Los eventos en escalamiento que están siendo ejecutados por los organismos de seguridad venezolanos vienen enmarcados en la Operación Manos de Papel, que consta de un conjunto de acciones coordinadas desde el Ministerio de Interior y Justicia, la Fiscalía General de la República, entre otros entes gubernamentales y de seguridad. Estas apuntan al desmantelamiento progresivo de un conjunto de operaciones locales de ataque a la moneda venezolana, que están tipificadas en la Ley de Ilícitos Cambiarios y la Ley Contra la Guerra Económica.
A lo sumo se ha decidido la intervención de Banesco y el nombramiento de una nueva Junta Directiva transitoria, la medida se toma con el objetivo de “garantizar el pleno funcionamiento y la prestación del servicio” de la entidad. La intervención está prevista en un lapso de 90 días y el banco ha quedado capitaneado bajo la dirección de la viceministra de Finanzas Yomana Koteich, quien ha dirigido previamente entidades bancarias del Estado.
Las acciones que estarían en ejecución con presunta participación de las instancias decisoras bancarias en cuestión, han sido consideradas lesivas a la economía venezolana por contribuir a impactar sensiblemente el valor nominal del bolívar y por torpedear el flujo regular de papel moneda para las transacciones financieras de la población.
Por un lado, las pesquisas preliminares y hallazgos en el terreno revelados por el fiscal general Tarek William Saab en el marco de la Operación Manos de Papel, dan cuenta del bloqueo de más de 1 mil 300 cuentas involucradas en actividades ilegales contra la economía, siendo más de 1 mil de ellas sólo de la entidad Banesco.
Las “irregularidades que atentan contra la moneda venezolana”, según las palabras de las autoridades venezolanas, apuntan a la legitimación de la tasa del dólar paralelo mediante las operaciones bancarias por transferencias desde Colombia y Panamá. Banesco y su subsidiaria Banesco Panamá, habrían de participar en una operación de alto centrifugado de la moneda, legitimando y operando acorde al dólar paralelo, en grandes escalas y a expensas de un reducido grupo de agentes económicos que estarían usando esta plataforma bancaria para introducir al tejido económico venezolano, desmanes tipificados como ilícitos cambiarios.
La Operación Manos de Papel había desmantelado previamente mediante la captura de sus responsables los ilícitos cometidos por el marcador Dolar Pro, allanándose los bienes y congelándose las cuentas de sus apoderados, quienes habrían consolidado incontables y obscenos beneficios económicos gracias a la manipulación del valor del bolívar frente al dólar.
Este conjunto de operadores han sido denominados “mafias” por el Estado venezolano, por tratarse de infractores y operarios de la manipulación de la tasa paralela del bolívar frente al dólar y otras monedas extranjeras. Estos agentes, manejadores y partícipes de dicho mercado, se verían ampliamente beneficiados por obtener ingentes ganancias de una tasa manipulada, con comportamientos exabruptos, a expensas de fijaciones cartelizadas y exorbitantes.
Por otro lado, las autoridades venezolanas se han referido a la alteración del flujo del cono monetario venezolano por parte de las entidades bancarias, con el agravante de la extracción masiva de billetes hacia Colombia por parte de los banqueros.
Esto supone, además de la legitimación de la tasa paralela, la ejecución de ilícitos cambiarios “sin dejar rastro” de operaciones electrónicas como las transferencias. Deviniendo además en el lesivo hecho para la economía venezolana de la extracción de la moneda física, la cual es un bien escaso y sujeto al escamoteo en las actividades económicas rutinarias en las que se desenvuelve la población.
Para el 21 de abril se había producido la captura de más de 100 operadores del contrabando del papel moneda en el marco de esta operación. A los operadores locales de los ataques a la moneda se les confiscaron bienes en papel moneda nacional y extranjera y un importante número de propiedades.
En cifras: para esa fecha los hallazgos se centraron en cuentas en 19 bancos venezolanos, entre públicos y privados, con un récord de 3 billones de bolívares, cuentas con tasa financiera promedio que superan los 20 billones de bolívares. Para hacer una referencia comparativa de estos montos: a finales de marzo pasado el presidente Maduro aprobó casi 12 billones de bolívares para ejecutar 472 obras públicas priorizadas en todo el territorio nacional. Algunas de ellas de gran calado, asociadas a los avances en el sistema ferroviario nacional. Un monto que luce sumamente menor a los montos en las referidas cuentas bancarias.
Desde mediados de marzo y hasta inicios de mayo el dólar paralelo pasó de más o menos unos 350 mil bolívares por dólar y ha superado en ocasiones la barrera de los 700 mil bolívares por dólar. Una depreciación artificial del bolívar de más de 100% en apenas un mes y medio, luego de escaladas dolorosas previas que habían impactado el bolsillo de la clase asalariada.
Estas constantes subidas del dólar paralelo y los comportamientos económicos desbocados que detona, reducen dramáticamente el salario real, anulando casi en el acto los efectos que pudieran generarse en los ajustes nominales del salario que ha decretado el ejecutivo venezolano.
Por otro lado, la escasez de efectivo, de papel moneda, ha venido a incrementar las variables inflacionarias cuando se instala en la economía real un abultamiento de los precios en bienes y servicios adquiridos mediante puntos de venta y transacciones electrónicas. El efectivo, que se ha convertido en una mercancía que en ocasiones es vendida al 300% de su valor, viene a ser otro componente de la crisis económica venezolana, producto del “bachaqueo” de billetes a Colombia y de su acaparamiento por agentes económicos y del boicot bancario.
Se trata de una economía en guerra, que no deja tregua alguna, por parte de factores denominadores de los ataques al bolívar y que parecen directamente vinculados a la matriz electoral. No hay que perder de vista el contexto político. Henri Falcón, de la mano de los agentes de Torino Capital y más allá de ellos, el influyente economista Steve Hanke, vienen promoviendo la dolarización de Venezuela a expensas de una inflación galopante que se ha acelerado gracias a los desmanes articulados contra la moneda venezolana.
Pero las conexiones pro-dolarización de Venezuela alcanzan suelo estadounidense. A esta trama se le unen factores pertenecientes al entorno empresarial estadounidense. Según una investigación divulgada por Misión Verdad, la ONG venezolana Cedice Libertad, promotora de la dolarización de Venezuela, es patrocinada por el Instituto Cato de EEUU, un tanque de pensamiento que en territorio estadounidense recibe fondos de Koch Industries Inc., el afamado conglomerado empresarial de los “Hermanos Koch” (Charles G. y David H. Koch), poseedores de una fortuna conjunta de casi 95 mil millones de dólares. Koch Industries Inc. es líder en EEUU en el mercado de refinación de crudo, derivados petroleros y petroquímica.
De esta manera se articulan los sostenidos ataques a la moneda venezolana, con una campaña electoral vestida de inocencia que promueve la dolarización de Venezuela como “solución mágica” a tan enrarecido contexto económico. El ofrecimiento para que la Reserva Federal de EEUU controle el sistema monetario venezolano, pasa también por la urgencia de confiscar una economía petrolera para dolarizarla y darle un nuevo aliento al petrodólar, seriamente amenazado desde el lanzamiento de los futuros petroleros chinos denominados en yuanes en el mercado mundial (petroyuan), convertibles al oro.
El Gobierno venezolano y el directorio político y económico del chavismo empieza a constituir la ejecución de su política de seguridad integral frente a estas amenazas, cuyo eje transversal económico se está desarrollando justo ahora mediante la Operación Manos de Papel, pero también de cara a un complejo entramado repleto de aristas que someten el hecho económico venezolano a la lucha por su gobernanza o su fragmentación.
El presidente Nicolás Maduro insiste en consolidar la victoria política del 20 de mayo para luego actuar en consecuencia sobre cuestiones medulares de la economía. Evidentemente solicita al país contar con un respaldo político que será esencial para abordar lo que podría ser un estremecimiento severo de las estructuras económicas. Al consolidar el poder el 20 de mayo, y superando las afrentas electorales, Maduro contaría con luz verde para asumir, probablemente, tocando intereses sensibles que no ha podido tocar antes de estas elecciones y los meses anteriores, signados por un cuadro de inestabilidad política.
En el frente externo, la lucha por la gobernanza económica y política de Venezuela es un talante a considerar en la ecuación de las grandes operaciones de asfixia financiera y comercial que EEUU ejecuta contra el país, y cómo las enfrentará el chavismo. El directorio económico y de seguridad venezolano está saneando la economía transversalmente. Desde PDVSA, pasando por la banca privada, el sentido de estas medidas va en preparar al país frente a nuevos escenarios que tendrán el componente de revertir la crisis mientras lidia con la injerencia externa.
(Con información de Misión Verdad)
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