Palpar el aseguramiento de los incrementos productivos que requiere la agricultura cubana, la eficiencia y eficacia de los procesos, fue el propósito del recorrido realizado este viernes en la capital por el primer vicepresidente cubano, Salvador Valdés Mesa, junto a las autoridades del Partido y el Gobierno en el territorio.
Hay que producir y vender con calidad, lo merece el pueblo, y más en un país como el nuestro, que recibe tanto turismo, aseguró al término de su itinerario, que comprendió las distintas formas productivas que garantizan el abastecimiento a la capital –desde la tierra hasta la tarima–, y comprobó in situ la implementación de las más de 20 políticas e igual número de programas aprobados en el sector.
La capital no tiene muchas tierras, añadió el vicepresidente cubano, por eso estamos obligados a utilizarlas mejor, con el uso adecuado de las tecnologías, «que tienen que rendirnos más y más rápido»; la aplicación de la ciencia y la técnica; la capacitación de los productores; y el aprovechamiento del capital humano, «nuestro recurso más importante».
El primer punto del itinerario comprendió dos unidades empresariales de base (ueb) de la Empresa Agropecuaria Habana, la ueb Arroyo y la ueb Primero de Mayo. En el caso de esta última, Juan Carlos Sicilio Pérez, director de la Empresa Agropecuaria Habana, afirmó que constituye la que más vegetales y hortalizas produce, dirigida fundamentalmente al consumo social de la capital (dígase mercados, hospitales, escuelas, el Sistema de Atención a la Familia…), y en menor medida para el turismo.
Salvador Valdés Mesa llamó allí a acortar la rotación de la tierra, así como a ganar en organización. Además, se interesó por la preparación de los obreros, la entrega de las producciones, las condiciones de trabajo y los recursos materiales. «Si algo debemos garantizar en la agricultura son los medios de trabajo para poder producir. Eso no puede fallar.
«La agricultura tiene una enorme responsabilidad: crecer en áreas y en rendimientos, la calidad de las semillas, el paquete tecnológico, así como la integración con los centros de investigación», afirmó.
En la ueb Arroyo, las producciones se dedican en lo fundamental al turismo, y sus 18 casas de cultivo protegido –dedicadas al tomate, pimiento, pepino, acelga y lechuga– se recuperaron recientemente del impacto de los eventos climatológicos.
Es por ello que, según Norberto Martínez, jefe del proyecto, hasta la fecha solo se logran 35 toneladas –de las 157 que deben entregar en el 2018–, pero se debe cerrar el año con 100 toneladas, y la meta es poder incrementar la entrega a 200 para el 2019.
El vicepresidente cubano pudo constatar la colocación de los techos y la malla protectora, la existencia del paquete tecnológico y el nuevo sistema de riego. En medio de un verano fuerte, con altas temperaturas, se han logrado cultivos como la lechuga y la propia acelga, acotó Sicilio Pérez.
Valdés Mesa, no obstante, recalcó la importancia de completar el personal. En ese sentido, se interesó, junto a Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en La Habana, en la implementación de un sistema de pago por resultados, que se corresponda con los respaldos productivos, y permita lograr la estabilidad de los trabajadores.
En la Finca Las Piedras, perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Efraín Mayor, del municipio habanero de Guanabacoa, el agricultor Alexander Alfonso es un ejemplo de cuán importante resulta la aplicación de la ciencia y la tecnología, y la capacitación de los trabajadores, para lograr resultados productivos.
Sus parcelas acogen el Proyecto de apoyo a una agricultura sostenible en Cuba, que permite escoger y estudiar las semillas para evaluar las variedades de hortalizas de hojas y frutos que puedan darse en las condiciones de Cuba. Se trata, al decir de Alexander, de lograr el desarrollo de cultivos de mayor calidad, para coadyuvar a la producción estable, tanto en verano como en invierno, responder a las necesidades del turismo y la población, y sustituir importaciones.
Los propios campesinos han logrado ver los resultados, tanto en la adquisición de recursos –entre ellos cámaras de frío y sistemas de riego– como en la capacitación recibida, afirmó el agricultor, quien además evaluó de muy positiva la venta directa de productos agrícolas al turismo.
En ese sentido, Salvador Valdés Mesa resaltó cómo la Finca –que expende además a la empresa estatal del turismo y en puntos de venta– es un ejemplo «de que en la agricultura todo tiene un valor» y es indispensable cerrar el ciclo productivo.
Por otra parte, en la Empresa Agropecuaria Bacuranao, unidad docente integral de la Universidad Agraria de La Habana, se demostró la importancia de la vinculación universidad-empresa, para generar tributos económicos y productivos.
La entidad es líder en la producción agropecuaria en la capital, pues produce el 86 % de la leche, el 78 % de la carne y el 48 % de las viandas, vegetales, granos y frutas de La Habana, con incidencia en sus 15 municipios.
La doctora en Ciencias Adianez Taboada Zamora, rectora de la Universidad Agraria de La Habana, dijo que allí realizan sus prácticas los alumnos de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y se sumarán los ingenieros agrónomos, agrícolas, los contadores y los de gestión sociocultural para el desarrollo (anteriormente conocida como Estudios Socioculturales), pues también nos interesa que realicen actividades de impacto en la comunidad que rodea la empresa.
«El impacto fundamental se alcanza cuando pueden adquirir habilidades necesarias en la práctica, ver enfermedades asociadas a los animales, y el manejo de la agroindustria», expresó.
En una de las vaquerías de la Empresa, que dirige sus producciones a la Empresa Láctea, Valdés Mesa se interesó por las condiciones para la cría, el crecimiento de la masa, la disminución de la mortalidad y el cumplimiento de los indicadores de reproducción.
El último punto del itinerario fue el Mercado Agropecuario Estatal Plaza Cerro, al que asisten diariamente entre 600 y 700 personas. En el momento de la visita existían una veintena de productos de distinta variedad. No obstante, el vicepresidente cubano dijo que aún no tenemos las suficientes hortalizas, y no se alcanza la demanda de la población.
Si bien los lugares visitados disponen de tecnologías y recursos –como reconoció a la prensa el vicepresidente cubano– «y esa no es todavía la generalidad», ellos demuestran que esas excepciones debemos convertirlas en regla, en aras de avanzar hacia la satisfacción de las necesidades de nuestro pueblo.
Tenemos que crecer en los rendimientos productivos, para poder enfrentar nuestras limitaciones en el orden económico y financiero, tal como aseguró al concluir su recorrido.
(Con información de Granma)
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