El anunciado Día D que se pretendía presentar como punto de quiebre de la nación bolivariana no dejaba hasta horas de la tarde los saldos esperados. Los camiones de supuesta ayuda no entraron y, lo que es peor para Washington y sus acólitos: fueron retirados.
A pesar de las «varias operaciones de remolque, oxigenación y golpes de efecto» realizadas por la oposición —como las calificó el sitio web Misión Verdad—, y que parecieron mucho menos trascendentes de lo que los analistas internacionales aguardaban, habida cuenta de los continuos llamados realizados por el usurpador de pacotilla Juan Guaidó desde muchos días atrás, conminando a los venezolanos a trasladar la ayuda y acudir a los cuarteles de la Guardia Nacional Bolivariana.
En el puente internacional Simón Bolívar decenas de guarimberos se prestaban desde la mañana para crear los focos de violencia que brindaran a Estados Unidos la justificación para intervenir, luego de que Washington reforzara y acercara la víspera su presencia militar en el borde fronterizo, según denunció la Cancillería rusa, el viernes.
La del puente Bolívar fue la primera de varias provocaciones, en el intento de crear falsos positivos o atentados de falsa bandera, que al propio tiempo fungieron como operaciones mediáticas para crear lo que Misión Verdad llamó una «realidad paralela» que mostrara a militares venezolanos presuntamente defectando, y la supuesta ayuda humanitaria con que EE. UU. quería intervenir, entrando.
Según denunció en Twitter el denominado Protector de Táchira, Freddy Bernal, las operaciones en esa localidad comenzaron a las siete de la mañana, cuando dos traidores de la Guardia Nacional usaron tanquetas y las proyectaron contra algunas de las barreras que impedían el paso, tras lo cual huyeron para reunirse del otro lado del paso con un grupo de venezolanos y colombianos que intentaron ingresar por la fuerza a Venezuela, encabezados por el miembro de la Asamblea Nacional en desacato, Juan Manuel Olivares.
Esos hechos dejaron a una fotorreportera chilena herida, Nicole Kramm, junto a una funcionaria de la Policía Nacional Bolivariana.
Kramm denunció que estando en el puente vio cómo la tanqueta secuestrada fue a toda velocidad hacia donde se encontraba la gente civil parada, reportó el sitio del programa Con el mazo dando. «Querían matar a la gente civil que estaba parada en la frontera», dijo la joven.
En horas de la tarde, los focos de violencia en la frontera colombo-venezolana eran controlados por las fuerzas del Gobierno bolivariano, reportó el propio Bernal en declaraciones a Venezolana de Televisión, quien dijo que la provocación dejaba hasta entonces en ese sitio un saldo de 40 heridos.
Fuentes periodísticas de la derecha hablaron de entre dos y cuatro muertos, y algunos se aventuraron a mencionar la supuesta existencia de más de 200 heridos, pero nada lo atestiguaba.
Los atentados de falsa bandera o creación de falsos positivos se dieron igualmente en el puente internacional Francisco de Paula Santander, también en la frontera con Colombia, cuando dos camiones de cuatro con los paquetes enviados por EE. UU. por medio de la Usaid fueron incendiados por grupos violentos de la oposición venezolana.
Según testigos citados por Telesur, para ello usaron bombas caseras (conocidas como molotov), tras lo cual intentaron culpar a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y a la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
En redes sociales, medios colombianos e internacionales difundieron la versión de que los camiones fueron incendiados por una bomba lacrimógena de la GNB, que no usa bombas incendiarias, recordó la multinacional informativa.
Mientras, en el puente Las Tienditas, en cuyos extremos tuvieron lugar la víspera sendos conciertos —el de la parte venezolana para decir No a la guerra—, un reportero de la Agencia Venezolana de Noticias, citado por el sitio web del programa Con el mazo dando, denunció que miembros de la oposición vestían chalecos con las siglas de la OEA e intentaban ingresar a territorio venezolano.
En el lado colombiano de Las Tienditas establecieron su «tarima» de observadores el presidente de Colombia, Iván Duque, acompañado del usurpador Juan Guaidó, así como por el mandatario de Chile, Sebastián Piñera.
A ellos se habían sumado el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, con el fin de coordinar los detalles de la entrega de toneladas de alimentos y de medicamentos.
No se sabe si todavía permanecían allí cuando al cierre de la tarde se ordenó que la denominada ayuda humanitaria quedara en territorio colombiano.
Otras fake news propalaron el supuesto ingreso a Venezuela de un camión de ayuda por la frontera con Brasil, en Roraima, pero ello fue desmentido por periodistas ubicados en la zona, según Telesur.
Por el contrario, avanzada la tarde, y cuando ya el presidente Nicolás Maduro había declarado el fracaso de la jornada subversiva en el afán de posibilitar la intervención de EE. UU., reportes de distintos medios dieron cuenta del retiro de los camiones que pretendían entrar desde Colombia y Brasil.
El canciller colombiano, Carlos Holmes, declaró que ante la imposibilidad de entrar los camiones serían retirados de nuevo hacia la localidad de Cúcuta, donde funcionó el centro de acopio, para salvaguardarlos hasta que reciban «un nuevo pedido de ayuda del presidente Guaidó».
Mientras, en el borde fronterizo con Brasil, otros dos camiones enviados desde ese país regresaron a la ciudad de Pacaraima en la tarde, tras haber permanecido durante el día apostados en la frontera, comprobó AFP.
El lugar se sitúa a unos 300 metros de la aduana brasileña y a otros 300 del primer cordón militar venezolano, desplegado a unos 500 metros de la aduana de ese país, puntualizó la fuente.
«En Colombia perdimos un camión. Guaidó ordenó salvaguardar los productos, lo que queremos es de forma pacífica pasar para allá», dijo usando un megáfono uno de los coordinadores de la operación poco antes del repliegue.
El clima hacia el final de la tarde era de frustración y tedio, puntualizó la nota. Jair Bolsonaro tuiteó desde Brasil: «Dios al mando».
En igual sentido se había pronunciado en esa red social el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de reiterar su apoyo a Guaidó, según reflejó La Voz de las Américas. «Dios bendiga al pueblo venezolano», escribió.
Desde Colombia se supo que el presidente, Iván Duque, invitó a Guaidó a la reunión anunciada para el lunes en Bogotá por el Grupo de Lima, para pensar nuevas estrategias contra Venezuela, según dijo el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, quien irá como invitado especial.
En un mensaje en Twitter publicado el viernes, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció la imposición por parte de Estados Unidos en la cita de una declaración que pretende condenar de modo deliberado al Gobierno de Venezuela, en caso de que no pudiera operar el denominado canal humanitario, como ocurrió este sábado.
De forma desembozada, el encargado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, aseguró desde Cúcuta que el Gobierno de su país continuará cercando a Venezuela si su intento de invasión fracasa.
«Si no cae el día de hoy, si no cae el día de mañana, seguiremos en la lucha con el apoyo de más de 50 países alrededor del mundo, seguiremos enviando ayuda humanitaria, seguimos aplicando sanciones a miembros del régimen de Maduro. Seguiremos aplicando más presión hasta que llegue el día, porque llegará el día en que caiga este régimen», anunció.
A su vez, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, amenazó una vez más a Venezuela y a los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana con más «sanciones» por impedir el paso de la «ayuda humanitaria»: «El Ejército venezolano tiene una opción: abrazar la democracia, proteger a los civiles y permitir la ayuda humanitaria; o enfrentar aún más sanciones y aislamiento», escribió el funcionario en Twitter.
Por su parte, el senador estadounidense Marco Rubio pretendió imponer un falso positivo contra el Gobierno venezolano, al señalar que supuestas fuerzas del Estado habían disparado hacia territorio colombiano, por lo que destacó: «Los Estados Unidos ayudarán a Colombia a enfrentar cualquier agresión contra ellos», escribió en su Twitter.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, también usó la red para condenar los supuestos ataques a civiles y actos criminales en que, dijo, «resultaron en muertos y heridos»; agregó simpatías para las familias y aseguró: «Nos unimos a sus demandas de justicia».
La injerencia de Estados Unidos contra Venezuela quedó registrada también en la cuenta en Twitter en español del Departamento de Estado estadounidense, que este sábado dedicó a Venezuela los 11 tuits que publicó.
Ejemplo de la injerencia de los Estados Unidos se demuestra en el siguiente twitt del Departamento de Estado que anuncia que Mike Pence se dirige a Colombia
(Con información de Juventud Rebelde)
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