Telesur es nuevamente el blanco de ataques de la derecha por su cobertura periodística de los últimos días en Libia. La presidente de ese canal, Patricia Villegas, defendió el trabajo de los reporteros Jordán Rodríguez y Reed Lindsay, y del camarógrafo Jesús Romero, por el esfuerzo de transmitir de la forma más “rigurosa” los sucesos que sacuden a la nación africana, que obligó a los grandes canales y agencias de noticias internacionales a cambiar sus discursos sobre la destrucción e inminente caída del gobierno de Muammar Gaddafi.

-¿Por qué se les acusa de transmitir informaciones favorables al gobierno de Muammar Gaddafi?

-Eso habría que preguntárselo a la gente que nos acusa. Telesur está transmitiendo lo que está sucediendo. En Trípoli develamos una situación. Estuvimos ahí, antes de que estuviera cualquier equipo informativo en esa ciudad. Mostramos unas imágenes que han sido cuestionadas, pero que son inalterables.

-¿Cuáles son esas imágenes?

-Son las de una ciudad que no tiene rastros de haber sido bombardeada. Pero según las agencias de noticias y medios internacionales esa ciudad estaba en convulsión y lo que vemos es una tensa calma con gente que está circulando en los carros, con niños que están jugando fútbol y gente que está comprando cosas en las tiendas. Esto contrastó porque no había ningún equipo informativo extranjero en Trípoli que estuviera contando eso.

Lo valioso es el ejercicio periodístico con rigor que está haciendo Telesur. Estamos contando lo que está pasando allí. Días después, enviamos a otro reportero que logró entrar por tierra hasta Bengasi, con una situación completamente distinta. Es una zona tomada por los rebeldes.

-¿Es verdad que los dos equipos de Telesur que se encuentran en Libia fueron enviados por el presidente Hugo Chávez?

-No, no es verdad. Fueron enviados por Telesur. El primero entró por aire a Trípoli. Viajaron de Caracas a Roma y de ahí hasta la capital libia, en el primer vuelo comercial que se abrió estando ya en situación de tensión. Este equipo ha sufrido en dos ocasiones retención por parte de las fuerzas de seguridad del Estado por no tener permisos para grabar. El segundo equipo entró por tierra.

-¿Qué otras limitaciones han tenido los equipos de Telesur durante la cobertura en Libia?

La historia de los equipos está en dos ciudades. El de Trípoli llegó a un hotel, se registraron y salieron a grabar una primera vez y los agarraron, les dijeron que no podían grabar, porque no tenían permiso y les quitan la cámara. Luego los soltaron diciéndoles que no podían grabar sin ninguna autorización. Al regresar encontraron sus maletas en el lobby. Les dijeron que no se podían quedar en el hotel, porque no querían turistas extranjeros. En una segunda oportunidad, fueron golpeados, amenazados con armas y no los dejaron reportear sin el permiso. Finalmente, el permiso les fue otorgado el mismo día que llegaron otras agencias y canales de noticias. Están la BBC y CNN en inglés, entre otras.

Todos los corresponsales extranjeros están saliendo juntos en una caravana de carros escoltados por el Ministerio de Comunicación de Libia.

En cuanto al equipo en Bengasi, es otra historia totalmente distinta. Se movió el enviado especial de Egipto, Reed Lindsay, quien logró entrar en un viaje por autobús cuando la localidad ya estaba bajo el control de la oposición. Por fortuna no lo han agredido físicamente.

-¿Puede revelar cuáles son los próximos movimientos de los equipos periodísticos en Libia?

-De acuerdo a los acontecimientos no estaremos moviendo. Lo que puedo asegurar es que la gente va a estar realmente informada de lo que pase en ese país si ve la pantalla de Telesur.

-¿Por qué?

-Porque nuestros equipos están contando lo que efectivamente está sucediendo allí.

-¿Cuáles son la tres verdades de Libia en este momento?

Es una situación muy compleja. Por los reportes de nuestros corresponsales, se evidencia claramente que hay zonas en control del Gobierno y de la oposición. Hay mucha tensión por una posible ocupación extranjera dado por los movimientos de la comunidad internacional a través del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas.

ESTRATEGIAS DE LA DERECHA

-¿A quienes le conviene ese paralelismo que hacen entre el Medio Oriente, Libia y el gobierno del presidente Chávez?

El descontento popular de las políticas gubernamentales en la región tienen otras características, porque nuestros pueblos son distintos a los pueblos árabes. Es una estrategia de la derecha –aunque no me gusta descalificar- para quien tiene un dedo de frente sabe que plantear un análisis de esa manera es realmente grosero, porque son dos realidades muy diferentes.

-¿Qué ejemplos podemos ubicar en esta parte del mundo que pueda ayudar a entender lo que pasa en Libia?

-En cuanto a la cobertura periodística la gran pregunta es ¿por qué a pesar de la verdad no queremos verla? Eso ha sucedido muchas veces en Latinoamérica y en la historia de Telesur. Todavía hay gente que dice que en Ecuador no hubo un golpe de Estado, que transmitimos en vivo y en directo. Lo mismo sucede con Honduras.

-Aunque ahora trabaja desde una oficina. ¿Usted se considera una periodista de guerra?

-Si vale. No sé si de guerra o guerrera. Que mis equipos de Telesur estén en estas situaciones hace que lo vivamos a la distancia con ellos. La instrucción que tienen los equipos es la misma que recibí durante años: Contar lo que está pasando. Los que se han atrevido a criticar el trabajo del canal lo que han ofrecido es una excusa pública, porque la verdad que mostramos empezó a ser mostrada por otras agencias internacionales cuando decidieron ingresar a Libia.

EN CALIENTE

-¿Es verdad que la oposición tomó pozos petroleros libios?

-Con base en la información que manejamos no hay evidencias de que eso sea cierto o falso.

-¿Han corroborado que hayan buques estadounidenses cerca de las costas de Libia?

-Tampoco lo hemos corroborado. Hemos seguido el Consejo de Seguridad y las declaraciones de Hillary Clinton, quien anunció que se movilizarán hacia las fronteras libias y estaremos allí para registrarlo. Tampoco hemos corroborado la presencia de agentes estadounidenses, de Al Qaeda, ni de los mercenarios de Sudán.

Tomado de Correo del Orinoco ^[1]