Por Rolando Segura, Tomado de su blog
Potentes medios de comunicación de cobertura mundial hicieron su parte antes de la contienda; definieron claramente, con mensajes e ideas muy sencillas, la necesidad de enfrentar a un maquiavélico enemigo de ¨victimas indefensas¨.
Apareció de repente otro Saddam Hussein, capaz de las atrocidades más espantosas contra la santísima Trinidad moderna de la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Pero ahí estaban también los salvadores de turno, llamados ahora Obama, Cameron, Sarkozy y Zapatero, para convencernos de que ¨un clavo saca a otro¨ y para proteger a civiles no queda otro remedio que hacerlo con bombas.
Creado el ¨ambiente favorable¨, podía comenzar entonces la danza de los misiles sin renunciar, por supuesto, al empleo planificado milímetro a milímetro de la propaganda y la acción psicológica.
Cuando pilotos de los cazas estadounidenses ocuparon el espacio aéreo de Libia, como parte de su pertrecho militar traían también peculiares municiones para la guerra psicológica.
Más de 140.000 octavillas han sido lanzadas desde el inicio de la guerra.
Una vez asegurada la conciencia del desastre, ¨luego la octavilla promete el paraíso. Antes la ruina, después la salvación, la liberación, el placer. Que sabes que no es, pero en la palabra cobra vida¨. (1)
Una munición efímera, pero efectiva a veces en el esfuerzo por reorientar conductas y controlar a la población civil, o asimilar y aniquilar fuerzas militares.
¨La octavilla dura pocos segundos; el tiempo de su vuelo y el momento crítico de su reflexión en nuestras manos, de su terrible lectura. Para después desgranarse dentro de la lengua, uniéndose a aquellas cuestiones que uno quiere evitar. Sólo sana, sólo salva si se corre rápido hacia las líneas enemigas.“ (2)
Y si la profecía de la octavilla no se cumple, hay que inventar las evidencias.
Almuerzo justo al lado del portavoz del Gobierno libio, Moussa Ibrahim, cuando los medios afirman que en ese mismo instante el funcionario corre despavorido a desertar en la frontera con Túnez.
Un colega español me cuenta también que esta semana visitaba la Plaza Verde, bastión gaddafista en absoluta tranquilidad, cuando entró una llamada de su familia en extremo preocupada, porque medios en España difundían que en esa plaza acababan de izar la bandera de la Monarquía y los manifestantes estaban siendo violentamente reprimidos.
A diario como Bola de Nieve los medios de comunicación echan a andar rumores, entre los más recientes desmentidos por el gobierno libio está la huida hacia Túnez de la esposa de Gaddafi, su hija, y el ministro del petróleo Shokri Ghanem.
Deserciones masivas era lo esperado, ante la señal de amenaza de la Corte Penal Internacional a los círculos de gobierno libio: todos pueden correr la misma suerte de Gaddafi, su hijo y uno de sus altos oficiales.
Mientras la mayor parte de la prensa publicita las deserciones deseadas, silencia iniciativas de paz, diálogo y esperanza como la liberación y amnistía a más de 230 rebeldes, como parte del proceso de reconciliación impulsado por las Tribus.
Mucho menos se cuenta acerca de la actividad en Trípoli de una delegación de Civiles mundiales por la Paz en Libia.
Los académicos, profesionales, periodistas y ex militares de Europa, Estados Unidos, Inglaterra, Medio Oriente y África fueron testigos precisamente de la liberación mas reciente de unos 130 rebeldes amnistiados gracias a las gestiones de los ancianos y notables del Congreso Nacional de Tribus de Libia.
Los pacifistas acompañados de expertos tienen como propósito precisamente determinar no solo el efecto físico y los daños estructurales provocados por la agresión, sino también el daño psicológico en el pueblo de Libia y su cultura.
Con equipos detectores de radiación pretenden determinar el verdadero efecto del uranio empobrecido empleado por los misiles contra Libia e intentar identificar quién pudo lanzar bombas racimo desde aviones, luego del establecimiento de la Zona de Exclusión de Vuelos, que impide a la aviación libia utilizar su espacio aéreo.
Con la excusa de no hacer ¨propaganda¨ al gobierno de Libia, el silencio cómplice cubre también los daños en más de un millón de millones de dólares al sistema de telecomunicaciones libio y la decisión de sus 20 mil trabajadores de proteger sus infraestructuras de los ataques de OTAN.
Empresas de telecomunicaciones libias ven afectado más del 50% de su cobertura por bombardeos OTAN.
Si la Televisión Estatal Libia no es sacada del aire a punta de misiles, la Liga Árabe votó hace apenas unos días por al menos prohibirla en todos los satélites de propiedad árabes como Arabsat y Pansat.
En definitiva ya la teleaudiencia en este país norafricano tiene a Libia TV, el ¨primer canal independiente de noticias por satélite de radiodifusión y comentarios sobre Libia, con el objetivo de contrarrestar la propaganda estatal y promover el diálogo¨
Libia TV, canal ¨libre¨ e ¨independiente¨ tiene su sede en Doha, Qatar; el país acusado también de pagar dos millones de dólares por cada uno de los misiles lanzados contra Libia.
Ciertas o falsas en parte o en su totalidad, la mayor parte de las noticias acerca de Libia hacen su parte en el juego de la guerra psicológica al reforzar el terror y desesperación que generan los bombardeos.
Conscientes de la difícil coyuntura de conflicto interno, la OTAN no desperdicia oportunidades para generar el agotamiento y la rendición.
Los 20 buques que vigilan el Mediterráneo para hacer cumplir el embargo de armas a Libia han interceptado a 860 barcos, han abordado 34 y otros cinco han sido desviados, la mayoría tanqueros libios retrasados en busca del combustible, cuya demora genera tensiones en todo el oeste del país.
Sin embargo, ningún barco de la OTAN avistó la embarcación con 72 personas, a la deriva durante 16 días, donde al menos 61 de sus tripulantes murieron de hambre y sed.
A casi dos meses de iniciada la guerra, la OTAN intensifica sus mensajes radiofónicos, así como las octavillas y folletos lanzados desde sus aviones.
El vocero de la Operación Protector Unificado, teniente coronel de aviación Mike Bracken lo asegura: “Desde el inicio de las operaciones hemos estado alentando a las fuerzas leales a Gaddafi para que depongan las armas. Recientemente intensificamos estas actividades a través de la distribución de volantes y usando un sistema de radio para pedir a las fuerzas de Gaddafi que se alejen del equipo militar, incluyendo aviones, barcos, vehículos e infraestructura”.
El mensaje está orientado además a que ¨también la población civil, sepan que no es juicioso ubicarse cerca de instalaciones militares, sobre todo instalaciones de mando y control, cerca de buques militares y de vehículos militares”.
La otra guerra, sin bombas sigue contra Libia.
Notas.
(1,2) Marzo, JL. Ríndete. Octavillas y guerra psicológica en el siglo XX, CCCB, 1998 En
http://www.soymenos.net/rindete.pdf
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