Esas aspiraciones (inscripción de mujeres que no reciben votos) tenían el claro objetivo de recibir fondos electorales para los últimos comicios.
Oliveira denunció ante Tribunal Regional Electoral del estado de Minas Gerais (noreste) que fue citada personalmente por Álvaro Antônio para ser candidata-naranja en las elecciones de 2018 y que su compromiso era devolver al partido parte del dinero público del fondo electoral.
Según la publicación, ella afirma desconocer si algún capital fue depositado porque el control de las cuentas bancarias se quedó con los dirigentes del PSL.
‘No entendía de nada, ellos lo hicieron todo… fui una candidata naranja porque firmé toda la documentación necesaria y no tuve conocimiento de nada de lo que estaba haciendo (…) Fui utilizada, mi candidatura se utilizó para formar parte de un lavado de dinero del partido’, afirmó Oliveira.
Por esa misma causa recientemente Bolsonaro expulsó un hombre de su confianza: Gustavo Bebianno, secretario general de la Presidencia.
Aunque el exmilitar dejó entrever que con Bebianno tuvo ‘diferencias en puntos de vista sobre temas relevantes’, los cuales condujeron a una reevaluación, quedó al desnudo que optó por su separación ante ‘atronadores ruidos’ emitidos de presuntas irregularidades financieras en su partido.
Una investigación del Folha de Sao Paulo destapó que el PSL proporcionó 400 mil reales (unos 106 mil dólares) de dinero público para financiar los gastos de una presunta pretendiente sombra para diputada por el estado de Pernambuco (nordeste) que solo obtuvo 274 votos en las urnas, cuando Bebeianno lideraba la organización política.
Desdeñado por su jefe e insultado por unos de sus hijos, el abogado de profesión entonces declaro a la revista Crusoe: ‘no soy un niño y el presidente sabe. El presidente tiene miedo de recibir algún salpicado’.
Amenaza con exponer acciones y hechos indebidos de la campaña electoral que llevó al excapitán del Ejército a la presidencia.