Venezuela en la OEA: Un revés convertido en victoria (+ Video)

Por Yailín Orta, especial para la Mesa Redonda

Foto: Roberto Garaicoa

Lo que se concibió como revés y como estrategia para acrecentar la guerra de la derecha internacional contra Venezuela, resultó siendo un movimiento torpe del secretario general  de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, al pretender aplicar al gobierno de la nación bolivariana la Carta Democrática del organismo.

En la 46 Asamblea General de la OEA, la mayoría de los estados miembros de este mecanismo respaldó la idea de que Almagro había asumido una actuación incorrecta contra Venezuela, lo cual sienta un precedente negativo en la historia  de la organización.

Almagro persiguió violentar las normas de la organización y quebrantar la institucionalidad de la OEA, ya que en el artículo 137 de las normas generales para el funcionamiento de la secretaría general, queda explícito que los máximos representantes del organismo se abstendrán de toda actividad injerencista.

Por ello, la canciller Delcy Gómez señaló que en un año de dirigencia, Almagro «se ha dedicado a hostigar al Gobierno de Venezuela y a sus autoridades, en una especie de linchamiento regional».

Acusó a Almagro de incumplir la agenda administrativa que le corresponde y que debe estar al servicio de los Estados miembros, no al de la agenda particular privada. «Eso es inadmisible, y mucho menos para sumar esfuerzos en el derrocamiento de un Gobierno constitucional a favor de las fuerzas opositoras y antidemocráticas».

En el último día de deliberaciones de su asamblea general, la OEA convocó a una sesión del Consejo Permanente para el próximo martes 21 de junio en Washington, Estados Unidos, a solicitud de Venezuela y en donde recibirán a los expresidentes Leonel Fernández, Martín Torrijos y José Luis Rodríguez Zapatero, quienes han estado promoviendo un diálogo entre la oposición y el Gobierno bolivariano a instancias de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).

Para el analista Oliver Zamora, lo que ha ocurrido contra Venezuela con el protagonismo del Secretario General de la OEA, no dista mucho de lo que ocurrió con Cuba cuando triunfó la Revolución, lo que nos confirma la importancia de no olvidar la historia, en momentos en los que está muy de monda el consejo y la advertencia a no tenerla en cuenta.

“En la OEA se repite lo vivido contra Cuba hace décadas atrás, en una coyuntura histórica en la que la mayoría de los países latinoamericanos estaban dispuestos a darle la espalda. Ahora la OEA se reafirma como mecanismo de reproducción de los antivalores de la sociedad norteamericana, porque cuando Roa dice que era el Ministerio de Colonias de EE.UU estaba basándose en la esencia de las instituciones y de organismos como este, que fueron creados para dominar una región en el contexto de una tendencia Panamericana para los americanos.

“Ahora la circunstancia es tan diferente… pero ello no fue capaz de advertirlo la OEA. Y los efectos se han revertido, en gran medida gracias a Chávez, quien insistió mucho en la necesidad de quitarle peso a la OEA en la región y darle ese liderazgo a otros organismos internacionales, como puede ser la Celac. Aunque cualquiera se preguntará por qué Venezuela no renuncia a estar allí, sus dirigentes consideran que  es la posibilidad que tienen de decirle las cosas en la cara a los países de derecha y a Estados Unidos”, subrayó.

El embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, Alí Rodríguez Araque, explicó que la OEA es una organización política que refleja las correlaciones de fuerza. “Una cosa fue la que se convirtió en el Ministerio de Colonias, y otra muy distinta es  lo que es hoy, donde quedó en ridículo el señor Almagro, por haberse convertido en un vulgar funcionario del Departamento de Estado norteamericano, y sin sentido de la vergüenza”.

Aseguró que han estado ante una historia similar a la atravesada por Cuba en cuanto a presiones, pero diferente en cuanto a posición de los pueblos, con una América Latina diferente y con un Caribe reconocido, cuando antes fue despreciado.

La Doctora Ana Teresa Badía precisó que este proceso de giro hacia la izquierda tiene su antecedente con la llegada en el 99 de Chávez, lo que luego se consolidó en 2003 y en 2006, con la llegada al poder de Kirchner y de Evo Morales, respectivamente. “Estos fueron momentos que consolidaron ese cambio, y que nos llevaron a un hecho como el presenciado en 2009, cuando Chávez, en el contexto de una Asamblea General de la OEA, le regaló al entonces casi estrenado presidente Barack Obama el libro de Eduardo Galeano Las venas abiertas de América Latina”.

La experta advirtió que, a lo largo de los años, EE.UU. no ha sido capaz de mirar a América Latina y al Caribe de igual a igual, sino la historia fuera distinta.

En su opinión, en el seno de la OEA ha ocurrido un triunfo de la diplomacia venezolana, cuando se pretendió todo lo contrario. “Venezuela no ha estado a la contraofensiva, sino a la ofensiva, y 19 países apoyaron su solicitud de revisar la institucionalidad de la organización y la actitud de Almagro”.

Esta sesión se realizará dos días antes de la ya pautada reunión del 23 de junio, en la que los 34 miembros de la OEA decidirán si implementan la Carta Democrática contra Venezuela, como ha pedido su secretario general.

Ana Teresa Badía reforzó el criterio de que Venezuela ha dado una lección de ofensiva diplomática y de una buena política exterior, y que lo segundo que se ha evidenciado es el papel del Caribe, expresado en los resultados con entes como Petrocaribe, el Alba y la recién concluida Asociación de Estados del Caribe en La Habana.

El diplomático Alí Rodríguez manifestó que la resolución va contra Almagro, porque los presidentes del área han acompañado la política que reinauguró Chávez, que viene de Bolívar y Miranda, de crear una sola nación, mientras EE.UU. ha perseguido fragmentar la región.

“Lo que decía nuestra Canciller, en su intervención brillante, es la realidad de la organización, que lo que tiene como razón de ser, en el acta fundacional, no tiene nada que ver con lo que se pretende. En tanto, la intervención de Kerry es una grosería, y está desactualizada de lo que ocurre en el continente. Ellos no dejan de actuar como imperio.

“A Venezuela le ha tocado un papel de vanguardia. Y estamos en esa batalla en función de la victoria de la dignidad del pueblo latinoamericano y caribeño”, resaltó.

Aclaró que la resolución que presentó Venezuela es contra Almagro porque es el payaso del circo. “Pero vendrán otros momentos, porque este es un proceso que continúa en medio de dos concepciones: la de la dignidad y la del imperio que quiere imponer su voluntad”.

Oliver Zamora defendió la idea de que en esta contraofensiva derechista o de restauración conservadora, pensaban que al caer Venezuela, caerían los otros. “Pero caen más rápido los líderes comerciales, que los espirituales, y en ello se ha convertido Venezuela. Creo que la OEA se ha olvidado de ese detalle.

“Además, cuando ves a la membrecía apoyando a Venezuela, se trata de la defensa de una relación de amistad y de solidaridad que se ha construido y sembrado en estos años.

“Venezuela, igualmente, tiene unas potencialidades económicas extraordinarias y eso le ha permitido ser otra puerta para la región. Qué país era el principal socio comercial en la región antes de que llegara Chávez: Estados Unidos; y qué escalafón tenían los propios países latinoamericanos en ese comercio interregional, pues ocupaban los puestos más desfavorecidos, pero Venezuela comenzó a impulsar una serie de mecanismos para que la región comenzara a mirar hacia los lados y a abrirse a otros mercados. Ahora China es el principal socio comercial y Venezuela plantea una alianza política, solidaria y diplomática”.

Alí Rodríguez, en ese sentido, precisó que la concepción bolivariana de Chávez era la complementariedad económica en vez de la competencia, la solidaridad en vez de la competencia. “El Comandante movió el conjunto de hilos que pueden comprobar la unidad en lo concreto”.

Por su parte, la Doctora Ana Teresa Badía argumentó que los días 21 y 23 serán cruciales para demostrar cuál es el papel en este momento de la OEA.