Los trabajos relacionados con el satélite natural de la Tierra se remontan a 1958, cuando una resolución del entonces Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética orientó crear un cohete portador en tres etapas, el R-7, para efectuar vuelos a la Luna.
Rusia llega al siglo XXI con un legado soviético amplio sobre cohetes, sistemas orbitales, vehículos lunares (Lunajod) y simulacros de aterrizaje y despegue, así como de acoplamiento de aparatos dirigidos a la Luna, todo lo cual se suspendió en 1974.
Pero en casi 20 años de desarrollo en experimentos con naves dirigidas al referido satélite se acumuló una gran potencial científico de los pioneros del estudio lunar, incluidos los proyecto de vuelos pilotados L-1 y de aterrizaje y despegue N1-L3.
Uno de los problemas que más afectó a los experimentos y pruebas realizados con los referidos sistemas soviéticos fue, por un lado, la inconsistencia de las etapas de los cohetes portadores en un vuelo fuera de la órbita de la Tierra y las dificultades para regresarlos.
En varios casos, como ocurrió en 1970 con el módulo de descenso T2K, se logró poner en una órbita cercana a la Tierra al aparato para simular el acercamiento y aterrizaje a la Luna, así como maniobras de acople, claro que sin regresar a la Tierra.
Las pruebas se acercaron a los experimentos de varias etapas que debían anteceder al primer intento de efectuar un vuelo verdaderamente pilotado, pero dejó tras de si tomos de soluciones muy útiles.
Rusia parece decidida a retomar el acervo científico soviético, después que en 2009 anunció por primera vez en su nueva historia, en el salón aeroespacial de Le Bourget, que se disponía a preparar el modelo de estación espacial Luna-Globe.
Éste se basaría en el diseño del Fobos-Grunt, cuya misión fracasó luego de ser lanzado el 9 de noviembre pasado del cosmódromo kazajo de Baikonur y caer al océano Pacífico el 22 de enero de este año, tras presentar fallos en sus motores impulsores.
Pero a la par de los rusos, científicos estadounidenses esperan desarrollar el programa “Avatar”, mientras la empresa turística Space Adventures promete enviar al primer turista especial a la Luna en 2017, un capricho que puede costar 100 millones de dólares.
De su lado, Roskosmos considera que puede desarrollar un programa para esa fecha que permita efectuar vuelos comerciales.
Pero muchos de los proyectos estadounidenses y soviéticos dejaron de funcionar a causa de las difíciles condiciones para mantener una estación permanente en el satélite natural de la Tierra.
El día lunar registra oscilaciones de temperatura que van desde los 120 grados Celsius a los 160 grados bajo cero, todo un desafío a superar tecnológicamente.
Por el momento se conoce que el programa lunar ruso contaría de cuatro etapas fundamentales.
La primera incluiría el envío de la estación espacial Luna Globe a la órbita lunar que enviará datos a la Tierra y analizará el lugar donde se ubicará la futura estación lunar. Además, efectuará un estudio más profundo de la estructura y núcleo de la Luna.
Una segunda etapa consistiría en el envío de expediciones conjuntas con la India (aunque la dirección rusa discute aún ese asunto), para llevar un Lunajod (todoterreno lunar) al lugar ya determinando para instalar la Estación Lunar y analizar directamente el terreno.
Para la tercera etapa se prevé el traslado a la Tierra de muestras de la superficie de la Luna, a donde se enviarán varios tipos de Lunajod, incluida una miniestación, baterías solares y otros equipos.
La cuarta etapa corresponde al desembarco de cosmonautas en la Luna para crear un polígono y elaborar métodos para posteriores investigaciones.
De acuerdo con publicaciones científicas, en realidad las acciones directamente relacionadas con el programa lunar, con una duración de 20 a 25 años, deben estar listas para 2025, cuando se creará una estación espacial en la órbita de la Luna con cuatro astronautas.
Se espera que para 2029 se inicien los trabajos para crear la referida estación lunar, que funcionaria sólo por dos semanas para cada grupo expedicionario.
La etapa de 2035 a 2038 correspondería a la formación de una base lunar permanente que daría luego la posibilidad de explorar los recursos naturales del satélite natural de la Tierra.
Para poder enfrentar los retos de los viajes lunares será necesario elaborar los aparatos para poder llevar a la realidad el mencionado programa.
Ello incluye a naves pilotadas para cuatro cosmonautas, las de carga para la Luna, estaciones pilotadas de tres plazas y aparatos de aterrizaje y despegue para cargar muestras, así como un módulo orbital de la estación lunar y la técnica coheteril para viajes de ese tipo.
El regreso de Rusia a los programas especiales de la Luna será paulatino, pero podría marcar la mayoría de edad de la recuperación de su potencial científico que pareció perderse en la década de 1990.
(Con información de Patria Grande)
El primer secretario del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez y otros dirigentes felicitaron a maestros y…
La afamada cantante cubana María Elena Pena, conocida nacional e internacionalmente como La Dama del Bolero, falleció en la madrugada…
Cubanos de distintas generación protagonizarán en la tarde de este viernes una nueva prueba del contundente rechazo del pueblo de…
Durante la última jornada de trabajo del Cuarto Periodo Ordinario de Sesiones correspondiente a la décima Legislatura de la Asamblea…
El Banco Metropolitano anunció este jueves la modificación de los horarios de atención al público durante los días de fin…
Para concretar los principios generales de organización y funcionamiento de la función pública notarial, acorde a la actualización del modelo…