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Autoabastecimiento en Casa

Publicado el 22 marzo 2017 en Noticias

La producción de alimentos en la Isla de la Juventud

Jesús Montané llegó a las 1 721 toneladas de tomate entregadas a la industria, un récord histórico para el territorio pinero

Dicen que este territorio es tierra de tesoros ocultos y que no pocos han echado aquí su suerte tratando de encontrarlos. Tal fama llevó incluso a que algunos le cambiaran el nombre a lo largo del tiempo, aunque nunca un hallazgo de importancia haya apuntalado tales comentarios.

La verdadera riqueza de la isla, sin embargo, salta al primer contacto con los pineros. Hay en ellos una calidez bonachona y una capacidad de trabajo admirables. Si te hablan de sueños y proyectos, no importa qué tan grandes sean, uno tiene la certeza de que los harán realidad solo con ver el empeño que ponen en lograrlo y el entusiasmo que los impulsa.

No obstante, el municipio especial tiene hoy un programa de desarrollo integral que ampara muchas de esas aspiraciones, de modo que concretar la voluntad de autoabastecerse se ve mucho más cercano en el horizonte.

El municipio especial tiene hoy un programa de desarrollo integral de la producción

Tomás Betancourt López, director general de la empresa agroindustrial comandante Jesús Montané Oropesa

Así lo trasluce Tomás Betancourt López, director general de la empresa agroindustrial comandante Jesús Montané Oropesa, cuando explica todo lo que hace la entidad que dirige.

Alrededor de 1 200 personas trabajan en sus nueve unidades empresariales de base (UEB) activas, los cuales se ocupan de asuntos tan disímiles como la producción de granos, frutas y cítricos, café, cultivos varios, tabaco y hortalizas [1].

Han tenido que ir adaptándose a los cambios del clima, y aun cuando reconocen el apoyo del país en lo que se refiere a fertilizantes, no se han quedado de brazos cruzados y buscan variantes que van desde la determinación de los cultivos más adecuados para suelos tipo 3, hasta la producción de biofertilizantes.

LA CONQUISTA DE ISLA DORADA

Este miércoles la Jesús Montané llegó a las 1 721 toneladas de tomate entregadas a la industria [2], un récord histórico para el territorio que seguirá creciendo, pues aún no acaba la cosecha.

Con esos niveles de producción era imposible continuar trabajando en las condiciones en las que estaba la industria. Fue por ello que el país aprobó la compra de una nueva línea de procesamiento ascéptica, a un costo de un millón 400 000 euros, y que permite procesar 2,5 toneladas por hora; un resultado que antes tomaba entre diez y 12 horas, con menos calidad.

El montaje requirió de 14 días de intensa labor sin dejar de producir. «Fue difícil», recuerda Armando, uno de los mecánicos, quien afirma que el enfrentamiento a una nueva tecnología fue lo más complejo.

Especialistas del Cedai, de la empresa de calderas, asesores de los colegas de Ceballos, la dirección del Partido y el Gobierno en el municipio y los técnicos extranjeros que participaron en el montaje; todos dieron el máximo apoyo a los trabajadores de la Jesús Montané para poder instalar el moderno equipamiento, aprovechando el espacio de la vieja industria.

Pero echarla a andar no fue lo único que ocurrió en la empresa agroindustrial. Como parte de la recuperación de la planta donde antes se procesaba el cítrico, se decidió comenzar por rescatar los talleres de maquinado y automotriz.

«Era imprescindible si queremos buscar sostenibilidad en el matenimiento de los equipos y las reparaciones», explica Betancourt López, a lo que Roberto Suárez, Japa, uno de los puntales de esta rama en la empresa, añade sin demora: «Esto es constante, día y noche. Hasta estando en la casa te llaman. Pero hay que batallar».

Asimismo, se rescató el área de calderas para dar energía a la nueva línea y se está trabajando en el suavizador de agua.

Hasta el momento, del equipamiento nuevo está funcionando solo el concentrador, pero el resto de la obra está a punto, y desde ya aseguran que allí se prepara el mejor puré de tomate del país: «100 % puro», afirman. Isla dorada es la marca bajo la cual lo comercializan, al igual que la mermelada de mango y otras conservas de frutas.

REVIVIR EL FESTIVAL DE LA TORONJA

La aspiración es plantar 2 000 hectáreas de cítricos hasta el 2030 y hasta ahora solo hay 280, pero quien sabe de agricultura conoce que aunque los números son importantes y la voluntad necesaria, nada se consigue sin una buena semilla. Mucho más en el caso de estos cultivos, que en todo el país y en particular en este sitio donde eran cultura y vida, fueron severamente afectados por la plaga conocida como Huan Long Bing.

Tener posturas de calidad ha sido prioritario entonces, y hacia ese propósito está destinada otra de las grandes inversiones de la empresa agroindustrial: el vivero protegido.

Nueve casas de cultivo se levantan ya en la zona del bombeo Sierra Maestra y se encuentran en fase de tapado. Paralelamente, se trabaja en una nave para la lombricultura, que propiciará biofertilizantes para mejorar la calidad de los suelos; así como en la casa de llenado de las bolsas.

El 30 de marzo debe entregarse esta área, con capacidad para 30 000 posturas por casa, y en la cual ya están instalados el sistema de bombeo, que garantizará el agua, y el moderno equipo de fertiriego, completamente automatizado.
«Estamos contra reloj —dice el director de la empresa—, pero tenemos que hacerlo para cumplir con nuestro objetivo de recuperar el cítrico».

El plan para ello inició en el 2013, comenta Yoel Saborit, jefe de producción de la UEB de cítricos y frutales. En aquel momento se plantaron 54 hectáreas y hoy ya tienen 280 de toronja, lima persa y naranja, mas llegar a las 2 000 son palabras mayores, por eso es tan necesaria esta obra.

Allí trabajan día a día dos brigadas de Gelma en Pinar del Río, una de ese mismo grupo en la Isla de la Juventud y las dos de la empresa. En total, suman un millón 800 000 pesos los invertidos, de los cuales 666 000 fueron euros.

«Tenemos que revertir ese dinero y la tecnología en calidad de las posturas, considera Tomás Betancourt. Vamos a recuperar el festival de la toronja, que ahora se ha convertido en las fiestas pineras. Vamos a recuperarlo con toronjas de verdad».

LOS RETOS DE AUTOABASTECERSE

Sin duda alguna, las condiciones de insularidad y las dificultades con el transporte de las mercancías, le imponen al municipio especial, como a nadie en el país, el reto de autoabastecerse.

De eso son conscientes los trabajadores del sistema de la agricultura y en particular los de la empresa ganadera que, dirigidos por Aracelis Leyva, llevan adelante varios programas para tratar de lograr lo que ya ocurre con el huevo y la carne de cerdo: no depender de envíos.

En el año 2016, en la Isla de la Juventud se produjeron 3 600 toneladas de carne de cerdo, un récord para el territorio, pero no por eso se han detenido; muestra de ello es el centro multiplicador de La Reforma, al que se le dan sus últimos retoques.

La intención es tener capacidad para producir 1 450 reproductoras y, de esta manera, no tener que traerlas desde la isla grande.

El autoabastecimiento es también una motivación para los avicultores de Mal País I, quienes el año pasado criaron 11 700 pollos de ceba, equivalentes a 17 toneladas de carne limpia. El pro­cedimiento aplicado les permite obtener dos kilogramos de peso por ave en 40 días, y para el 2017 esperan de esta forma lograr 60 toneladas.

Borja Toirac Martínez, veterinaria del lugar, explica que trabajan intensamente también en la ceba de pavos, de los cuales aspiran a producir 59 toneladas de carne limpia este año.

Cerca de allí, en Mal País II, se habla de una minindustria que complemente la producción de huevos de codorniz, como un paso necesario en la diversificación.

Aracelis Leyva no se muestra envanecida con los resultados, sino comprometida con los nuevos proyectos, especialmente en la ganadería, donde si notable es el esfuerzo en la recuperación, mucho más es el hecho de que se haga a partir de viejas estructuras deterioradas o subutilizadas.

El taller central de la Unidad Funcional Agropecuaria (UFA) La Reforma es un buen ejemplo. Allí los propios trabajadores de la empresa ganadera rehabilitaron el área que estaba perdida en el marabú (300 hectáreas) y dejaron el lugar en condiciones para darle atención a todo el equipamiento que ha ido llegando para el desarrollo de esta actividad.

La UFA La Reforma tendrá como objetivo la producción de leche, para lo cual cuenta con diez unidades en las que aspiran a obtener 2 millones de litros en el 2020.

Carlos Díaz, director de la dirección Integrada de Proyectos, comenta entusiasmado cómo está prevista la utilización de las 1 200 hectáreas de esta UFA, donde se le ha dado importancia capital a la producción de alimentos. En este sentido, sobresale el trasvase por gravedad desde la presa Briones Montoto, que permite regar 120 hectáreas dedicadas a forraje, para complementar centralizadamente las ocho que tiene cada vaquería.

Leche, huevos, carne… Poco a poco toman cuerpo planes que son vitales para el territorio. A ello se suma la producción de arroz, de las cuales el municipio especial requiere 4 300 toneladas para suplir su demanda interna.

Hoy se encuentran en desarrollo 750 hectáreas en la zona de Mella, a través de productores de la CCS Celia Sánchez, y se trabaja en Sabana Grande y Ciro Redondo como los enclaves fundamentales para este cultivo.

Los rendimientos se han comportado a tres toneladas por hectárea, todavía por debajo de lo necesario, pero la experiencia y las inversiones deben tributar a un incremento de este.

Destaca la labor realizada en el área de Mella, donde el agua era una dificultad. Se precisaban 11 millones de metros cúbicos (m3) y han tenido que ingeniárselas para garantizarlos; una parte trayendo el líquido por gravedad desde la presa Las Tunas, distante a nueve kilómetros; otra por la recuperación de la derivadora sobre el río La Jagua y la última a través de una inversión que involucra a la laguna Cayo Redondo.

En este último caso, además de las tuberías para el traslado del agua por gravedad, se está construyendo un estanque y una estación de bombeo. «La inversión es grande, comenta Carlos Díaz, pero se puede recuperar con la producción, pues se sustituyen importaciones y se elimina el gasto de combustible del traslado».

Esto se complementa con el laboratorio, el secadero y el molino que hay en la empresa agroindustrial. En el primero se comprueba la humedad, grado de impureza y temperatura del grano que permite el pago justo a los productores, además de realizar pruebas de rendimiento industrial.

A esta instalación, ya en funcionamiento, se une lo que ocurre en el denominado Complejo Industrial, habilitado en las instalaciones de una envasadora de cítricos que nunca se llegó a poner en uso. Allí las naves se convertirán paso a paso en secadero, molino y área de almacenamiento para el arroz, pero también acogerán un aserrío, carpintería en blanco y talleres, entre otros espacios que requieren el desarrollo forestal y de granos.

Como testigo de esa voluntad está el vivero del programa de forestal y del café. Este último igualmente destinado a la autosuficiencia del municipio, para la cual pretenden sembrar 250 hectáreas hasta el 2020, de las cuales ya hay cerca de 150 plantadas.

Puede que a la vuelta de los años en la Isla de la Juventud no se encuentren tesoros piratas, pero mientras quienes la habitan conserven la capacidad de soñar y construir, harán posible las riquezas. Por lo pronto la mayor de todas salta a la vista, justo al primer contacto con su gente cálida y bonachona.

(Tomado de Granma [3])


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[2] industria: http://redaccionmr.cubadebate.cu/etiqueta/Industrias

[3] Granma: http://www.granma.cu/cuba/2017-03-02/tesoros-hechos-en-casa-02-03-2017-22-03-02

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