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Guerra comercial afectan relaciones EEUU-Canada

Guerra comercial entre Estados Unidos y Canada afecta relaciones entre ambos países

Los insultos del presidente Donald Trump y miembros de su administración hacia el primer ministro Justin Trudeau evidenciaron el deterioro de las estratégicas relaciones entre Canadá y Estados Unidos, a raíz de visiones encontradas sobre prácticas comerciales.

Aunque la cumbre de líderes de las siete naciones más industrializadas del planeta (G7), pudo servir para limar diferencias entre ambos gobiernos, la intempestiva reacción del mandatario estadounidense las ahondó aún más.

El líder republicano, el último en llegar y el primero en irse de la cita efectuada el 8 y 9 de junio en La Malbaie, provincia de Quebec, sin alcanzar un acuerdo en torno a la guerra comercial iniciada por Estados Unidos contra sus aliados, criticó el comunicado final de la reunión.

Durante la rueda de prensa al término del cónclave, Trudeau desmintió las declaraciones de Trump acerca de que los miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) estaban cerca de un consenso sobre la llamada cláusula de culminación -sunset-, propuesta por Washington para terminar automáticamente con el acuerdo comercial cada cinco años.

Ello enervó los ánimos del magnate presidente y mediante su cuenta de Twitter calificó a Trudeau de ser ‘sumiso’, ‘deshonesto’ y ‘débil’ en la cumbre y de hacer declaraciones ‘falsas’.

Asimismo, el asesor comercial del gobernante estadounidense, Peter Navarro, arremetió contra el jefe de Gobierno y declaró a la cadena Fox News que ‘hay un lugar especial en el infierno para cualquier líder extranjero que participe en diplomacia de mala fe con Trump y luego trate de apuñalarlo por la espalda’.

Dos días después, Navarro se disculpó por el ataque verbal contra el líder canadiense.

Tensiones acumuladas

El 1 de junio, el jefe de la Casa Blanca ordenó elevar los aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Canadá, México y la Unión Europea.

En respuesta, Ottawa anunció que podría imponer a Washington aranceles por un valor de 16 mil 600 millones de dólares a materias primas y productos tan disímiles como el propio aluminio y acero, barriles de cerveza, whisky, papel higiénico y hasta lacas para el cabello.

Durante una visita a Washington el 12 y 13 de junio, la canciller canadiense, Chrystia Freeland, calificó de ilegales y absurdas las tarifas impuestas por Trump, y defendió la adopción de medidas recíprocas al reunirse con miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

Puso en dudas que se justificara esa medida con la Sección 232 de la Ley comercial de Estados Unidos, mediante la cual se argumenta que las tarifas responden a motivos de seguridad nacional.

Las divergencias a nivel político entre los dos tradicionales aliados afloraron poco después de que Trump asumiera la presidencia y apuntara los dardos hacia el Tlcan, mecanismo que desde 1994 también integra a la economía de México.

Con el avance del proceso de renegociación, no pocos funcionarios canadienses exteriorizaron su frustración por las presiones que ejerce Washington para moldear un acuerdo favorable a sus intereses, bajo amenaza de abandonarlo.

A fines de mayo, el propio Trudeau se refirió a la cancelación de una reunión con Trump debido a los intentos de manipular los resultados del acuerdo.

Indicó que durante una conversación telefónica con el jefe de la Casa Blanca el 25 de mayo, sugirió dialogar -incluido el presidente mexicano Enrique Peña Nieto-, a fin de limar asperezas en torno a la modernización del área de libre comercio.

Y agregó: A Trump pareció gustarle la idea; pero días después, el vicepresidente Mike Pence llamó para decir que la Casa Blanca sería la anfitriona de la reunión, pero con una condición.

Tenía que aceptar incluir en la negociación del Tlcan una cláusula de extinción mediante la cual cada cinco años el acuerdo llegaría a su fin, a menos que las partes decidieran renovarlo, lo cual es completamente inaceptable para nosotros, argumentó el líder canadiense y reiteró que Ottawa no acepta tales condicionamientos.

Antes, en diciembre de 2017, Canadá inició contra Estados Unidos una amplia disputa sobre aranceles antidumping y compensaciones ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La canciller Freeland explicó que la acción legal responde a las ‘injustas e injustificadas’ medidas del país vecino contra productores canadienses de madera blanda y como parte de un ‘litigio más amplio’ para defender a los trabajadores forestales.

A mediados del año pasado, el gobierno estadounidense elevó hasta en 24 por ciento los gravámenes a la importación de madera aserrada desde Canadá, acción rechazada por el ejecutivo de Trudeau y gobiernos provinciales.

Solo en Quebec el sector forestal representa 60 mil empleos, mientras que aproximadamente el 90 por ciento de las exportaciones de madera de la provincia francófona tienen como destino a Estados Unidos.

Para Ottawa, los procedimientos estadounidenses rompieron el Acuerdo antidumping de la OMC, el de subvenciones y medidas compensatorias, el general sobre aranceles aduaneros y comercio y el Entendimiento sobre normas y procedimientos para la solución de diferencias.

¿Recesión a la vista?

Expertos consideran alarmante la animosidad pública entre Trump y Trudeau, mientras que algunos estudios vaticinan incluso una posible recesión motivada por las decisiones proteccionistas provenientes de Washington.

Un informe de Scotiabank publicado el 18 de junio pronosticó que si Estados Unidos anula todos los lazos comerciales con sus socios e impone aranceles generales que promedian 20 por ciento, las economías de Canadá y México se contraerían en 2020.

En el caso canadiense, la institución financiera predijo una constricción económica de 1,8 por ciento dentro de dos años.

‘Un aumento en el proteccionismo en Estados Unidos tiene un impacto negativo en el crecimiento de cada una de las economías de los socios del Tlcan’, subrayó el estudio.

Antes, el exministro de Asuntos Exteriores Peter MacKay alertó que si Trump cumple con su amenaza de imponer nuevas tarifas a la industria automotriz, podría tener serias repercusiones para Canadá.

El sector automotor posee un enorme peso en la economía de la provincia de Ontario, pero tiene un efecto dominó en todo el país, declaró el exfuncionario en el programa The Current de la CBC News.

MacKay, miembro del gabinete del exprimer ministro Stephen Harper entre 2006 y 2007, sugirió que Ottawa necesita atraer a fuertes aliados como los miembros del Congreso y los líderes industriales en Estados Unidos para ayudar a ‘normalizar las relaciones’.

Asimismo, el exprimer ministro Brian Mulroney consideró que los ataques a Trudeau de Trump y funcionarios de su administración no tienen precedentes. No obstante, aconsejó a los negociadores canadienses hacer caso omiso a dichos comentarios y enfocarse en lograr la firma de un nuevo Tlcan.

Por su parte Christopher Sands, director del Centro de Estudios Canadienses de la Universidad Johns Hopkins, opinó que lo que se está probando es cuánto un presidente estadounidense puede golpear a la nación norteña.

Canadá, para la mayoría de los estadounidenses, no es una relación extranjera, es una relación familiar, reflexionó Sands en diálogo con la CBC News y recordó que Ottawa interactúa con Washington a diario mucho más que cualquier otro país.

Predijo además que si Trump persiste en una guerra de palabras, muchos en el Congreso que ‘no se sienten cómodos con este grado de belicosidad entre los dos países’ se separarán del presidente.

Por ahora, las encuestas reflejan que una mayoría de estadounidenses respaldan más al primer ministro canadiense que a Trump en el conflicto que separa a ambos líderes sobre aranceles y otros asuntos comerciales.

El 57 por ciento de los estadounidenses apoya las acciones de Trudeau, frente al 37 por ciento que decanta su respaldo por el jefe de la Casa Blanca, evidenció el 16 de junio un sondeo de Global News/Ipsos. Al mismo tiempo, más de siete de cada 10 encuestados consideró que la subida de los gravámenes a las importaciones de acero y aluminio decretada por el gobernante republicano, ha provocado el deterioro de las relaciones entre los dos países.

(Con información de Prensa Latina)

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Etiquetas: CanadáDonald TrumpEconomíaEstados UnidosG7Justin TrudeauPolítica

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