López Obrador y su esposa, Beatriz Gutiérrez Muller, caminaron la plaza hacia el podio presidencial en compañía de Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta, con lo cual enfatizó el carácter de invitado especial del dignatario cubano a la fiesta más importante de México.
Después de pasar revista a la tropa formada en escuadras en la plaza del zócalo, rendir homenaje a la bandera, la cual izó, y escucharse el himno nacional, el mandatario subió al podio para iniciar los discursos que comenzó el secretario de Defensa, Luis Crescencio Sandoval, jefe del desfile, seguido por Díaz-Canel, y concluido con el de López Obrador. Ambos centraron sus palabras en la historia.
Díaz-Canel hizo un recorrido de los nexos de amistad y fraternidad existentes desde tiempos inmemoriales y enraizados con la presencia en México de personalidades como el poeta José María Heredia, las estancias de José Martí plasmadas en el intercambio de cartas con su amigo del alma Manuel Mercado, el ensayo de Nuestra América y el estreno de su obra amor con amor se paga.
El mandatario cubano evocó a aquellos dignos compatriotas que lucharon por la Revolución mexicana desde épocas del propio Grito de Dolores, del cura Miguel Hidalgo en 1810; hasta la Revolución de Zapata y Francisco Villa un siglo después, y cómo muchos de ellos llegaron a ocupar altos cargos en los gobiernos revolucionarios.
Destacó que todos ellos regresaron a Cuba para incorporarse a la guerra de los 10 años de Carlos Manuel de Céspedes, y cómo aquella bella historia se engarza con la actual, pues México fue la tierra en la que se preparó la travesía del yate Granma para emprender la guerra necesaria, y fue también el lugar donde se conocieron Fidel Castro y Ernesto (Che) Guevara a través de Raúl Casstro.
Habló de la solidaridad de Cuba con México en desastres naturales como sismos, y más recientemente en la batalla contra la pandemia de la Covid-19.
López Obrador, por su parte, hizo un recuento de la complejidad política de México desde Hidalgo hasta nuestros días, pasando por las tres transformaciones básicas del país, la independencia en 1810, la reforma a mediados de ese siglo, y la Revolución agraria de 1910.
Exaltó a los héroes y mártires de aquellas gestas fundadoras de la mexicanidad y el apasionamiento por la soberanía e independencia del pueblo, y luego elogió el espíritu glorioso y de resistencia del pueblo de Cuba en 62 años de hostilidad de Estados Unidos, y concluyó dando vivas a México y Cuba.