Motivos de preocupación no le faltan a la Unión Europea (UE) pues, según las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los individuos y empresas que no se presten para ‘garantizar el pleno cumplimiento’ de las medidas punitivas, ‘se arriesgan a graves consecuencias’.
Trump amenazó igualmente con eliminar del comercio estadounidense a aquellos que mantengan sus lazos económicos con la nación islámica.
Desde la víspera, la Unión Europea anunció la aplicación, a partir de esta jornada, de una regulación que exceptúa a las empresas de acatar las órdenes judiciales derivadas de la política contra Irán y les autoriza a solicitar indemnizaciones por los daños que las sanciones pudieran provocar, según se conoció por un comunicado conjunto.
La alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, y los ministros de exteriores de Francia, Alemania y Reino Unido mostraron su resolución para ‘salvaguardar a los operadores económicos europeos que hacen negocios legítimos con Irán, de conformidad con la legislación de la UE’, reveló la información.
Alemania, por su parte, manifestó durante la víspera su intención de ofrecer las garantías necesarias para las compañías germanas que tienen actividades comerciales con Irán, reveló la agencia de noticias Reuters.
El Ministerio de Economía de esa nación afirmó, además, mantener conversaciones con las organizaciones gubernamentales del gigante norteño sobre las exenciones a las sanciones previstas.
‘Las garantías de exportación y de inversión del Ministerio federal de Economía aún están disponibles para las empresas con vínculos iraníes’, declaró el ente de la economía teutona.
No obstante, según reportes de la misma agencia, la compañía automovilística alemana Daimler AG anunció que abandona sus planes de expansión en Irán como respuesta a la reimposición de las sanciones estadounidenses.
Japón, en la voz de su ministro de Economía, Comercio e Industria, Hiroshige Seko, declaró en la jornada del martes que negocia con representantes del Gobierno norteamericano para continuar la importación de petróleo de la nación persa.
Según divulgó la cadena NHK, Seko reveló que el principio básico de las conversaciones es evitar que las sanciones a Irán afecten el suministro energético y los negocios nipones.
El gigante asiático, por su parte, fijó su postura en días previos a la entrada en vigor de la política estadounidense.
‘China e Irán no violamos nuestros compromisos internacionales, mantenemos unos contactos y una cooperación usuales, lo que es justo y lógico y no tiene nada que podría censurarse’, declaró oportunamente el portavoz de la cancillería china, Geng Shuang.
En declaraciones a la prensa, Geng defendió la negativa del Gobierno chino al plan de Estados Unidos para frenar por completo las exportaciones de crudo iraní.
Desde Teherán, el presidente Hassan Rohani calificó la postura de Washington de contradictoria y agradeció la actitud de Europa, que asegura, según el mandatario, que buscará garantizar las exportaciones petroleras de Irán y las relaciones bancarias.
A partir de esta jornada, Estados Unidos prohíbe a Irán la posibilidad de realizar transacciones en dólares, veta el comercio de metales preciosos, de software para uso industrial y la esfera automovilística.
Lo que más preocupa a inversores del ámbito energético, no obstante, es la entrada en vigor el próximo 5 de noviembre de las medidas contra las transacciones petroleras, las operaciones de instituciones financieras extranjeras con el Banco Central de Irán y las actividades portuarias.
El pacto nuclear, del que Estados Unidos anunció en meses pasados su salida unilateral, fue firmado bajo la administración de Barack Obama en 2015 y sus naciones firmantes fueron Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania.