El periodo transcurrido desde el anterior congreso estuvo marcado por la desintegración de la URSS y la desaparición del campo socialista, hechos que provocaron serios trastornos en el desenvolvimiento de la economía cubana y que desembocaron en el Periodo Especial en Tiempos de Paz. A ello se unió la política de la administración norteamericana para recrudecer el bloqueo económico, financiero y comercial y tratar de destruir la Revolución, evidenciado con la puesta en vigor, el 24 de octubre de 1992, de la llamada Ley Torricelli y ante su indiscutible fracaso, la promulgación, casi cuatro años después, de la Ley Helms-Burton, con la intención de internacionalizar el cerco contra Cuba. Además, el gobierno de Estados Unidos desarrolló una verdadera guerra económica contra el país, que incluyó presiones de todo tipo sobre gobiernos, organismos económicos y financieros internacionales, empresas e individuos.
Todo ello hizo que el Congreso encontrara una sociedad cubana con grandes transformaciones. Reformas constitucionales que permitieron reestructurar el comercio exterior y las relaciones económicas externas, así como ampliar la inversión extranjera en la búsqueda de capital, tecnología y mercados. Además, modificaciones de precios, promulgación de un nuevo sistema tributario, ampliación del trabajo por cuenta propia, despenalización de la tenencia y uso de las divisas, cooperativización de una parte importante de las granjas estatales, impulso al turismo internacional, como el sector de mayor dinamismo y capacidad para generar ingresos en divisas en plazos relativamente breves, y también por su potencial para propiciar la reanimación e integración de otros sectores, y estimular el empleo. También se implementó una estrategia para cubrir la demanda de energía eléctrica y compensar la escasez de combustible.
Previamente fue debatido el documento “El Partido de la Unidad, la Democracia y los Derechos Humanos que defendemos”, inicialmente con la militancia y luego con el resto de la población, con la participación de seis millones y medio de cubanos mayores de 14 años. El 90 % de los participantes aprobó el texto sin propuestas de modificaciones o adiciones.
Los conceptos y tesis refrendadas en este documento, que de hecho significó la Resolución Política del V Congreso, constituyeron para los comunistas y revolucionarios cubanos una referencia esencial en el arsenal ideológico para enfrentar con éxito a la subversión político ideológica dirigida por el imperio contra Cuba.
En su informe, Fidel expresó que el Congreso que le antecedió había delineado un esquema de resistencia, cuya exactitud había propiciado que la economía detuviera su caída y comenzara el fatigoso ascenso de la recuperación, y evaluó el trabajo realizado desde el IV Congreso, así como la situación nacional e internacional y el conjunto de factores que de uno u otro modo habían incidido en la preservación de las conquistas de la Revolución y el socialismo en nuestro país, la consolidación y el avance hacia nuevos propósitos.
Respecto al documento “El Partido de la Unidad, la Democracia y los Derechos Humanos que defendemos”, Fidel señaló en el informe central que “uno puede sentirse orgulloso de que materiales como ese salgan de este Congreso, donde están tan bien recogidos los principios, las ideas esenciales; donde con tanta fuerza y elocuencia se defienden nuestro socialismo”.
“Fueron aprobadas otras tres resoluciones: una sobre el informe central; una segunda sobre los Estatutos del PCC y la tercera, sobre la Política Económica, estudiada por las organizaciones de base después del Congreso, en la que se trazaron las principales líneas para el desarrollo económico y social con vistas a la etapa que se iniciaba.
El Congreso trazó las pautas para las batallas futuras de la Patria. Aprobó el Comité Central, integrado por 126 miembros, y el Buró Político. Fueron ratificados Fidel y Raúl como Primer y Segundo secretarios del Partido.
En un contexto nuevo, complejo y difícil, en medio del Periodo Especial, agravado por el férreo bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por la administración norteamericana, así como de dificultades ocasionadas por la presencia de fenómenos naturales que ocasionaron serios daños al país, en horas de la tarde del 16 de abril del 2011 —aniversario 50 de la declaración del carácter socialista de la Revolución y de la fundación del Partido—, inició sus sesiones el VI Congreso con la presencia de 986 delegados de los 1 000 elegidos en representación de la militancia. Asimismo, se encontraban presentes 97 invitados.
A diferencia de los congresos anteriores, el VI centró su atención en el análisis de los principales problemas económicos que afectaban el país.
Previo a su realización se desarrolló un profundo proceso de debate de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución en los núcleos del Partido, la UJC y las organizaciones de masas y estudiantiles. El debate involucró a casi nueve millones de cubanos, que hicieron más de tres millones de intervenciones que se agruparon en 781 644 opiniones, las cuales fueron tenidas en cuenta y permitieron modificar o integrar al 68 % de los lineamientos propuestos inicialmente e incorporar 36 lineamientos nuevos.
En el Informe Central presentado por el Segundo Secretario, General de Ejército Raúl Castro Ruz, se incluyeron directrices sobre diversos tópicos, aun cuando el Congreso se concentraría posteriormente en la actualización del modelo económico, con el objetivo de garantizar la continuidad e irreversibilidad del Socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida de la población, conjugados con la necesaria formación de valores éticos y políticos en las actuales y futuras generaciones de cubanos.
Entre otros temas abordados en el Informe Central estuvieron el papel del Estado, la adecuada correlación entre centralización y descentralización en las decisiones, el reordenamiento de la fuerza laboral, el desarrollo del trabajo no estatal, la eliminación del igualitarismo sin afectar la igualdad, la situación internacional, la política de Estados Unidos contra Cuba, la defensa de la Revolución y la Guerra de Todo el Pueblo, así como la diversidad de conceptos e ideas de la población cubana y cómo trabajar en esas condiciones.
Un aspecto esencial del Informe se refirió al proceso de discusión de los Lineamientos, así como a la necesidad de que los acuerdos que emanaran del Congreso fueran cumplidos cabalmente. De igual forma, se abordó profundamente el papel del Partido en las nuevas condiciones y la necesidad de fortalecer el trabajo político y modificar los métodos y estilo de trabajo.
Raúl esbozó, además, un grupo de criterios en el trabajo con los cuadros entre los que se destacan la necesidad de fortalecer el espíritu democrático y el carácter colectivo de los órganos de dirección en todos los niveles, la importancia de promover a los cuadros en la medida de que alcancen la experiencia y la preparación debida, así como limitar, a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales.
El Congreso aprobó cuatro resoluciones: sobre los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución; sobre el perfeccionamiento de los Órganos del Poder Popular, el Sistema Electoral y la División Político Administrativa y sobre el Informe Central. Acordó, además, convocar a la Primera Conferencia Nacional del Partido.
El VI Congreso eligió al Comité Central integrado por 95 miembros. En él, por primera vez, dejó de estar presente el líder de la Revolución Cubana y fundador del Partido, el compañero Fidel Castro Ruz.
El Congreso concluyó el 19 de abril del 2011 con las palabras del recién electo Primer Secretario del Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, quien reiteró que para alcanzar el éxito en la tarea que se avecinaba, era preciso concentrarse en hacer cumplir los acuerdos del Congreso bajo un denominador común en la conducta de los revolucionarios: el orden, la disciplina y la exigencia.
La Primera Conferencia Nacional sesionó durante los días 28 y 29 de enero del 2012, dedicada a evaluar con objetividad y sentido crítico el trabajo del Partido, así como determinar con voluntad renovadora las transformaciones necesarias para situarlo a la altura que demandaban las circunstancias histórico-concretas.
La reunión estuvo precedida por el debate del proyecto de Objetivos de Trabajo del Partido, tanto en los organismos y organizaciones de base del Partido y la UJC, como en las organizaciones de masas y sociales. Durante este proceso se realizaron más de 65 000 reuniones donde se recogieron cerca de un millón de opiniones como resultado de las cuales se modificó el 78 % de los objetivos propuestos y se incorporaron cinco nuevos.
Uno de los aspectos principales a los cuales llamó la atención la cita partidista fue el análisis y el control del cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social de modo sistemático y diferenciado. La Conferencia estableció que los organismos y las organizaciones de base, en sus reuniones ordinarias, trataran con prioridad y sistematicidad asuntos relacionados con la implementación y el cumplimiento de los Lineamientos, la ejecución del plan de la economía o del presupuesto asignado, y enjuiciaran críticamente el papel que el propio Partido desempeña en esta actividad; de igual modo, se decidió que los plenos del Comité Central, en sus dos reuniones anuales, contemplaran en su agenda, entre otros, estos asuntos.
La Conferencia enfatizó el papel del trabajo político e ideológico como uno de los fuertes pilares para la labor del Partido en interés del cumplimiento de los Lineamientos. El enfrentamiento a las manifestaciones de corrupción, el delito y las ilegalidades fue tratado de modo objetivo y con profundidad en los debates de la cita partidista; sobre lo cual se llamó a priorizar la acción del Partido en la prevención.
La Primera Conferencia Nacional del PCC aprobó el documento “Objetivos de Trabajo del Partido Comunista de Cuba”. Además, tomó otros acuerdos:
•Facultar al Comité Central para que, en correspondencia con los Objetivos aprobados, decidiera las modificaciones que estimara pertinentes a los Estatutos del Partido.
•Responsabilizar al Buró Político para que siguiendo las indicaciones del Comité Central, apruebe y ponga en práctica las modificaciones necesarias a las estructuras y reglamentos del Partido.
•Encomendar al Buró Político la implementación de los Objetivos de Trabajo, mediante la acción del Secretariado y las estructuras del Partido, hasta las organizaciones de base.
•Atendiendo a que la Conferencia Nacional no incorporó nuevos miembros al Comité Central, facultar a este organismo, para que pueda cooptar, por esta vez, hasta un 20 % del número de integrantes aprobado por el VI Congreso, en el periodo que comprende el presente mandato.
En las palabras de clausura, el Primer Secretario del Partido, General de Ejército Raúl Castro, al referirse al papel jugado por Fidel en la conducción del proceso revolucionario cubano precisó: “No olvidemos que solo el Partido, como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, solo el Partido, repito, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en el único Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro Ruz”.
(Con información de Granma)
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