulnerabilidad”, destacó la investigadora.
En ese sentido, afirmó que existen vulnerabilidades que no podrán erradicarse en corto plazo, debido a que algunas son estructurales, por lo que la solución y mitigación de las mismas lleva tiempo.
Al finalizar el espacio televisivo, la subdirectora de prevención social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Rita Machín Reyes, señaló que, en cuanto a las políticas de atención a las personas en situación de discapacidad, se ha avanzado en temas de inclusión y reinserción social.
“La visión es ir a acciones más transformadoras y menos asistencialistas, que las personas dependan mucho menos de la asistencia social y puedan ver en sus potencialidades la capacidad de emprender y sustentarse económicamente”, comentó.
Machín Reyes destacó que todos los Consejos Populares cuentan con grupos de prevención, donde se canalizan y evalúan las situaciones y problemáticas sociales que se dan en las comunidades.
Por otro lado, la dirigente subrayó que actualmente existen en el país más de 6 000 trabajadores sociales, quienes laboran en las 1 234 comunidades en las que hoy se trabaja en la transformación de los barrios.
“En el trabajo en las comunidades se han podido vincular a más de 4 000 jóvenes al empleo, así como reinsertar al estudio a más de 2 000 jóvenes que habían abandonado la escuela”, señaló.
Apuntó que, sin embargo, la fuerza de los trabajadores sociales había disminuído en cantidad tras el paso del programa al Ministerio del Trabajo y que sólo la mitad de los que hoy ejercen esa importante labor tienen formación específica para la misma. Con ese objetivo se abrirá durante este año un técnico superior de Trabajo Social.
Machín Reyes afirmó que a finales de 2021 el Estado cubano erogó más de 250 000 000 de pesos: “Una parte de ese dinero se dio para la compra de viviendas a madres que tienen tres o más hijos, se beneficiaron 314 madres con esta entrega; y otra parte de ese monto se destinó a la compra de inmobiliaria, avituallamiento, y algunos equipos electrodomésticos, con lo cual se beneficiaron más de 42 000 familias”.