Abe declaró ayer a la prensa que su objetivo con la cita de este jueves es cerciorarse de estar en la misma línea que Trump antes de la esperada cita con Kim el próximo 12 de junio en Singapur.
Quiero asegurarme de estar en sintonía con el presidente para poder avanzar en los asuntos nucleares y de misiles y, lo más importante, el problema de los secuestros de ciudadanos japoneses, y lograr una cumbre exitosa, declaró.
Japón insiste en reiterar la estrecha colaboración con Washington en un contexto diplomático en el cual no quiere quedar relegado en relación con el nuevo panorama que vive la península de Corea, marcado por la distensión.
De acuerdo con medios nipones, Abe quiere reafirmar que su nación y Estados Unidos colaborarán para persuadir a Corea del Norte de que renuncie a su programa nuclear de forma completa, comprobable e irreversible.
A su vez, el diario norteamericano The Washington Post expresó que el viaje apresurado del primer ministro sugiere que los líderes japoneses tienen profundas preocupaciones sobre el enfoque de la administración Trump hacia Corea del Norte, así como sobre el comercio y las relaciones con China.
El ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Taro Kono, ha insistido en que no cree que haya diferencias entre Estados Unidos y su país.
Sin embargo, los funcionarios del territorio asiático están cada vez más preocupados ante la posibilidad de que los líderes estadounidenses pasen por alto a Tokio mientras llegan a acuerdos que tendrán un impacto en los intereses nipones, indicó el Post.
Estados Unidos y la RPDC sorprendieron al mundo en marzo pasado cuando anunciaron la disposición de celebrar un histórico encuentro entre sus líderes, luego de meses de altas tensiones y ataques verbales.
Desde entonces el camino que ha conducido hasta la cita del próximo martes ha estado marcado por algunos tropiezos y diferencias que llevaron a Trump a anunciar la suspensión de la cumbre, pero el viernes pasado el republicano confirmó que tendrá lugar en la fecha y lugar previstos.
Ese día, tras recibir en la Casa Blanca a Kim Yong-chol, vicepresidente del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, el mandatario estadounidense sostuvo que la reunión en Singapur podría ser la primera de varias para realizar negociaciones entre los dos países.
La RPDC ha enfrentado años de aislamiento y sanciones económicas por sus programas nucleares y de misiles que considera defensivo y disuasivo ante las amenazas de Estados Unidos y sus aliados.