Romney saca ventaja en supermartes aunque no logra el gran golpe

El precandidato presidencial republicano Mitt Romney ganó anoche las internas de cuatro estados y lideraba por escaso margen el recuento en Ohio, el máximo premio de la jornada, en busca de un triunfo definitivo en el Supermartes de internas de costa a costa de Estados Unidos.

Romney, hasta ahora el favorito a enfrentar al presidente Barack Obama en noviembre, ganó las primarias de Virginia, Vermont y Massachusetts, el estado del cual fue gobernador, y el caucus de Idaho, pero peleaba voto a voto en Ohio con su principal rival de la interna, el ex senador Rick Santorum.

Además de dar una dura pelea en Ohio, Santorum ganó las primarias de Tennessee y Oklahoma y el caucus de Dakota del Norte, reflejando una vez más las debilidades de Romney en distintas partes del país pese a contar con una mayor organización y con más recursos económicos que sus tres adversarios.

En Ohio, el estado más codiciado de los 10 en los que los republicanos celebraron ayer internas, Romney aventajaba a Santorum por unos 5.000 votos, logrando un 37,7% del apoyo popular contra el 37,2 de su adversario, escrutado el 91,5% de los sufragios.

En total, las 10 internas republicanas de ayer pusieron en juego 419 delegados, más de un tercio de los 1.144 que un aspirante necesita para ser proclamado oficialmente candidato presidencial en la Convención Nacional Republicana que se celebrará a finales de agosto en Tampa, Florida.

Romney continúa liderando el recuento de delegados, al lograr sumar con los nuevos resultados de anoche un total de 305, bastante por delante de los 126 con que quedó Santorum, ex senador por Pensilvania, según cálculos de la cadena de noticias CNN.

Le siguen el ex presidente de la cámara Baja Newt Gingrich, con 90, y el congresista libertario de Texas Ron Paul, con 52, de acuerdo al conteo de la emisora estadounidense.

Cuando ya se conocían tres de sus victorias, Romney habló ante decenas de partidarios en Boston, Massachusetts, donde volvió a criticar las políticas adoptadas por Obama, posicionándose como el candidato que puede “ofrecer un nuevo comienzo” al país.

“Esta campaña es más que reinstaurar a un presidente, es reinstaurar la promesa de Estados Unidos, y lo vamos a hacer”, dijo el favorito en las encuestas a nivel nacional, afirmando que Obama “se quedó sin ideas, sin excusas y vamos a sacarlo de la Casa Blanca”.

Por su parte, el ultraconservador Santorum eligió el estado de Ohio para recibir los resultados y asegurar a sus seguidores que es él el candidato que puede “sustituir” al actual mandatario en noviembre.

“Necesitamos una persona que haga campaña contra Obama que sea sincera con el público estadounidense”, dijo, reprobando también el trabajo del líder de la Casa Blanca y haciendo especial hincapié contra su reforma sanitaria.

Por otro lado, Gingrich ganó cómodamente en su Georgia natal en lo que se esperaba sería su única victoria en los diez estados en juego en las elecciones del Supermartes.

Posicionado tercero en la carrera por los delegados, Gingrich dio desde Atlanta, Georgia, un discurso también con tono presidencial al asegurar ser el “único candidato que tiene la capacidad de debatir con decisión” contra Barack Obama en la campaña hacia Washington.

Paul, quien hasta ahora no ganó ningún estado, continuó sin embargo sumando delegados esta noche y no dio indicios de estar planeando abandonar la contienda, y además esperaba un buen desempeño en el caucus de Alaska, el décimo estado donde se votó en el Supermartes.

Tal lo pronosticado por los analistas, la esperada jornada electoral no ofreció hasta ahora mayor claridad en una reñida interna republicana que no logra definir al candidato partidario que impida cuatro años más de administración demócrata.

Obama, el rival que los espera en los comicios del 6 de noviembre, se metió de lleno en el Supermartes republicano con una conferencia de prensa en la Casa Blanca en la que criticó la opinión favorable de sus rivales republicanos a atacar a Irán y los acusó de “batir los tambores de la guerra”.

Para Romney resultaba clave hacerse con el máximo de victorias posible para reafirmar un liderazgo en la carrera republicana que, pese a encabezarla de forma consistente, sigue esquivándole en la opinión pública.

Especialmente importante era considerada la victoria en Ohio, porque ningún republicano ha logrado jamás ser elegido presidente sin ganar en ese estado, cuyos votantes representan además una mezcla que refleja con bastante exactitud el espectro nacional de electores.

(Con información de Télam)