La cifra, distribuida a través de agencias, empresas y organizaciones como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED), financia actividades cuyo propósito es el derrocamiento de la Revolución cubana.
Entre estas se incluyen las más recientes incitaciones a la violencia, las provocaciones frente al Ministerio de Cultura (Mincult) para buscar confrontaciones, y las acciones de diferentes plataformas comunicativas, que según revelaron medios del país han sido alentadas y patrocinadas desde territorio estadounidense.
Muestra de ello es la cobertura realizada por Nelson Julio Álvarez para el sitio ADN Cuba sobre los sucesos del 27 de enero en el Mincult, por la cual recibió entre 150 y 200 dólares, de acuerdo con un video del propio Álvarez publicado en el grupo de Facebook Telescopio Cubano.
El sitio Cuba Money Project, del periodista estadounidense Tracey Eaton, afirma que solo en 2020 agencias como la Usaid dedicaron alrededor de 2,5 millones de dólares a las actividades subversivas.
El dato corresponde a la información pública que manejan en sus portales digitales esas organizaciones norteamericanas, pero es considerada una cifra parcial, debido a que hay muchos programas secretos sobre los cuales no se conocen los destinatarios de los fondos.
Añade que desde que Donald Trump asumió la presidencia en 2017, al menos 54 grupos operaron programas con dinero proveniente de la Usaid o de la NED.
La combinación de estas acciones con las presiones económicas generadas por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, y con el establecimiento de otras medidas coercitivas unilaterales contra Cuba, fue la apuesta de esa administración para destruir el sistema social del país caribeño.